martes, 29 de noviembre de 2011

Crónica MAS (11). 28/11/11

Un lunes más, las puertas de El Savor se abrieron para dar cabida a Micro Abierto Salamanca (MAS), que ha celebrado esta semana su edición n.º 11. Ya van once semanas de espectáculo y a nuestro recreo semanal se siguen sumando nuevos amigos. En esta ocasión, a algunos de los participantes habituales, se sumaron Andrea Cruzat, Fede Sánchez y Aurora, que abrieron sus blocs por primera vez para nosotros, y Dominique y Andrea, que, uno con su voz francesa y otro con su armónica italiana, acompañaron en dos temas a Richard, ya habitual de MAS. 

En las dos horas y pico de MAS se desarrollaron un total de quince intervenciones. La responsable de la primera de ellas fue Andrea Cruzat, quien, después de confesar los nervios de la primera vez, los templó a golpe de verso con tres poemas, ya que no quería que nos quedáramos “con una sola impresión”. Tras las “Cortinas cerradas”, título del último de ellos, se escuchaba el “sensual ronroneo del abejorro” y se intuía la placidez romántica de los dos cuerpos cotidianos que yacían en sus líneas. Joan Corcino fue el encargado de descorrer las telas, con su ternura verbal, para descubrirnos un “poema feliz” que sonaba como una “canción de latitudes y astrolabios”. De la tierra al cielo… De allí Fede Sánchez, inspirado en la obra de Rilke, rescató un relato épico sobre seres alados, Ícaros que planean despojarse de sus cadenas en un encuentro que pierde su brevedad gracias a las palabras. Las del siguiente participante son tan rotundas como su voz y su ritmo: Luis Somoza volvió a ganarse un ferviente aplauso con los tres textos elegidos para esta edición. Cuando anunció que se despedía con un “poema de amor”, el público no parecía creérselo del todo (dadas las risas que despertó este comentario), pero el ímpetu de Somoza esconde la pasión que enciende el amor, y esto quedó demostrado con sus líneas. La poesía hizo una pausa en este momento de la noche para dar paso al segundo sketch de Collectiú Fartura. Después de la versión de “300 asturianos y la virgen” de la pasada edición, se atrevieron con la de “Indiana Jones y la última fartura”. Para que os hagáis una idea del humor de estas “piezas”, podéis consultar los enlaces que Víctor Casado, integrante de este "colectivo", ha dejado en nuestro grupo en Facebook: MAS (Micro Abierto Salamanca). Y así llegamos, con ese humor de lugares comunes (no sin ciertos tropiezos con la utilería), a la primera parte de MAS, a la que pusimos las ilusiones y la sonrisa de la musicóloga y cantautora en ciernes Virginia Montaño. Como ya es habitual en ella, antes de hacerse con la guitarra, compartió una de sus reflexiones; en esta ocasión, un canto a la vida y a la amistad, que sirvió de perfecto prólogo para “Olor a mandarinas”, de Zahara (por si alguien quiere disfrutarla, he dejado el enlace en el grupo de Facebook). A esta siguió su nueva composición, “Bailar bajo la lluvia”, que ya la semana pasado probó lo que de ella existía. Como Zahara, queríamos “prolongar el encanto de vernos”, pero antes de continuar hicimos una breve pausa, como es de rigor.

Y con ganas de MAS, reanudamos la edición n.º 11. Después de que Virginia nos revelase que su “deporte favorito son tus besos”, la que escribe esto, Andrea Mazas, le dedicó el poema “Sobre todo la boca”: porque compartimos disciplina deportiva y porque cada lunes consigue enternecerme. A continuación, se desarrolló el primer pase musical de esta parte. Richard volvió a hacer gala de su simpatía (de la que tan bien hace uso para solventar sus problemillas en el primer intento de interpretar un tema) y a cantar el que ya podemos decir que es su himno en MAS, “La quiero a morir”, esta vez en versión bilingüe, acompañado por Dominique. Después, la mítica “Blowing in the wind”, de Bob Dylan, fue el reto musical con el que nos sorprendieron Richard y Andrea, que llegó desde la Toscana para dejarnos con el ritmo de su armónica bailando en la cabeza. Y así, con esa danza mental aún en su segunda vuelta, Víctor Casado volvió al escenario para ofrecernos una entrega más de su sección “Verdades como puños”: el tema de su “diatriba” esta vez fue la higiene… de la boca y de las manos. Después de aconsejarnos que nos lavemos las manos antes de “realizar actos sagrados […] como escribir”, sin duda, debí perderme algo, porque lo siguiente que recuerdo es “Soy un ejemplo de virtudes dionisíacas, chicas… Lubricad si os place”, seguida de un gesto que no describiré porque aún lo estoy asimilando… Hasta este momento los aplausos fueron muchos, entusiastas y agradecidos; sin embargo, antes de leer sus dos poemas, Miguel Ángel indicó que, si a alguien le gustaban, se sentiría más agradecido si lo demostrábamos con silencio en lugar de con vítores. El verdadero motivo lo descubrimos en su primer texto, que versaba, precisamente, sobre el silencio. A pesar de sus palabras iniciales, el aplauso es una convención y el público rompió el silencio con palmas y con sumo respeto. Se despidió con unos versos dedicados a su trastorno, Celia, una mujer, al parecer, “bellamente complicada”. Esta semana Óscar Bailongo no hizo su play-back habitual y se limitó a leernos un poema en inglés que en su día regaló, como fondo de una brújula, a su hermano y del que después nos improvisó la traducción. Mariela Paz subió al escenario con la energía de muchas mujeres en su cuerpo, y, desde la rabia y la indignación, dedicó el poema que su profesor de Teoría Política le inspiró después de explicar al alumnado, desde cierta pose “burguesa”, la teoría de la justicia de Rawls. El texto y, sobre todo, la visceralidad desde la que lo recitó, hicieron que el público no tardase en hacerse cómplice de las palabras de Mariela. Después de este arrebato, Rodrigo Cuervo nos regaló un bálsamo de música. De nuestro amigo  clásico quizá se pueda decir mucho, pero a mí me deja muda: durante su actuación, siempre me quedo perdida en sus manos, con toda mi atención puesta a su buen hacer… No sé de música, y tal vez la ejecución no sea siempre perfecta, pero es capaz de transmitir la mágica sensibilidad que lo caracteriza. Es mejor escucharlo (y verlo). Algo parecido me pasó en esta edición con Aurora. Fue su primera vez en MAS y derrochó dulzura: lo que no hubiera en las palabras que extrajo de su cuaderno lo añadían su gesto y su voz. Compartió una historia de amor en tres actos-poemas que resumían las tres fases de un idilio. El amor (cara y cruz) siempre está presente en MAS, y María de Miguel completó el resumen de Aurora exponiendo con su desparpajo las idioteces que se hacen en la primera etapa del enamoramiento. Lo hizo a través del monólogo “Cuando nos enamoramos”, con el que (si no recuerdo mal), Gabino Diego ya hizo desternillar al público del Club de la Comedia. Nuestra Gabina, más guapa (todo hay que decirlo), también consiguió el objetivo y juntos nos reímos de nosotros mismos. Llegamos al final de la noche, que la cerraron espontáneamente Andrea y Richard con una nueva, movida y prolongada versión de “Tu vuo' fa' l'americano”, de Renato Carosone.

Después de tantas líneas, me reservo estas últimas dos para invitaros a disfrutar de la que será la edición n.º 12 de MAS, el día 5 de diciembre (con el martes festivo esperándonos después). ¡Ya estamos en curso!

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