martes, 28 de febrero de 2012

Crónica MAS (24). 27/2/12

Me siento a escribir la crónica de la edición 24 de Micro Abierto Salamanca (MAS) sin haber asimilado del todo aún la sensación que deja una gran noche de arte, diversión, buen rollo, buenos propósitos y ganas variadas (de compartir, de hacerlo cada vez mejor, de quitarse la timidez…). Sí, la noche del 27 de febrero muchas personas poblaron El Savor con sus ganas de.

Las primeras fueron las de Fernando Maés, quien quería invitarnos a celebrar con él sus cuatro años de vuelta a los escenarios. Su regreso a la música ocurrió un 29 de febrero, así que la celebración no puede retrasarse más: será este miércoles en el Café Corrillo a las 22.00 horas. Para animarnos a asistir, nos regaló dos temas. Del primero dijo que “con sólo cinco acordes, es difícil hacer una canción tan buena”. Se trataba de una versión de “Agárrate a mí, María”, de Enrique Urquijo. Para despedirse, nos hizo un resumen de los planes que tiene de aquí en adelante en su canción “A la luz de tus canas”. Por cierto, Fernando no quiere que nadie se quede sin ir a su concierto por razones ajenas a las ganas, así que quien quiera y no pueda pagar la entrada, basta con que le escriba: aquí el evento.

La siguiente intervención fue breve pero precisa y su artífice se ganó al público en pocos minutos. Fue también un regreso, el de Víctor Prieto a MAS. Con su microrrelato Crimen y castigo, su buen hacer con las letras y su humor se hicieron patentes, y dejó a los espectadores con ganas de más. Ojalá lo veamos de nuevo y pronto en el escenario de El Savor.

Richard, Dominique y Luis Somoza quisieron unir sus armas artísticas en su número: la corrosiva poética de Somoza, la prosa audaz (en francés) de Dominique y los arreglos de Richard, que en esta edición se atrevió con una eléctrica. La combinación prometía y lo sigue haciendo. Lástima que los problemillas técnicos nos impidieran centrar toda nuestra atención más en el contenido de la pieza que en lo anecdótico. No obstante, estoy convencida de que pronto nos dejarán sin palabras.

La noche iba a darnos gratas sorpresas y, además, íbamos a conocer caras nuevas. La primera de ellas fue la de Nacho Prada, un joven cantautor que, para ir calentando motores, empezó con una versión de “To be alone with you”, de Sufjan Stevens, a la que siguió un tema propio, “Incomprendida”. Esperemos que se dé pronto la ocasión de calar un poco más a este artista para que los adjetivos que elijamos para hablar de él en las crónicas se ajusten mejor a su estilo. De momento sólo queda eso: ganas de escucharlo más.

Este párrafo de la crónica corresponde al momento en que, por fin, asistimos a lo que veníamos anunciando las semanas anteriores: la muestra de Poetry Slam Madrid. De esta ciudad llegaron cuatro de los componentes de dicho grupo: Ángela Angulo, El Yanito, Werner El Increíble y El Cable Azul. Después de una breve introducción en la que explicaron el origen del slam y sus reglas, repartimos las pizarras entre el público para las oportunas votaciones de cada intervención y, a los nombres de estos poetas, se sumó el de nuestro incombustible Luis Somoza, que quiso sumarse a la muestra y someterse al juicio de los espectadores. Buenos textos bien interpretados con un tempo dinámico activaron nuestros cerebros en un formato de recital que era la primera vez que ocurría en el escenario de El Savor, que hizo imposible el bostezo y que consiguió que los presentes quisiéramos más y más poesía. Las declamaciones de Ángela y El Yanito obtuvieron idéntico favor del público; el empate se resolvió cuando el “aplausímetro” erigió como vencedor de esta noble “batalla” a El Yanito. Para los que estéis interesados en este formato, Poetry Slam Madrid está en Facebook (allí podréis informaros de sus encuentros) y, además, el último miércoles de cada mes se reúnen en Libertad 8. ¿Alguien se anima a participar?

Después del descanso que siguió al subidón poético, MAS prosiguió con más poesía, la de Mariela Paz y Luz Mercedes Orrego, cuyos estilos, tanto en forma como en contenido, son tan dispares que escuchar primero a una y luego a otra es como subirse a un columpio y dejarse llevar de un extremo a otro sin pasar por el foco de la parábola: del grito de los ardientes y guerreros extensos versos de Mariela al silencio de los pacíficos y armónicos micropoemas de Luz. Son dos mujeres, dos amigas, como dos satélites cuyas órbitas simpatizan sin cruzarse.

Y seguimos con las ganas, las que teníamos de que Carlos Peña volviera a subirse al escenario. El complot entre sus amigos y una tal Andrea Mazas hizo posible que regresara a MAS con dos nuevas versiones: “Calle Melancolía”, de Joaquín Sabina (en la que fue difícil que el público no lo acompañara en el estribillo), y “¿Dónde pongo lo hallado?”, de Silvio Rodríguez. Dado el gusto de escucharlo, el complot seguirá, para que no pase tanto tiempo hasta que volvamos a escucharlo…

También es un gusto escuchar a Joan Manuel Corcino recitar. Ayer lanzó directos a nuestra cabeza dos poemas: “Aquiles” y “Post-it”. Éste último me lo dedicó, porque hace unos días le comenté lo mucho que me gusta y las ganas que tenía de volver a escucharlo. Dicho y hecho, o mejor, pedido y dicho. Gracias Joan.

Cándido Pérez nos sorprendió leyendo uno de sus textos antes de cantar una “frikicanción” que ya conocíamos: “El quinto músico de Bremen contraataca”, tema de la saga que ha dedicado a este personaje. Cándido supo utilizar el humor algo macabro de su texto, inspirado en una conversación por chat sobre cementerios, para pasar del tono más serio de los poemas de Joan al desenfado y comicidad de su música. Los nervios con que se subió al escenario de MAS la primera vez ya forman parte del recuerdo.

A continuación, tuvo lugar una de las actuaciones estelares de la noche y, me atrevo a decir, una de las que más han agitado al público de MAS en sus 24 ediciones. Se presentaron como Porty Experience. Detrás de este nombre se esconden cinco amigos que desfilaron por el escenario durante los tres temas que versionaron, con cada uno de los cuales se fueron superando a sí mismos. Con la primera canción hicieron una versión de una versión: “You make me feel my love”, de Bob Dylan, pero la magnífica voz de la chica que cantó fácilmente nos recordó a la de Adele. Con la segunda versión, sin duda, no dejaron indiferentes a nadie: “Tears in heaven”, de Eric Clapton, pero ésta venía con sorpresa: a la mitad del tema, uno de los componentes se marcó un rap mientras otro lo acompañaba con beat box. La reacción no se hizo esperar: el público se puso en pie para aplaudir y pedir una tercera. Se despidieron con un tema de Janis Joplin. (De esta intervención se grabaron vídeos, así que espero poder actualizar pronto la crónica con alguno de ellos: ¡merecerá la pena!)

Después de la intervención de Porty Experience, el siguiente participante tendría que asumir la difícil tarea de subir al escenario a defender lo que fuera que tuviera preparado. Así, Richard, después de darme las gracias por ponerle en semejante aprieto, tanteó el terreno intentando cantar “Ojo al gorila” con diferentes estilos, pero, finalmente, dijo: “Esta canción tiene un punto, pero no se lo veo” y se despidió contando el ya famoso chiste de los melocotones de dos sabores… El público ya conoce las “salidas” de Richard y, probablemente, no le hubiera perdonado que se hubiera puesto serio en esa situación. Ya lo hemos dicho otras veces: con su humor nos gana todas las semanas. ¡Ole, Richard!

Nos acercábamos al final de una increíble noche y aún quedaban unas cuantas personas en la lista, así que, ya en este punto, estaba claro que en esta edición algunos artistas se quedarían con las ganas de subirse al escenario… No fue el caso de Virginia Montaño, que vino a presentarnos una canción recién salida del horno (según creo, aún sin título). La introdujo leyendo una de sus reflexiones sobre la vida, el arte, el amor y la necesidad que a veces se tiene de darle una tregua a un corazón inquieto como el suyo. Para despedirse, se “desenchufó” para cantar, lo más cerquita posible del público, “Adiós”, de Zahara, cantautora por la siente una gran admiración, como nos ha demostrado en varias ediciones.

Jorge Silla vino dispuesto a emprender la cuarta de sus seis galas y, así, nos presentó la canción número 4 de las seis que quiere que votemos: “Shut up, come and dance”, después, eso sí, de ofrecernos un breve repaso de las melodías de las tres anteriores. A continuación, realizó una versión instrumentada del poema “El derrotado”, de Ángel González, que leyó en el homenaje a este poeta celebrado la pasada semana en El Savor.

Y llegamos con las emociones agitadas al final de la edición 24 de MAS. La encargada de cerrarla fue Miriam, a la que también le teníamos ganas desde que nos sorprendiera la primera y única vez que se subió al escenario acompañada de su amigo Nico. Su actuación, una versión de “Piel canela” que enlazaba con “Bésame mucho”, le valió una de las invitaciones que anoche sorteamos para el concierto de Paula Lekuona que tendrá lugar este jueves 1 de marzo en El Savor. Ella quiso regalar la otra invitación a Nico, pero le pusimos como condición que nos ofreciera un último tema con el que dar por concluida, ahora sí, esta edición. Accedió y, con ello, Nico se ganó una invitación, y el público, una canción más: “Noche de cuchillos”, de Amaral.

Antes de ponerle el punto final a esta crónica, os dejo los enlaces a los eventos que anoche mencionamos: por un lado, la presentación del poemario Ternura incandescente, de Montse Villar, en la que participarán, entre otros, Fernando Maés y Andrés Sudón, y, por otro, el café-taller“La mirada que respira. En busca de la palabra vinculada”, a cargo del director de la Escuela de Lectura de Madrid, Antonio Rodríguez Menéndez. Ambos tendrán lugar en la Biblioteca Pública de la Casa de Las Conchas y tendrán lugar, respectivamente, los próximos sábado y domingo.

¡Gracias a todos, público y participantes, por hacer posible otra estupenda noche en la mejor compañía! ¡Habrá que ir pensando en qué hacer en la edición 25 de MAS para que esto sólo pueda ir a más!

Andrea Mazas

martes, 21 de febrero de 2012

Crónica MAS (23). 20/2/12

Tal vez porque el carnaval alegra los corazones, quizá porque la noche así lo pedía o porque, una vez más, a todos los que hacéis posible Micro Abierto Salamanca (MAS) os daba la gana, la edición número 23 de nuestra fiesta semanal llenó El Savor de risas y buen rollo (me atrevo a decir que sin precedentes en MAS) desde el comienzo hasta un buen rato después de terminar. Sin embargo, puede haber una razón más. Creo que tanto lo que los participantes eligen para compartir con nosotros como el orden en que vamos presentándolos influye mucho.

Así, que Richard fuera el primero en salir al escenario marcó, desde mi punto de vista, la línea de la noche: tocó dos versiones que ya le habíamos escuchado en otras ocasiones (“Dance me to the end of love”, de Leonard Cohen, y “La quiero a morir”, de Francis Cabrel), pero para este hombre esto sólo es una excusa para dar el espectáculo más divertido que su espontaneidad le permite.

Con el corazón ya preparado para disfrutar de una estupenda noche, Mariela Paz volvió a MAS con su “poesía reactiva”; esta vez, inspiradas en El Leviatán, de Hobbes, sus palabras tenían como diana la economía española; Mariela tiene claro quién es el leviatán: el Fondo Monetario Internacional.

Supongo que Guillermo Toda agradecería ser en esta edición uno de los primeros en participar: así los nervios se van pronto y uno puede dedicarse a disfrutar de lo que sucede desde otra perspectiva. El primer tema se le resistió un poco más de lo que a él le hubiera gustado… pero esta vez se debió a que la escasa luz del escenario le impedía leer la partitura. Solventado este problema, nos ofreció una ejecución más limpia en la segunda composición con la que captó nuestra atención.

Para sorpresa de todos, y después de que yo lo presentara como un friki, Cándido Pérez llevó la contraria a lo que nuestra memoria recordaba de él interpretando Romancero anónimo… Al terminar esta intervención, muy aplaudida, nos ofreció una de las canciones que componen su serie sobre el quinto músico de Bremen.

También fue una grata sorpresa la reincorporación a la plantilla de los lunes de la incombustible Sofía Montero. En esta edición, no la acompañaron sus amiguitos habituales, pero, a cambio, hizo migas con el micrófono, ese ser inanimado al que, según confesó, tanto cariño tiene y que tanto disfruta acariciando. A él le dedicó su primer poema, y después sacó de su “chistera” una especie de rap dedicado a MAS con el involucró a todo el público haciéndolo corear a distintas velocidades nuestras siglas.

A continuación, celebramos una de las actuaciones estrella de la noche. No lo digo yo. Lo dijo el “aplausímetro” final que organizamos para saber qué participante había gustado más y recompensarlo con una invitación para el concierto que ofrecerán Tres Gatos en un Tejado (o lo que es lo mismo Andrés Sudón, Bruno Bonacorso y Gatoperro) este jueves 23 de febrero en El Savor (aquí el enlace). El afortunado, decía, fue el francés Dominique, quien encontró en la correspondencia ficticia con su primo literario Gaston la fórmula para ganarse al público de MAS con muy buen humor. Además, Dominique fue el encargado de decidir a quién iría a parar la segunda invitación. El repartidor de pizzas francés más famoso de Salamanca no tuvo ninguna duda: al concierto del jueves también iría Angie. Darle la invitación a ella fue la forma que tuvo Dominique de agradecerle a ella la actuación con la que se estrenó en la anterior edición de MAS.

Después de las risas por doquier que repartió Dominique, pusimos la nota musical al cierre de la primera parte de esta edición con 7 Días, banda de la que poco a poco vamos conociendo más miembros. Ya habíamos tenido el gusto de escuchar a José Luis Melián y a Judith Amaya (tanto como parte de 7 Días como en solitario), y este lunes descubrimos a la guitarra acústica del grupo: Paloma Arroyo. Nos ofrecieron dos temas propios: el que fuera su primer single, “Sin mirar hacia atrás”, y “Respiro en tus piernas”. Quien se quedara con ganas de más, podrá escucharlos este viernes 24 de febrero a las 22.00 horas en Bar María (Plaza de la Reina).

Después de nuestro merecido recreo, en el que nos repusimos del divertimento de la primera parte y cogimos fuerzas para la segunda, reanudamos la acción con una buena dosis de canciones en inglés. Las primeras en actuar fueron Emy y Cristina. Esta vez, Cristina no nos dejó disfrutar de su voz, pero descubrimos la de su amiga, que nada tiene que envidiarla. Después de presentarse con unas palabras en castellano que estuvieron escribiendo durante la primera parte de MAS (23), quisieron cantar sólo “Wonderwall”, de Oasis, pero el público se negó a que su intervención quedara en esto y coreó “otra, otra, otra” hasta que las artistas volvieron al escenario para interpretar la que, según me indicaron mis compañeros de mesa, podría ser “Unfaithful”, de Rihanna. A estas versiones siguieron las que David, de Massachusetts, hizo de “Make you feel my love”, de Bob Dylan, y una segunda que no presentó pero que creemos que es “Georgia Lee”, de Tom Waits.

Y siguió la música en inglés, pero con introducción en castellano. Fue la actuación de Jorge Silla, seguidor de Eurovisión y que se ha propuesto celebrar una particular edición de este festival en MAS. Este lunes asistimos a la tercera de las seis galas que tiene previstas para presentarnos las canciones que quiere que público y un peculiar jurado voten. Jorge tampoco se quedó sin bis: el público estaba tan entregado que también quiso que prolongara su actuación, y él accedió, con un tema “en francés, no, en corso”. Sin embargo, no tenemos claro si quería, porque antes de comenzar se dijo a sí mismo “Ay, señor, que acabe esto pronto”. No sé si quedó claro de qué iban sus canciones, pero sí que las personas presentes no pudieron no reírse con el humor que no estaba en el guión pero que Silla no fue capaz de evitar.

Era el cumpleaños de una espectadora, María, y uno de sus amigos me pidió que la felicitara, y que, sí podía, le dedicara un poema. Dicho y hecho. Para ella, una servidora, Andrea Mazas, leyó, acompañada al piano por Virginia Montaño, un poema-mail que podría titularse “Su mensaje no ha sido enviado”.

Xufi y Guti volvieron por segunda vez al escenario de El Savor para presentarnos tres nuevas canciones, que recogen, sobre todo, los sinsabores de los amores no correspondidos, como en “Juntos”, pero también otro tipo de experiencias amorosas, como la pasión por la música, lema de su segundo tema.

Nos aproximábamos al final de esta magnífica edición en la que pasarlo bien parecía estar prohibido. El penúltimo en cargar nuestra fiesta de humor fue Alfredo Rubbenstein. Además de los chistes habituales con los que suelen empezar sus actuaciones, obligó a nuestro músculo risorio a seguir moviendo nuestras comisuras mientras escuchábamos La sonrisa de Eva Braun, un relato en forma de absurdo diálogo entre Hitler y su amante, mientras aquél se traviste para ella.

Para una gran edición como la que tuvimos este lunes, teníamos que tener un gran final, y fue posible gracias al buen hacer de Virginia Montaño, que volvió a emocionarnos una noche más con tres de sus canciones. Aunque no tenía pensado hacerlo, no pudo resistirse a la tentación de tocar el piano y de él se valió para ofrecernos “Noviembre”. A continuación, recuperó el formato “texto más canción” con el que se dio a conocer en MAS para, finalmente, cantar “Libertad”, tema que algunas personas le pidieron en el entreacto y con la que finalizamos una noche espléndida que nos cargó el ánimo para encarar el resto de la semana con buen humor.

Las semanas irán pasando y, sin darnos cuenta, llegaremos a la treintena de ediciones… Algo habrá que hacer para celebrar nuestras tres decenas de noches juntos. Lo iremos pensando… Pero, de momento, disfrutemos de los eventos que nos depara esta semana: además de los ya mencionados (véase más arriba), este miércoles estarán Tres en Raya en El Corrillo, haremos un Homenaje a Ángel González en El Savor, y el jueves Alberto Mendoza, nuestro amigo de MAS, ofrecerá un concierto en el Puerto de Chus.  ¡Tenéis más que buenas razones para no quedaros en casa! No obstante, si decidís descansar, podéis ir pensando qué hacer en la edición número 24 de MAS, el próximo lunes 27 de enero, para la que ya está confirmada la participación de artistas nuevos… entre ellos, una muestra de Poetry Slam. ¡Que no te lo cuenten! ¡Ven a verlo!

Gracias a todos.
Andrea Mazas

sábado, 18 de febrero de 2012

Crónica MAS (22). 13/2/12

Con el día de los enamorados al acecho, la edición n.º 22 de Micro Abierto Salamanca (MAS) no podía no hacer alusión al amor/desamor a través de las actuaciones que el lunes subieron al escenario de El Savor con suficientes razones para celebrar: contamos con menos publicidad que San Valentín, pero somos más espontáneos y tenemos más iniciativa.

Ya habían pasado unos meses desde la última vez que Cándido Pérez se dejó ver en MAS. Quiso demostrar que él también es un romántico, pero a su manera: en lugar de velas, la luz de una espada láser es suficiente para la magia. Así, nos regaló una “frikibalada” con las fuerzas del mal mediando entre el deseo y la ficción. A continuación, este amigo de las sagas ofreció la quinta de una serie de canciones que recogen las venturas y desventuras de un músico de Bremen, con estribillo en alemán: “Espejito, espejito, ¿quién es el más loco del reino?”.

Con otros asuntos de más gravedad empezó la agitada semana que ya acaba. Rodrigo Bocanegra no quiso que la tan superficial y comercial celebración de cada 14 de febrero nos hiciera olvidar el compromiso que nos exige la realidad y, por ello, vino a leernos el poema “El más oscuro deseo”, dedicado a la “gente de Atenas pero antes la de chile, Guatemala, el Salvador, Nicaragua, etc.” y del que a continuación transcribo los primeros versos:  “Se ha vuelto mi voz un chillido, / un hilillo de lamento, / por las pinzas de acero en mis pezones. / Arrodíllame, Libertad, / extralimítate..

Después de este intenso poema, vinieron una serie de intervenciones con versiones de lo más variadas que buscaban, como diría Richard, celebrar que al día siguiente era martes. Este bloque de canciones nos llevó al final de la primera parte, donde nos aguardaba una actuación con la que se inauguraba un género en MAS… pero no nos adelantemos… Richard fue el primero en ofrecernos sus versiones (y su humor, algo a lo que ya no queremos renunciar): “It's now or never”, de Elvis Presley, y “Loosing my religion”, de REM. A continuación, Fran, después de mucho tiempo haciéndose desear, volvió con su ukelele para versionar dos temas, uno de ellos la instrumental “Falling slowly”, de la banda sonora de Once. Por su parte, Dominique dejó esta semana la correspondencia semanal con su primo Gaston, a la que ya nos ha enganchado, para recuperar la faceta musical con la que se presentara en MAS; en las anteriores ocasiones, el músico que lleva dentro eligió versionar, pero esta vez nos sorprendió con una composición propia, escrita en francés. Gustó tanto que el público exigió una segunda canción. Él se excusó: “No soy cantante”, pero a los espectadores esto no los convenció, y a Dominique no le quedó más remedió que hacer un bis; lo hizo con una versión de (creo recordar) “Redemption song”, de Bob Marley. Por último, la bella neozelandesa, Cristina, cumplió con la palabra que dio la semana pasada de regresar a MAS y su cálida voz nos volvió a ganar con un tema de John Mayer (¿“Dreaming with a broken heart”?) y una segunda de la que sólo disfrute: ella no dijo nada para presentarla ni yo apunté nada sobre ella en mi cuaderno.

Llegamos al recreo de las mímicas manos de Carmen, Carmiña o Karmele, como ustedes quieran llamarla. Hace unas cuantas ediciones subió al escenario en un arrebato y, como no tenía nada preparado, nos sorprendió con un buen poema que hizo las delicias del público con su simpatía y estilo clown. En esta edición de MAS, Carmen cumplió la promesa que nos hizo de volver con un número de mimo que implicó a parte del público con maracas, castañuelas, pompas de jabón, platillos… y una imaginaria bola gigante que modeló a partir de un moco, también invisible, que sacó de su nariz para bailar con ella después de decidir seguir viviendo para hacer reír.

En la segunda parte de MAS 22 se intercalaron caras ya habituales con otras nuevas o no tan familiares. Esta mitad comenzó con Andy Mathews. Era su tercera ocasión en MAS y, quizá porque hacía tiempo que no venía, nos ofreció tres canciones… y con ganas se quedó de tocar una cuarta, algo que tuve que impedir, porque MAS venía cargado de actuaciones y no había tiempo. Por experiencia, creo que es mejor dejarse ver más con más frecuencia e ir ganando al público poquito a poquito, que aprovechar el formato de un open mic para ofrecer un miniconcierto, con el riesgo de dejar a otros participantes sin actuar. Esto parecía saberlo Florencio, un músico que con una sola canción demostró tener muchas tablas: el silencio se hizo en El Savor tan pronto como empezó a tocar el precioso bolero que cantó, que sólo se vio interrumpido por un aplauso espontáneo ya en la primera estrofa. 


Andy Mathews
Florencio






Alfredo Rubbenstein y Jorge Silla solaparon sus actuaciones. Rubbenstein estrenó su relato “El amor fo o teorema somariano de los hombres sin corazón” (que, por el título, supongo que es la réplica que pidió Mamen Somar, cuando afirmó que su experiencia le decía que los hombres no tenían corazón; lástima que en esta edición esta poeta no estuviera presente…). La intervención de Alfredo terminó con la presentación, en formato chiste, de Jorge Silla, quien vino a presentarnos “Is she really with me?”, la segunda de las seis canciones que quiere que valoremos (en el sentido de votar o juzgar), ya sea a través de este blog, de nuestro grupo en Facebook, por paloma mensajera o en el mismo escenario de MAS, porque antes de bajarse de él invitó al siguiente participante a que nos contase qué le había parecido su actuación.


Rodrigo Cuervo demostró ser un artista educado al no desoír la petición de Jorge Silla. Le explicó a él su visión del asunto en lo que se convirtió en el comienzo de una conversación entre ambos músicos, que tuve que interrumpir porque, como diría Freddie Mercury, the show must go on. Y lo hizo con la valentía de Rodrigo, quien, ya sabemos, es más amigo de la improvisación y del “a ver qué sale” que de traer algo preparado. Con sus atrevimientos, no obstante, se gana al público cada semana.

Angie


Elvis volvió a sonar en esta edición de MAS, ahora en la voz de una participante nueva, Angie. Confesó estar muy nerviosa, pero a nosotros nos dejó boquiabiertos de lo bien que lo hizo: ojalá vuelva pronto  para irse quitando la timidez y dejarnos verla ganar confianza y tablas. A un suave “Love me tender”, en la que nos mostró su parte más dulce, siguió “Zombie”, de The Pretty Reckless, con la que conocimos a la mujer de carácter que ya es a pesar de su juventud. Fue, en mi opinión, el descubrimiento de esta edición.

A Angie siguió un músico llegado de Massachusetts, del que sólo sabemos esto y su nombre, David, que se animó a sumarse a nuestra fiesta con una canción en su idioma; te pido a ti, que estás leyendo esto, que si lo sabes, añadas el título en un comentario. 



Nuestro camarero, Matías, dejó de poner mojitos para cerrar esta edición con su buen rollo y su enérgico ritmo. Con sus dos canciones nos confesó que él se enamora mucho, que ama las diferencias y que el “rock & roll es amor”.

Antes de terminar, le debo un párrafo a la artífice de las fotografías que acompañan esta crónica: son de Carme García y a ella también me gustaría volver a ver por MAS, por el carácter que demostró tener y por los pelos que le faltan en la lengua…

Así, con ritmo y sabor, bajamos el telón de MAS 22 con la mirada ya puesta en la noche del lunes 20 de febrero, en la que, a buen seguro, volveremos a sorprendernos con nuevas y mejores actuaciones. ¿Todavía no te has apuntado? Ay, ay, ay… Anda que… Aquí tienes el evento a la siguiente edición; ya no tienes excusa.

¡Gracias a todos por un MAS más!
   
Andrea Mazas

jueves, 9 de febrero de 2012

Crónica MAS (21). 6/2/12

Lo de empezar casi cualquier evento que se celebre en Salamanca más tarde de lo previsto es ya tan normal que casi nadie piensa en ir al local donde se celebra un poco antes de la hora a la que está programado. Así, la edición 21 de Micro Abierto Salamanca (MAS) comenzó ya no con el retraso habitual sino con el acumulado de varias semanas: cada lunes se va sumando una media de entre cinco y siete minutos. (¡Esto hay que pararlo o corremos el riesgo de empezar cinco minutos antes de terminar!) Éste no parece ser, sin embargo, el espacio para este tipo de reflexiones, así que, para no caer en otras demoras innecesarias, vayamos ya a dar parte de lo acontecido el pasado lunes 6 de febrero en El Savor.

El primer nombre de los títulos de crédito que recogió mi libreta fue Javier Pacheco. Acudió con su flauta y con ella interpretó tres temas de “cultura general”: la banda sonora de El Padrino y dos brasileños (“Lambada” y ¿”Corcovado”?), y uno más de regalo para todos los que se criaron con la Game Boy, la desesperante música del Tetris, una versión de la canción popular rusa “Korobeiniki”. 

Después de tan lúdica intervención, regresó a MAS, con nuevas composiciones, la joven poeta Ane González; ya empezábamos a echar de menos en nuestras veladas de los lunes tanto a ella como a sus poemas, y para solventar este asunto nos regaló tres textos: “Paper Bag”, “Poema sin sorna”, una crítica a las redes sociales, y un tercero “sobre la comunicación”, sin título. Los tres están disponibles en su blog Poesía Terapeutikoa

Virginia Montaño estaba especialmente contenta en esta edición: porque la acompañaba Manu Míguez y porque venía a anunciarnos el concierto que dos días después ofrecería en este mismo escenario con dicho cantautor. Los temas que eligió para ponernos la miel en los labios fueron “Y qué más da” y “Tienes la luz”. Para despedirse, invitó a Manu a que la acompañara y con una canción de él nos dieron una perfecta muestra de la creciente conexión musical que se está dando entre ellos. ¡Feliz encuentro el de estos dos músicos!  

También regresó a MAS después de algunos lunes de ausencia (exámenes es la palabra más repetida en esta ciudad en enero) Víctor Casado. Su intención no era precisamente humilde. Objetivo: definir “cultura”, conocer cuáles son los intereses de los españoles. Herramienta: www.google.es. Método: buscar cada una de las letras  del abecedario; la primera entrada de cada búsqueda sería lo más buscado por los españoles y, por tanto, lo que más les interesa. El resultado que nos ofreció es, ciertamente, desalentador. A propósito del tema sobre el que Víctor vino a reflexionar a MAS, como si fuera la punta de un gigante iceberg, me parece interesante dejar aquí este vídeo:




El cierre de la primera parte corrió a cargo de los virtuosos dedos y de la virtuosa improvisación de Rodrigo Cuervo. Según me informó Guillermo Toda, realizó una versión de “Koyumbaba”, de Carlo Domeniconi, “con variaciones, porque está haciendo lo que le da la puta gana” (sic). 

Como la primera mitad de MAS (21) fue algo corta algunos pensaron que la segunda también lo sería. No fue así. En esta parte aún teníamos que disfrutar de ocho actuaciones más. La primera de ellas fue la del ya mencionado Manu Míguez. Primero nos emocionó, a nosotros y al mismo piano de El Savor, con “Canto varado” y, después, buscó crear esa atmósfera de intimidad en la que tan cómodo se siente: lo hizo con “Hojas secas”, sin micrófono ni escenario. 

A ver cómo resumo la siguiente intervención… Se trata de la de Jorge Silla, que se valió de las virtudes comunicativas de Víctor Casado para que, siguiendo el guión que Jorge le facilitó, interpretara al conductor de un programa del tipo “Tú sí que vales” y, después de darnos un sucinto currículum vítae de su creador, explicara la dinámica del supuesto concurso en el que participarán, a lo largo de las sucesivas ediciones de MAS, seis canciones de Silla y que el público y un jurado nombrado a tal efecto (Rodrigo, Richard, Lydia-Marie Lafforgue, Virginia Montaño y una servidora, Andrea Mazas) deberán votar con el objetivo de saber cuál es la que más gusta y cuál la que menos. Como veréis aún no he hablado de la propia actuación de Jorge Silla. Hasta aquí sólo la “intro”. Después vino la primera de esas seis canciones, “Never forget me”. Según indicaciones del autor, quien quiera puede valorar sus canciones a través del grupo de MAS en Facebook. También podéis mandar vuestras opiniones al respecto, junto con las valoraciones del resto de participantes, al correo electrónico microabiertosalamanca@gmail.com. (Aprovecho para mencionar que esta semana nadie ha mandado sus impresiones, de modo que esta crónica sólo cuenta, lamentablemente, con las mías.) 

Después de la actuación de Jorge, Dominique subió al escenario con la intención de “ir al grano”, tal como pedí a los participantes que quedaran para que ningún “apuntado” se quedara sin actuar por falta de tiempo. El francés intentó centrarse en el asunto que lo traía a MAS, la tercera entrega de su graciosa correspondencia con su primo Gaston, pero no pudo porque no quiso dejar de felicitar a Manu Míguez por su actuación. Después de esto, nos leyó una largamente aplaudida carta, escrita “desde el Convento de Santa Clara, que pos sí mismo justificaría todos los abusos del catolicismo”. 

También Richard quiso dar las gracias a algunos participantes, en este caso a Jorge Silla y a Víctor Casado, por hacerle sentir por una vez como Risto, pero también, de nuevo, a Manu Míguez: “Yo de mayor quiero ser él, que lo toca todo…”.“Y es muy bueno”, añadió Rodrigo Cuervo desde el público, a lo que Richard apuntó “tan bien que da asco”. Una vez mostradas las simpatías por este músico, empezó a tocar la canción de Leonard Cohen que la semana anterior había dejado a medidas. Después de intentarlo durante unos minutos al estilo cohen, sin que consiguiera encontrarse cómodo, decidió cambiar de registro y adoptar el suyo, con más alegría de acampada, pero ni con ésas… así que no le quedó más remedio que pasar al segundo tema con el humor al que ya nos tiene acostumbrados y que tanto nos gusta. Estamos tardando en ver un espectáculo músico-cómico de este señor que tan buenos ratos nos hace pasar en MAS; su humildad sumada a su sencillez es su estandarte.

La segunda parte de MAS nos reservaba una agradable sorpresa: la preciosa voz (y preciosa ella, hay que decirlo todo) de Cristina, una neozelandesa que llegó a El Savor por casualidad y que, ante lo que se encontró, ha prometido volver los próximos lunes. Cogió una guitarra española y nos dejó callados, y con ganas de más, con la suavidad con que versionó a Alicia Keys.  

No llegó a terminar de decir que lo que iba a tocar era fácil, porque antes de esto debió de recordar las veces que los nervios lo habían traicionado en el escenario… No obstante, Guillermo Toda cada vez se siente más como en casa sobre las tablas y esto le permite tocar, cada vez mejor y con menos dificultades, los temas que elige. En esta edición interpretó tres, entre ellos uno de Ennio Morricone y otro, según creo, propio y sin título (si no es así, te pido que me corrijas, Guillermo).

Ya nos habíamos hecho a la idea de que esta edición no contaría con la presencia de Alfredo Rubbenstein. Parece, sin embargo, que la noche del lunes fue una gran tentación a la que no pudo resistirse y, gracias a ello, nosotros tuvimos nuestra dosis semanal de su principio activo: humor, sarcasmo y drama, en justa proporción. En mi opinión, esta vez leyó un relato no tan “macerado” como otros y en el que perdí el hilo cuando cambió su acento por un impostado uruguayo. Esto no impidió que Rubbenstein gustara tanto como cada lunes.

La edición que aquí resumo terminó con las rimas improvisadas de Jesús “El indio”, acompañado por Manu Míguez al piano. El resultado fue una singular pieza de “rap poético”, amarga pero contenida, que Jesús quiso dedicar a su familia. 

Seis mil seiscientos sesenta y seis caracteres. Ésos son los que he necesitado para resumir una jornada de arte, sí, pero sobre todo de amistad y camaradería, y en la que ya se notaron menos los estragos que los exámenes hacen en las celebraciones nocturnas de esta naturaleza.

La próxima edición de MAS será la 22 y, a buen seguro, tendremos ocasión de disfrutar y compartir más y mejor. Será el lunes 13 de febrero. ¿Quién se apunta?