jueves, 29 de septiembre de 2011

Crónica de M. A. S. (2). 26/09/11

Disculpen el retraso, pero aquí está la crónica de M. A. S. (Micro Abierto Salamanca), segunda edición. Aún notamos el cambio de sala, el mismo número de personas que acudían al Esperpento llenándolo hasta los topes, parecen pocos en el flamante Savor. Pronto se va a quedar pequeño y tendremos que pasar al Multiusos. Eso , la sensación de estar un lunes compartiendo arte, brindis y hasta besos, no ha cambiado en absoluto. En el M. A. S. de este pasado 26 de Septiembre ha habido música en directo, performance, poesía y relato. El evento comenzó con un servidor, Andrés Sudón, cantando dos canciones, La gata maullera y Pan para las larvas, esta última pedida desde la platea por Guille el mago, que más adelante nos deleitó con su destreza y elocuencia. Una vez rota la primera fina capa de hielo, salió a escena la poeta Ane González que recitó tres poemas, uno de Lucia Azpeitia (a la que echamos de menos desde hace tiempo ya), otro a dos voces con la bella Maria de Miguel, y uno suyo para finalizar su intervención. A continuación le tocó su turno a Guillermo Toda, al cual habíamos convencido para que saliera a probar la nueva y estupenda guitarra de Fernando Maés. Estuvo un poco accidentado, dado que una guitarra nueva, sin caja, hay que tocarla unas horas antes para poder clavar la ejecución. Y ahí estuvo Guillermo mostrando su falta de miedo escénico, es decir, sus cojones. A continuación Guille el mago nos arrancó algunas risas y algunas caras de asombro, primero con su magia de cerca y después con un ingenioso número de escapismo que le dejó enganchado a María de Miguel. Mientras se desenganchaban, subía al escenario Fernando Maés, que fue al M. A. S. solamente para darme envidia con su nueva guitarra, empresa que llevó a cabo con éxito. Además cantó Tesoros de Antonio Vega y una canción de Quique González que no se le va de la cabeza. Este sábado día 1 de Octubre, Fernando toca en El Savor muy bien acompañado, no se lo pierdan. Tras Fernando salió Luis Somoza, el poeta veloz, que aunque lea despacio, te hace visualizar rápidamente imágenes paradójicas con gran facilidad. De los tres poemas que leyó solamente uno tenía título, Fe en la acción. Cuando bajaba Luis del escenario, apareció un espontáneo en calzoncillos, con unas tijeras y cara de enfadado, diciéndonos que lo estamos haciendo todo mal. Se trataba de una performance del joven Víctor Casado (que creo que nos va a dar mucho que hablar este curso), y el texto que declamó era la letra de una canción de un grupo hardcore norteamericano, de cuyo nombre no logro acordarme. El siguiente en actuar fue Rodrigo, un guitarrista robusto y virtuoso con gran talento para la guitarra clásica, una mezcla equilibrada entre sensibilidad y fuerza. La siguiente intervención fue, a mis ojos, la más espectacular de la noche, Alfredo Rubbenstein, quien nos pidió a Andrea y a que le presentáramos diciendo "la verdadera obra de arte es aquella que te hace sonreír y llorar en la misma frase". Y Alfredo hizo lo propio, primero nos hizo reír con la divertida historia del cochino, y en ese estado mental de risa que teníamos, nos hizo inbuirnos completamente dentro del horror que supone una bomba nuclear. El aire se podía cortar con una motosierra, y la posterior ovación fue la más contundente de la noche. Alfredo tiene días buenos y días muy buenos, como el lunes pasado. Tras esto, salió a escena el artista internacional Emilio Papel (de la Sociedad Psicogeografica de Salamanca, busquen, busquen en Google), que nos leyó dos poemas de su serie de tipos masculinos contemporáneos; el segundo era un tipo bohemio y literario, es decir, cualquiera de los que vamos al M. A. S. El siguiente participante fue Máximo Somolinos, que nos dio una alegría diciéndonos por qué Sombrerero Loco cumple años todos los días en Facebook. Yo guardo el misterio y no lo cuento, hay cosas que hay que presenciar ;). Después nos leyó de su ipod Botones, una historia real, y luego recitó de memoria Preludio y muerte. Oye, Maximo, cuándo va a venir nuestro Luis Llorente al M. A. S., es extraño sin él. La noche terminó con música instrumental en directo, el profesor David Calabrés, que se tajo a toda la banda dentro del ipod y empezó con un famoso tema de Santana de 1978, continuó con un blues improvisado de buen rollo, y, tras promocionar sus económicas clases de guitarra, terminó con un tema de SatrianiAlways with me, always with you. Y así, a lo grande, dimos por concluida la sesión de micro abierto, pero no la noche, porque ya sabemos que, desde hace dos años, el fin de semana comienza el lunes.

martes, 20 de septiembre de 2011

Crónica de M. A. S. (1). 19/09/11

Por fin, después de un verano que quiere prolongarse, Micro Abierto Salamanca (M. A. S.) volvió para seguir dando otro sentido a las noches de los lunes. La andadura de este espectáculo comenzó en octubre de 2009 en la Sala Alquimista del Esperpento. Durante esos dos años, hicimos amigos, brindamos por la cultura innumerables veces, nos emocionamos y aplaudimos cierto poema y aquella canción… Con todo ello, el cierre de la Sala Alquimista nos dejó un sabor amargo. Sin embargo, M. A.S. es más que un lugar: es espíritu, es alma, es ganas de compartir y celebrar… y esto no se quedó en el camino. Sólo había que encontrar otro punto de encuentro en el que toda esa magia, lejos de desvanecerse, siguiera creciendo. Así, cuando anoche El Savor abrió sus puertas a todos los que conforman M. A. S., escribimos un rotundo “continúa” a pie de página.

La noche fue emotiva y emocionante. Empezó con los nervios de un primer día de colegio, pero poco a poco fuimos olvidando lo que de nuevo había y recordando lo que permanecía inalterado. A las 21.30 h el público y los artistas participantes empezaron a llegar a El Savor. Los reencuentros con caras ya conocidas se mezclaron con las bienvenidas a otras nuevas.

Con el retraso habitual (ese que queremos convertir en puntualidad en lo sucesivo), comenzamos guardando cinco segundos de silencio por el Esperpento, y recordando a todos cuantos han hecho posible este espectáculo desde sus inicios. Tras este ceremonioso comienzo, un trío de músicos, a todas luces nórdicos, fueron los encargados de inaugurar la primera edición de M. A. S. No llegamos a saber qué idioma hablaban, por lo que, ante la falta de entendimiento, los bautizamos como Los rubios por razones obvias. La sorpresa llegó cuando en el escenario, con dos guitarras y timbales, tocaron un tema que recordaba a Paco de Lucía e hicieron aguas nuestra intuición de pop… De la fusión pasamos a la poesía del puertorriqueño Joan M. Corcino, quien abandonó la libreta a la que nos tiene acostumbrados para leer directamente de su portátil. Sus palabras y su acento nos dejaron con ganas de más poesía, por lo que tomó el relevo Montse Villar, autora de Tríptico de mármol; de los dos poemas que leyó, por alguna razón salvé en mi cuaderno el recordatorio de que “las rosas de verdad no son perfectas”. A continuación, Fran Sánchez se estrenó en M. A. S. en lo que, según nos comentó, fue su primera actuación en público; trajo con él su ukelele y, aunque parecía un poco nervioso al principio, después tocó como si fuera ducho en las tablas. La velada continuó con Luis Somoza, poeta ya habitual en las anteriores temporadas de M. A. S.; en esta ocasión, eligió tres poemas de reciente creación que él mismo definió como “un poco paranoicos”, textos que parecían gritar la amenaza de una metamorfosis. El broche de la primera parte lo pusieron Fernando Maés y Andrés Sudón; cantaron a dúo “Ojos miel” del primero y “Ternura macarra” del segundo, con las que volvieron a demostrarnos que también en el escenario se entienden muy bien.

La segunda parte de la primera edición de M. A. S. comenzó vistiendo la nariz de payaso de Alfredo Rubbenstein; una vez más, apeló a su humor irreverente para hacer una especie de zapping de recuerdos televisivos en un monólogo en el que no dejó de mencionar las anteriores temporadas del espectáculo, en las que él tanto participó y disfrutó. Después de que Rubbenstein prometiera desnudarse el próximo lunes, subió al escenario Ane González. Como señaló Andrés Sudón, ya no podemos imaginarnos M. A. S. sin el talento de esta joven poeta, que ha regresado del verano con más entereza, madurez y confianza artísticas. Esto mismo pudimos observar de Guillermo Toda. Sin necesidad de escalas previas, se apropió de una guitarra y tocó solo una pieza clásica para dejarnos con ganas de otra… Emilio Papel regresó a M. A. S. con su poema “Horizonte de sucesos”, un elogio a la ciencia y a quienes la formulan, y del que dejamos aquí unos versos: “Todo se aleja progresivamente de ti, / como lo hacen las galaxias entre sí”. Con un estilo muy distinto (“Me encanta ser un Koala en tu mirada de eucalipto”) recitó el versátil Suso Sudón; aunque dijo no saber muy bien qué iba a hacer, sí parece que, en cuanto a poesía se refiere, tiene las cosas bastante claras. Y así llegamos, sin darnos cuenta, al final de esta primera edición de M. A. S. en El Savor. La encargada de cerrarla fue Misir Lau; el público olvidó pronto la timidez con la que se presentó. Dijo no saber nunca cómo presentar sus canciones, llevaba todo el día pensando cómo hacerlo y, al final, simplemente, optó por pedir al público que escuchase sus dos canciones de estilo blues. El público respondió con un gran aplauso, con el que dimos por terminado el evento, no sin antes invitar a los asistentes a repetir el lunes siguiente.