martes, 29 de noviembre de 2011

Crónica MAS (11). 28/11/11

Un lunes más, las puertas de El Savor se abrieron para dar cabida a Micro Abierto Salamanca (MAS), que ha celebrado esta semana su edición n.º 11. Ya van once semanas de espectáculo y a nuestro recreo semanal se siguen sumando nuevos amigos. En esta ocasión, a algunos de los participantes habituales, se sumaron Andrea Cruzat, Fede Sánchez y Aurora, que abrieron sus blocs por primera vez para nosotros, y Dominique y Andrea, que, uno con su voz francesa y otro con su armónica italiana, acompañaron en dos temas a Richard, ya habitual de MAS. 

En las dos horas y pico de MAS se desarrollaron un total de quince intervenciones. La responsable de la primera de ellas fue Andrea Cruzat, quien, después de confesar los nervios de la primera vez, los templó a golpe de verso con tres poemas, ya que no quería que nos quedáramos “con una sola impresión”. Tras las “Cortinas cerradas”, título del último de ellos, se escuchaba el “sensual ronroneo del abejorro” y se intuía la placidez romántica de los dos cuerpos cotidianos que yacían en sus líneas. Joan Corcino fue el encargado de descorrer las telas, con su ternura verbal, para descubrirnos un “poema feliz” que sonaba como una “canción de latitudes y astrolabios”. De la tierra al cielo… De allí Fede Sánchez, inspirado en la obra de Rilke, rescató un relato épico sobre seres alados, Ícaros que planean despojarse de sus cadenas en un encuentro que pierde su brevedad gracias a las palabras. Las del siguiente participante son tan rotundas como su voz y su ritmo: Luis Somoza volvió a ganarse un ferviente aplauso con los tres textos elegidos para esta edición. Cuando anunció que se despedía con un “poema de amor”, el público no parecía creérselo del todo (dadas las risas que despertó este comentario), pero el ímpetu de Somoza esconde la pasión que enciende el amor, y esto quedó demostrado con sus líneas. La poesía hizo una pausa en este momento de la noche para dar paso al segundo sketch de Collectiú Fartura. Después de la versión de “300 asturianos y la virgen” de la pasada edición, se atrevieron con la de “Indiana Jones y la última fartura”. Para que os hagáis una idea del humor de estas “piezas”, podéis consultar los enlaces que Víctor Casado, integrante de este "colectivo", ha dejado en nuestro grupo en Facebook: MAS (Micro Abierto Salamanca). Y así llegamos, con ese humor de lugares comunes (no sin ciertos tropiezos con la utilería), a la primera parte de MAS, a la que pusimos las ilusiones y la sonrisa de la musicóloga y cantautora en ciernes Virginia Montaño. Como ya es habitual en ella, antes de hacerse con la guitarra, compartió una de sus reflexiones; en esta ocasión, un canto a la vida y a la amistad, que sirvió de perfecto prólogo para “Olor a mandarinas”, de Zahara (por si alguien quiere disfrutarla, he dejado el enlace en el grupo de Facebook). A esta siguió su nueva composición, “Bailar bajo la lluvia”, que ya la semana pasado probó lo que de ella existía. Como Zahara, queríamos “prolongar el encanto de vernos”, pero antes de continuar hicimos una breve pausa, como es de rigor.

Y con ganas de MAS, reanudamos la edición n.º 11. Después de que Virginia nos revelase que su “deporte favorito son tus besos”, la que escribe esto, Andrea Mazas, le dedicó el poema “Sobre todo la boca”: porque compartimos disciplina deportiva y porque cada lunes consigue enternecerme. A continuación, se desarrolló el primer pase musical de esta parte. Richard volvió a hacer gala de su simpatía (de la que tan bien hace uso para solventar sus problemillas en el primer intento de interpretar un tema) y a cantar el que ya podemos decir que es su himno en MAS, “La quiero a morir”, esta vez en versión bilingüe, acompañado por Dominique. Después, la mítica “Blowing in the wind”, de Bob Dylan, fue el reto musical con el que nos sorprendieron Richard y Andrea, que llegó desde la Toscana para dejarnos con el ritmo de su armónica bailando en la cabeza. Y así, con esa danza mental aún en su segunda vuelta, Víctor Casado volvió al escenario para ofrecernos una entrega más de su sección “Verdades como puños”: el tema de su “diatriba” esta vez fue la higiene… de la boca y de las manos. Después de aconsejarnos que nos lavemos las manos antes de “realizar actos sagrados […] como escribir”, sin duda, debí perderme algo, porque lo siguiente que recuerdo es “Soy un ejemplo de virtudes dionisíacas, chicas… Lubricad si os place”, seguida de un gesto que no describiré porque aún lo estoy asimilando… Hasta este momento los aplausos fueron muchos, entusiastas y agradecidos; sin embargo, antes de leer sus dos poemas, Miguel Ángel indicó que, si a alguien le gustaban, se sentiría más agradecido si lo demostrábamos con silencio en lugar de con vítores. El verdadero motivo lo descubrimos en su primer texto, que versaba, precisamente, sobre el silencio. A pesar de sus palabras iniciales, el aplauso es una convención y el público rompió el silencio con palmas y con sumo respeto. Se despidió con unos versos dedicados a su trastorno, Celia, una mujer, al parecer, “bellamente complicada”. Esta semana Óscar Bailongo no hizo su play-back habitual y se limitó a leernos un poema en inglés que en su día regaló, como fondo de una brújula, a su hermano y del que después nos improvisó la traducción. Mariela Paz subió al escenario con la energía de muchas mujeres en su cuerpo, y, desde la rabia y la indignación, dedicó el poema que su profesor de Teoría Política le inspiró después de explicar al alumnado, desde cierta pose “burguesa”, la teoría de la justicia de Rawls. El texto y, sobre todo, la visceralidad desde la que lo recitó, hicieron que el público no tardase en hacerse cómplice de las palabras de Mariela. Después de este arrebato, Rodrigo Cuervo nos regaló un bálsamo de música. De nuestro amigo  clásico quizá se pueda decir mucho, pero a mí me deja muda: durante su actuación, siempre me quedo perdida en sus manos, con toda mi atención puesta a su buen hacer… No sé de música, y tal vez la ejecución no sea siempre perfecta, pero es capaz de transmitir la mágica sensibilidad que lo caracteriza. Es mejor escucharlo (y verlo). Algo parecido me pasó en esta edición con Aurora. Fue su primera vez en MAS y derrochó dulzura: lo que no hubiera en las palabras que extrajo de su cuaderno lo añadían su gesto y su voz. Compartió una historia de amor en tres actos-poemas que resumían las tres fases de un idilio. El amor (cara y cruz) siempre está presente en MAS, y María de Miguel completó el resumen de Aurora exponiendo con su desparpajo las idioteces que se hacen en la primera etapa del enamoramiento. Lo hizo a través del monólogo “Cuando nos enamoramos”, con el que (si no recuerdo mal), Gabino Diego ya hizo desternillar al público del Club de la Comedia. Nuestra Gabina, más guapa (todo hay que decirlo), también consiguió el objetivo y juntos nos reímos de nosotros mismos. Llegamos al final de la noche, que la cerraron espontáneamente Andrea y Richard con una nueva, movida y prolongada versión de “Tu vuo' fa' l'americano”, de Renato Carosone.

Después de tantas líneas, me reservo estas últimas dos para invitaros a disfrutar de la que será la edición n.º 12 de MAS, el día 5 de diciembre (con el martes festivo esperándonos después). ¡Ya estamos en curso!

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Crónica MAS (10). 21/11/11


Micro Abierto Salamanca (MAS) es una experiencia difícil de compartir a través de un resumen como el que escribo cada semana. Apenas uno puedo limitarse a dar unos pocos datos objetivos (el nombre de los participantes y el título del poema o de la canción elegido para esa noche) y ofrecer alguna que otra impresión personal. 

Semana a semana se va cogiendo cierto cariño a quienes pasan por El Savor. Parece que es recíproco, porque algunos, como Cándido Pérez, toman, como punto de partida de su inspiración, el ambiente que se crea cada lunes en MAS y a algunos de sus personajes (a mí incluida) para escribir una canción. Hay quien, sin embargo, aprovecha esta cita semanal para compartir sus búsquedas y descubrimientos musicales en el escenario, como hicieron esta semana, por primera vez, Andrés Sudón y Misir Lau. Compartir escenario no suele ser habitual, pero a veces es la forma que tienen algunos de atreverse a asomarse a ese lado de la cuarta pared por primera vez: así lo hicieron, disfrazados, armados con cucharas y con un bable de aquella manera por idioma, Collectiú Fartura. Poetas o aprendices del verso nos dejan asomarnos a su cosmos a través de la palabra e invaden el escenario de intimidad y secreto durante unos minutos; es el caso de Mariela Paz, Luz Mercedes Orrego o Suso Sudón, que, con unas pocas líneas y menos tiempo, comunican una idea, una preocupación o una reflexión. Este también es el caso de la entusiasta y sensible Virginia Montaño, cuya ternura no sólo matiza su voz sino también sus composiciones y su trato. Guillermo Toda y Rodrigo Cuervo nos van mostrando en pequeñas dosis su gusto por este o aquel tipo de música, así como los avances seguros, y sobre todo concienzudos, en su preparación musical, de una forma delicada y simpática, a veces graciosa y siempre humilde, por no hablar del respeto mutuo que se demuestran. Otros siguen indagando sobre sus temas predilectos: Alfredo Rubbenstein, a través de sus relatos, el horror y lo absurdo de ciertas pulsiones humanas; Óscar Bailongo, con sus play-back y textos escogidos, los idiomas. Siempre hay quien se gana al público por su simpatía, espontaneidad y sencillez, como Ricardo Díaz (Richard), quien se prepara un monólogo (con más o menos acierto) o quien lo improvisa (con más o menos tempo); así hicieron Jorge Silla y Víctor Casado, respectivamente. Casi siempre conocemos nuevas caras; esta semana tuvimos ocasión de disfrutar de los ritmos de El dúo justiciero. Por último, hay quien se queda sin subirse al escenario por motivos ajenos a su voluntad. Esta semana, al establecer el orden de participación, olvidé escribir un nombre en la lista, el de Miguel Ángel, a quien pido disculpas… Sin embargo, si yo no hubiese cometido ese error, la pasada velada de MAS se hubiese alargado aún más de lo que lo hizo.

Esta semana todas las negritas del párrafo anterior no resaltan los nombres de los participantes, sino lo que hace que MAS sea o pueda ser algo más que un motivo para salir de casa cada lunes. No pretende ser una declaración de intenciones, sino una llamada de atención a algo que ocurre y que muchos queremos que siga sucediendo. Algo a lo que cada semana se suma alguien más. Un encuentro que es nuevo siempre, con una lista de participantes cada vez más larga… en el que hay siempre un público fiel y respetuoso, pero también exigente. Nadie quiere quedarse con nada en el tintero cuando coge el micrófono, nadie quiere que nadie se quede sin tener su oportunidad de hacer uso de él y ninguno queremos llegar tarde a trabajar o a clase el martes… Por eso todos o casi todos, a excepción de los espectadores, piden participar en la primera parte para así poder marcharse pronto a casa.

Por eso, a partir de ahora, para poder seguir utilizando las negritas en las palabras adecuadas, a quienes quieran participar por primera vez o seguir haciéndolo, os remito a nuestro grupo en Facebook -MAS (Micro Abierto Salamanca)-, donde podréis leer el documento “¿Cómo participar en MAS?”. (Si alguien no dispone de Facebook, puede escribir un correo a microabiertosalamanca@gmail.com para solicitar la información de dicho documento a través de correo electrónico.)

Gracias a todos por hacer MAS.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Crónica MAS (9). 14/11/11


Alguien ya advirtió horas antes que la noche del pasado lunes sería muy musical. Efectivamente, a Micro Abierto Salamanca (MAS) no le faltó en su edición número 9 ninguna nota. Seis guitarras (eléctricas, acústicas y electroacústicas), un ukelele y un teclado se citaron en el escenario de El Savor, donde tampoco faltó un play-back y una canción a capella. Esto en cuanto a música se refiere, porque, además, disfrutamos en castellano, en gallego, en inglés y en esperanto.

Si en la anterior edición cerró la noche, en esta ocasión, Virginia Montaño fue quien subió el telón imaginario de MAS. Esta malagueña parece tener alma gallega, y, así, nos sorprendió con una canción, entiendo que popular, en galego y a capella, con la que hizo el silencio en la sala. Los nervios con los que se estrenara en MAS ya no estaban presentes y esta artista, dulce, risueña y humilde, volvió a darnos muestras generosas de su preciosa voz y sensibilidad. Su intervención continuó con la lectura de una reflexión sobre el ser humano, escrita el “15 de julio de 2011”, y terminó con una canción-regalo propia que escribió para una amiga con el recordatorio a modo de estribillo “La vida no consiste en privar, sino en ‘privarse’ de placer”. A Virginia le gusta MAS, pero a MAS le gusta más ella. 

Anoche hubo poca poesía recitada, en comparación con otras ediciones, pero tampoco nos quedamos con ganas de ella, como sí se quedó la semana pasada José Payan, que en esta edición se resarció con dos poemas. En el primero, una “carta” a una amiga, no faltaron búhos, peces, tigres… ni los colores de Tanzania, esos que sólo parece conocer ella.

Dos fueron las intervenciones con las que Víctor Casado nos sorprendió en MAS 9, la primera de ellas en solitario. Después de presentarnos su móvil, que nada tiene que envidiar al iPhone que él no piensa comprarse, reanudó la sección “Verdades como puños”, con la que de lunes a lunes quiere invitarnos a reflexionar sobre algunos aspectos de la era en que nos encontramos. Ayer compartió con nosotros sus preocupaciones personales por dos temas concretos: las mujeres heterosexuales sin iniciativa en el “asunto”, y el capitalismo y sus “zurullos, en general”, además de saltarse el principio hipocrático de las conversaciones facebookianas y tuentiteras para leernos una conversación que mantuvo por chat con un amigo. Después del “baile de San Vito” que llevó a cabo en la lectura para hacer unas veces de sí mismo y otras de su colega, cerró con un chiste. 

Más música. Era el turno de 7 Días, formación de la que por ahora sólo conocemos a dos de sus cuatro miembros, José Luis Melián y Judith Amaya. Él cantó un tema; ella, otro. Como en otras ocasiones, sus letras parecían un quejido ronco de rabia contenida. En sus ciudades fantasmales, hay niebla cortada por balas, una caja musical, siniestra, “con melancólica melodía que presagiaba mi soledad” y un espejo roto en el que ellos se miran como los extraños que los habitan. 

… y más, y más. Este jueves 17 de noviembre podremos disfrutar de un concierto íntimo y emocional a cargo de Fernando Maés dentro del ciclo “Jueves de autor”, organizado por Andrés Sudón en el El Savor (https://www.facebook.com/event.php?eid=306413622719595). Para dejarnos con los dientes largos y no tener escusa para ir a verlo el jueves, nos llenó los oídos de poesía con “Borrachos go home”, poema de Raúl Vacas que inspira su novísima canción “Si te quedas conmigo” y con el que la presentó. Después, una canción para ponernos un poco nostálgicos (al menos a mí), “Aunque tú no lo sepas”, de Quique González.

Los borrachos de Raúl Vacas aún daban tumbos en la memoria, cuando yo leí otro de sus poemas: “Pero aquel noviembre todo fue distinto, / yo paseaba por las noches frías / y pensaba en tus párpados…”. Maés ya lo había anunciado, así que, por alusiones, yo también aproveché la ocasión para hablar del recital “Andrés Sudón y Andrea Mazas: canciones, poemas y una relato sin ficción” (https://www.facebook.com/event.php?eid=285364158153179). Establecimos conexión telefónica con Andrés, quien, desde Madrid, nos dijo que se trataría de un “combate de boxeo”: un poeta es musa del otro, y viceversa.

Ha prometido clown, pero se presentó con un poema, cuyo título no apunté, porque, como su autora indicó, es provisional y acepta nuestras sugerencias. Carmen, Carmiña o Mentxu salió descalza al escenario y, con sus calcetines de rayas y su demoledora simpatía, nos metió de cabeza en el poema: “olisquear tu mierda es mi desayuno favorito”. El público no fue indiferente con ninguno de sus versos: prácticamente todas las líneas tuvieron su réplica, unas veces con una sonrisa de complicidad y otras, con una clara carcajada. Todo apunta a que Carmen va a ofrecernos más buenos momentos en MAS.

Sara Clark nos llevó al recreo con su música. Sus dedos hicieron migas con el piano de El Savor, que ya tenía ganas de ser partícipe activo de nuestras noches lunáticas. Sara, de cuyas canciones en inglés muchos ya pudimos disfrutar en temporadas pasadas, aprovechó su paso por el escenario para adelantar que este jueves dará su primer concierto en solitario de este curso; será en el Puerto de Chus... una muestra más de que en Salamanca sí hay una apuesta activa por la cultura alternativa en salas como las mencionadas en esta crónica. ¡Ole!

Una pausa de palabras, miradas, caladas y tragos, y volvimos como nuevos a la segunda parte de esta larga edición de MAS.

Óscar Bailongo sigue explorando con su linterna entre idiomas, lenguas y dialectos. Esta vez nos trajo el idioma “verde” e internacional, que no mundial: el esperanto, creado por el doctor Zamenhof en 1887. Mientras sonaba el himno del mismo, “La espero” (“La esperanza”), nos leyó una carta escrita por su creador a modo de declaración de intenciones. Durante su lectura, entre el público, los camaradas Víctor Casado y Alfredo Rubbenstein, llevados por la solemnidad del momento y vestidos con nariz de payaso, se pusieron en pie, mano en pecho. Después de la teoría, la práctica: Óscar se atrevió con el esperanto con la canción “La Virbovo kaj la Luno” o, lo que es lo mismo, “El toro y la luna”. Así que: ¡ole, otra vez!

Después de quedarme sin palabras con Bailongo, subió al escenario alguien a quien nunca le faltan: Ane González. Su carácter, cada vez más poético y más femenino, se entrevió en los tres poemas con los que disfrutamos. Después de uno propio, en el que se describe como un animal fuera de lugar (“pez que, ploff, se desinfla”), atendió la petición de Luis Llorente y leyó “Mandorla”, de José Ángel Valente. Entonando "Satisfaction", de los Rolling Stones, se despidió con su texto “Profunda satisfacción”. Para acercaros un poco más a la poesía de esta joven promesa, podéis leerla en http://poesiaterapeutikoa.blogspot.com/.

Del trance poético al musical con el guitarrista Darío Gómez. Adolezco de falta de formación musical, pero, para mí, en su ánimo se mezclaban culturas y tiempos, la pasión y la nostalgia de los nómadas. Con su intensa intervención, recorrí un desierto y desperté en una jaima.

Antes de esto sonreímos con Cándido Pérez. Fue una noche de peticiones atendidas, porque este cantante también dedicó su primera canción, “Miedo a la oscuridad”, a quien la solicitó, José Luis Melián. Con el segundo tema, aunque se le resistió, pudimos ver, entre equívoco y equívoco, un Cándido cada noche más cómodo en el escenario. Busca la sonrisa del público, y siempre se lleva más de una. 

MAS no se escapa nunca de las circunstancias y, esta semana, resta decirlo, son las elecciones. Éste fue el pretexto que reunió en el escenario a Alfredo Rubbenstein y a Víctor Casado, en un ficticio y jocoso careo político entre los candidatos del PESCAO (Partido Exotérico de los Sapos, Culebras, Armadillos y Ornitorrincos), Don Alfredo Pérez Rubalstein, interpretado por Casado, y del PAVO (Partido Arrabalista de Vampiros y Orcos), en la piel de Rubbenstein… Y no faltó la previa propaganda electoral, que tenía por objeto el reclutamiento para la Inquisición Española, un mensaje de “Carlos I de España, V de Alemania y VI de Primaria”. Con este sketch, se ganaron un merecido y rotundo aplauso, después de hacernos reír, y reír, y reír…

Dejó los nervios reconocidos a un lado para tocar con la maestría a la que ya nos tiene acostumbrados: Rodrigo Cuervo se atrevió en esta ocasión con una versión de Carmina Burana, de Carl Orff, después de recitar unas líneas de Rayuela, de Julio Cortázar. Terminó con otro tema que no pensaba tocar, pero Guillermo Toda, después de morderse las uñas de deleite durante la interpretación anterior, se acercó al escenario para decirle al oído que tocara más. Rodrigo atendió su petición y el placer se alargó. Me gustaría escribir más sobre su intervención, pero me subí a su música...

La novena edición de MAS llegaba a su final, pero aún quedaba una voz nueva por descubrir, la de Andy Mathews. Se presentó con tres canciones… que cantó sin preámbulos, por lo que no pude anotar los títulos. Los nervios de la primera vez en MAS no impidieron que se dejara llevar y emocionar, especialmente con la tercera canción, de la que reconoció que era su favorita.

Fue una noche variada y emocionante en la que no faltaron las sorpresas. La música y la poesía volvieron loca a la amígdala, que fue de la risa a la ternura y de la tristeza a la alegría con cada cambio. En cada edición de MAS, hay un espectro de emociones difícil de transcribir en una crónica. Es mejor, siempre, no esperar a que nos lo cuenten. El columpio empieza a moverse mientras los participantes van preparando sus próximas actuaciones. 

¡Os esperamos el próximo lunes!

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Crónica MAS (8). 07/11/11

Este lunes 7 de Noviembre asisitimos a las edición nº 8 de MAS (Micro Abierto Salamanca), quizá la más completa, variada y ordenada de todas. Por lo general en MAS prima el texto ante la música, y el espectáculo suele alargarse más allá de las dos de la mañana, pero en esta ocasión música y texto estuvieron equilibrados. De hecho, comenzamos con música, ¡un cantautor que no es ni Fernando Maés ni yo (Andrés Sudón)! Se trata de Alberto Hernández Mendoza, que nos cantó dos canciones, Noviembre y Vestida de flores. Esperamos que este palentino se haga asiduo del MAS, hacen falta cantautores. A la música le siguió la poesía de Luis Somoza, que nos recitó Polofemo acelerado entre las sábanas, un relato que ya leyó el año pasado y que vuelve a enseñarnos corregido y mejorado, en el que encontramos imágenes que describen un universo alegórico.  Lo siguiente fue, directamente, fusión de música y texto, los granadinos Lucía Noguera y Rubén González interpretaron una canción a la que añadieron texto recitado, él con la guitarra y la voz, y ella con los textos y algunos coros. Después más música, Óscar Bailongo, acompañado por la guitarrista Filo, cantó en catalán, idioma en que se escribió la canción, La estaca de Luis Llach, canción muy adecuada para el momento social y político que estamos viviendo. Lástima que algunos no sepamos catalán, os recomiendo escucharla con subtítulos. Seguimos con la poesía de Elena Villarroel, que leyó dos optimistas poemas, Cima, que habla de la sensación de llegar a la cima con su cansancio y su satisfacción correspondientes, y Veleta del tiempo, que habla de los nuevos tiempos que están llegando. Me llamó la atención la claridad de sus palabras y de su voz.  A continuación música por partida doble, en la misma intervención dos guitarristas muy diferentes con mucho en común, Guillermo Toda y Rodrigo. El primero interpretó dulcemente, sin incidentes y con gran musicalidad una pieza que ha tenido que esperar para tocar, ya que cuando descubrió su partitura tenía las manos demasiado pequeñas para interpretarla. Un claro ejemplo de progreso, estamos viendo crecer como intérprete a este joven obstinado, ¡enhorabuena!. El segundo, Rodrigo, dejó a un lado la guitarra clásica para hacerse con una eléctrica con su correpondiente distorsión, con la que interpretó una adaptación de Beethoven, a pesar de que Andrea le había pedido suavidad. Llegó de nuevo el turno de la poesía, esta vez de la mano de Sofía Montero, que dedicó un poema a Michael Jackson y, a continuación, ayudada por su marioneta boxeador (según ella, parecida a Michael), se marcó un animado baile con la música del susudicho de fondo. Todo un espectáculo. Llegó de nuevo el turno de la música, aunque ya no sé qué es música y qué poesía, esta vez me tocó a mí mismo cantar un par de canciones,  Cara a la luna y Canción triste y de amor, de cuya interpretación disfruté bastante. Es más cómodo actuar cuando no presentar, y es maravilloso ver presentar a Andrea Mazas, cuya naturalidad, honestidad, belleza y desparpajo, hacen grande al MAS. Después de mi humilde actuación, llegó el descanso.
La primera actuación tras el descanso fue la de Siete días, un grupo emergente en Salamanca. Tocaron A Life y Ciudad fantasmal. En esta ocasión fueron solamente dos miembros de la banda, pero han prometido que en otras ocasiones vendrán los demás. Y, de nuevo, tras la música, la poesía; Mariela Paz Díaz que recitó un poema llamado Minotauro no es un monstruo, poema que acompaña a un espectáculo que hace poco ganó un concurso (disculpad las imprecisiones, pero no puedo acordarme de todo…), por lo que Mariela manifestó “por fin un poema mío sirve para algo”. También recitó Mis palabras son tuyas. Y, ¿ahora qué? Pues música: Cándido Pérez, que mezclando música y humor, tocó dos canciones propias muy divertidas, de las que todo el público disfrutamos mucho. Después poesía:  Koji Saraki nos leyó dos maravillosos poemas, el primero termina diciendo “cómo me pones, poesía” y el segundo es una comparación entre el suicidio japonés y la caligrafía japonesa. Maravilloso Koji. A continuación, más poesía, aunque su autor,  Víctor Casado, no quiera llamar así a lo que escribe. Lo cierto es que, sea lo que sea, a la gente nos llega, nos hace reír, pensar, y no es posible dejar de prestarle atención. Pues eso, que con gran expectación por parte del público, nos leyó sus textos titulados Oligofrenia, González, coge el teléfono, Foto colectiva, Sinfonía, Concursos de arte y Músicos callejeros. El penúltimo de nuestros participantes del MAS (8) fue Alfredo Rubbenstein, que, con un notable cambio de registro, leyó un relato en el que un asesino habla con su víctima. Sobrecogedor. Alfredo no deja nunca indiferente, tengo la sensación de que va a ser un gran novelista. Para terminar el espectáculo, tuvimos a una nueva participante, Virginia Montañao, que cantó, muy nerviosa por ser su primera vez, dos canciones propias con su preciosa y contundente voz; se lió un poco con la guitarra, que no era la suya, pero sus letras y esa voz me hacen pensar que por fin están apareciendo buenos cantautores en esta ciudad que debería estar repleta. Y con esta promesa terminó la octava edición de MAS.
Tras esta maravillosa noche de arte, comunicación y fiesta, tengo la sensación de que este va a ser un gran curso. Gracias a todos los que estáis haciendo posible esta experiencia inolvidable.


martes, 1 de noviembre de 2011

Crónica de MAS (7). 31/10/11

De camino a El Savor me crucé con Michael Jackson, unas cuantas brujas, algunos vampiros, unas pocas enfermeras y muchos vivos con la cara pintada. La noche de difuntos también estuvo rondando en Micro Abierto Salamanca (MAS) en esta edición: la palabra “muerte” se coló en algunos textos, entre el público algún que otro espectador aplaudió en calidad de zombi y yo misma hice diversas alusiones a esta grotesca festividad. Que fuera un seudopuente nos hacía presuponer que esta edición de MAS sería distinta a las anteriores: muchas de las personas habituales en este festejo semanal no estarían en la ciudad y otras que sí estuvieran preferirían quedarse en casa viendo una buena peli de terror o salir a quemar la noche con un uniforme carnavalesco. Pero si dos fiestas pueden combinarse, el resultado suele ser una fiesta mejor, y de ella disfrutamos los que anoche nos encontramos en El Savor.

Por estas fechas, en teatros y plazas de toda España, año tras año, el amor de Doña Inés salva a Don Juan Tenorio del infierno. Zorrilla está tan ocupado estos días, que en su lugar nos envió a Cadalso, quien vino acompañado de Tediato, protagonista de la obra de este autor Noches lúgubres, considerada la única obra gótica de la Ilustración española y con la que comenzamos una noche cargada de “poesía y amor”, tal como presagió el dial esa mañana. 

Dejamos a Tediato desenterrando a su amada para pasar el testigo a los poetas que anoche compartieron buenos versos con los presentes. La primera en hacerlo fue Clara Arregui, una vieja amiga de MAS y que, quienes la conocemos, imaginábamos que vendría con letras griegas en el estuche. Esta vez eligió a Giorgos Seferis, uno de los grandes poetas griegos del siglo xx, perteneciente a la llamada “Generación de 1930” y de quien, después de recitar en su idioma original, nos tradujo uno de sus poemas. Siguió con el suyo Cosas románticas, que, como apuntó, Andrés Sudón recordará, pues lo escribió y recitó en Libertad 8 hace unos meses. Cerró su intervención con un segundo texto de cosecha propia, esta vez en griego y que prometió traducirnos en su próxima visita a MAS.

No puedo dejar de reconocer mi sorpresa ante la intervención del segundo participante de la noche. Después de mucho tiempo pidiéndole que lo hiciera (prácticamente desde que se hace MAS), Óscar Martín, por fin, probó el micrófono de este espectáculo con uno de sus poemas, muy adecuado para la noche: un llanto a la amante muerta y el anhelo de un reencuentro imposible. Esperemos que ahora que se ha animado, volvamos a verlo pronto entre nosotros en El Savor.

Como yo siempre he sido más amiga del libertinaje del Don Juan de Molière, aproveché para leer el monólogo con que se abre la obra de teatro ¡Hombres!, de T de Teatre, antes de pasar el testigo al puertorriqueño Joan Corcino, poeta que también ha demostrado ser ducho en lances poéticos. En esta ocasión, eligió cuatro textos para conquistarnos: Gogol, Desnudo 2, Desnudo 3 y A propósito de los ojos. Del tercero de ellos, anoté el que, según recuerdo, es el verso final: “Todo gravita en una elipsis perfecta”; al finalizar MAS, Corcino nos desveló a algunos su gusto por la historia de la Física. 

Entre esos “algunos” estaba Alfredo Rubbenstein, que fue el siguiente de la pequeña familia de comediantes que anoche llenaron de vida el escenario de El Savor. Después de unos perspicaces y sagaces consejos comerciales que mezclaban crítica con humor, leyó su relato La existencia de los sorianos, que acompañó de un croquis de lo que vendría a ser un soriano tipo y que repartió entre el público para que se hiciera una idea de la clase de sorianos con los que se relaciona el payaso de MAS. Habida cuenta del esbozo anatómico que nos mostró, parece que cuando Rubbenstein avisó de su llegada a Soria, sus habitantes dejaron que los extraterrestres invadieran la ciudad para que fueran ellos quienes lo recibieran.

Máximo Somolinos tomó ejemplo de Ane González y subió al escenario armado con su bolso, no fuese a ser que… pero no fue de él de donde salieron los cuatro poemas que leyó. Al recuperar el primero, No prometo, pensó que es uno de esos que la boca de Luis Somoza le daría el énfasis y la rabia de juventud con el que quizá él lo pensó. “Me da miedo la soledad, pero más miedo me da que tu cuerpo se acabe.” Así termina Páginas para salvarnos, el segundo de los textos que recitó, antes de pedir una silla para ponerse cómodo y proseguir con dos poemas. El último de ellos, Problema 3, ya lo había leído en alguna otra ocasión en MAS, pero es de esos que siempre se agradece volver a escuchar: se quedan en algún lugar de la memoria y se rescatan cuando se redescubren como si fueran nuevos, porque parecen nuevos cada vez. Quienes nos quedamos con ganas de más, esta noche tenemos una cita: Máximo Somolinos, Luis Llorente y David Calabrés volverán a El Savor con buena poesía y buena música (aquí tenéis el enlace a este evento).

Tal como a Somolinos le hubiese gustado escuchar, o leer, su primer poema, así procedió Luis Somoza con sus cuatro textos, directos, intensos y brutales (tendría que consultar el significado de “brutal” en el diccionario, pero la intuición me dice que todas sus acepciones pueden valer para los textos que anoche Somoza compartió con nosotros). El punto final a líneas como “… y le piso la cabeza para que no olvide que me llamo Luis” o “No estaría mal… que todo estallara”, que dibujaron una cierta mueca de terror en la cara de los asistentes en esta edición de MAS, lo puso un relato bélico ambientado en Afganistán. 

Los participantes de esta edición, en número menor al que estamos habituados ya en MAS, dieron extensas muestras de su talento. En todos ellos vimos confianza en el escenario, empatía con el público, humildad y, sobre todo, ganas de pasar un buen rato entre amigos compartiendo arte. Esto nos lo enseñaron por doble partida Clara Arregui y Alfredo Rubbenstein, que se reencontraron ante el micrófono para cerrar la noche son el sainete El asesino siempre es el mayordomo, escrito por el mismo Rubbenstein.

Fue una noche cien por cien poética, pero con promesas de buena música: también en El Savor, el jueves Marwan presentará su nuevo disco (accede al evento aquí) y el viernes continuaremos dándole guerra al espíritu con los mejores ritmos de Habana Abierta (más información aquí).

Os esperamos el próximo lunes para seguir riendo, bailando, escuchando, soñando, añorando… en definitiva, para seguir celebrando la vida.