miércoles, 28 de diciembre de 2011

Crónica MAS (15). 26/12/11


El día en que se publica esta crónica es 28 de diciembre, o de los Inocentes, y dan ganas de contar algo que no pasó, pero la edición n.º 15 de Micro Abierto Salamanca (MAS) se merece que hagamos honor a la verdad, porque queríamos que fuese especial y, francamente, gracias al público, a los participantes y a El Savor lo conseguimos.

Al teclear cada resumen recuerdo eso de que “una imagen vale más que mil palabras”, pero, a falta de imágenes, tengo la sensación de que tiendo a excederme en explicaciones, que lejos están de transmitir el ambiente que cada lunes se crea en El Savor. Sólo es un intento… pero, aprovechando la cobertura que esta fecha me ofrece, voy a cambiar de estrategia: prescindiré de las mil y pico palabras que gasto cada semana a la espera de recibir fotografías o vídeos que algún asistente pudiera haber realizado durante el espectacular evento del que disfrutamos el pasado lunes, incluido el sorteo final y la jam session que algunos de los músicos participantes y espectadores improvisaron a la finalización de MAS.

Recordad que el próximo lunes 2 de enero empezaremos el año intentando hacer una edición más especial todavía de MAS; será la número 16. No dejéis en casa vuestros mejores poemas y canciones: ¡ellos también merecen asistir a esta fiesta!  

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(Lo siento: soy incapaz de no escribir nada más. Como adelanto de la que será la crónica de la pasada edición (cuando reciba las fotos y/o los vídeos), sobre todo para los que no pudisteis disfrutar con nosotros de esa noche, os dejo aquí una nómina de los artistas que participaron con un breve apunte sobre su paso por el escenario.)

Primera parte
  • Richard. Dos poemas (acompañado a la guitarra por Roman) y versión de “El hombre del piano”, de Ana Belén, que a su vez es una versión de “Piano Man”, de Billy Joel.
  • Hanny Castro. Poema dividido en tres partes: en las dos primeras se dirige a otra persona, primero en pasado y luego en presente; en la tercera, se habla a sí misma.
  • José Luis Romero Melián, integrante de 7 Días. Dos canciones propias: “Hielo que quema” y “Frente a la puerta”, esta última inspirada en una serie japonesa.
  • Pablo Martín. Un chiste y dos poemas de su puño y letra, y, además, propios.
  • Andrés Sudón, presentador. Dos canciones sin conservantes ni edulcorantes: “Sobrenatural” y “Con naturalidad”. (Tenéis ocasión de escucharlo este jueves en el que concierto que ofrecerá en El Savor y con el que se cierra el primer cartel de “Jueves de autor”. Aquí, el enlace al mismo.)
  • Luis Somoza. Un poema y un cuento, ambos sin título, pero el primero bien podría llamarse “Piensa” y el segundo… El segundo aún no lo tengo claro: un reportero de la NBC relata un atraco en el que parece sentir más empatía con el atracador que con la víctima. Lo “humaniza” y lo “salva”. Entre los poetas, fue, hasta este momento de la noche, el más aplaudido.
  • Paula Lekuona (voz) y Alberto Navales (guitarra). Dos canciones de Paula. Con la primera, “Mama´s boy”, ya nos ganó. Con la segunda nos hizo querer más y más. Ejecución sublime, elegante y emotiva, justamente correspondida con una larga ovación.
  • Craig Martin. Dos versiones: “Stand by me”, de Oasis, y una segunda que dedicó a su hijo, presente entre el público. (Durante el segundo tema, un desconocido se subió al escenario, se colocó, según creímos, con intención de tocar las congas y… no tocó, pero allí se quedó hasta que nos fuimos al descanso.)

Segunda parte
  • Roman. Dos instrumentales. Había puesto música a los poemas de Richard en la primera parte, y este se lo devolvió acompañándolo en la interpretación de “Entre dos aguas”, de Paco de Lucía. Después Roman se quedó sólo para tocar un tema más del que no dispongo ningún dato.
  • David Súper. Tres canciones. Fue la primera gran actuación de esta mitad del evento. Con su dobro y la pasión que desborda siempre en el escenario, convirtió su intervención en una fiesta personal a la que todos nos invitamos. 
  • Alfredo Rubbenstein. Mensaje de Navidad estilo rubbenstein, oración “Chucknorrisnuestro” y relato “El alma del androide”. En este último texto, Alfredo da voz a un esperpéntico Harrison Ford para ofrecer una réplica al famoso monólogo del androide de Blade Runner: “Yo he visto cosas que vosotros no creeríais…”.   
  • Andrea Mazas, la que escribe la crónica. Dos poemas.
  • Sheila Blanco. Dos canciones: “Chica blues”, dedicada a su amiga María, y una versión de “Hallelujah”, de Leonard Cohen. Con su voz y el buen hacer de sus manos en el piano, con la primera nos puso los pelos de punta; con la segunda, el alma se puso de puntillas. Otro de los grandes, y emotivos, momentos de esta edición.
  • Suso Sudón. Cuatro poemas. En el primero, más interpretado que recitado (eso sí, de memoria), era una larga retahíla de las, posiblemente, verdaderas “súplicas” que se esconden en los anuncios de contacto de los periódicos. Magistral, como nos tiene acostumbrados este poeta.
  • Juan Concha Millaléo y Còte Campusano (kalimba). Millaléo respondía con su trombón a la kalimba de Campusano en un tema que, según anunciaron, “nacería en ese momento y en ese momento moriría”. Se equivocaron: yo lo sigo escuchando. Original y muy interesante.
  • Victoria Mesonero y David Calabrés, componentes de BlackJack. Tres canciones. Con las dos últimas versiones que hicieron, “I will survive”, de Gloria Gainor, y “Simply The Best, de Tina Turner, pusieron ritmo al final del evento.

Con la marcha adueñándose de nuestros cuerpos, celebramos el sorteo/amigo invisible anunciado, y los regalos que público y participantes habituales habían ido dejando en las semanas previas para esta edición fueron entregados a los destinatarios que el azar quiso. A esto siguió una jam session, que fue de la rumba al blues y con la que dimos por terminada una noche estrictamente espectacular.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Crónica MAS (14). 19/12/11


Y van catorce… catorce semanas de Micro Abierto Salamanca (MAS) y no dejamos de conocer a más  y más personas. Cada vez somos más los que participamos de esta experiencia cada lunes en El Savor y, con toda seguridad, seremos aún más en las ediciones que nos depare el próximo año. Pero eso ya lo veremos… ahora demos cuenta ahora de lo ocurrido el pasado lunes.

Óscar Bailongo tuvo que enfrentarse con la difícil tarea de ser el primero… Después de leer sus dos textos, cantar la emotiva y ochentera “Last Christmas” de Wham!, y compartir varias citas de algunos autores ilustres sobre el acto de despedirse, por razones que desconocemos, él mismo se despidió y anunció la “muerte” de Óscar Bailongo en MAS. Yo creo que sólo se puso un poco nervioso y que en enero volverá a la carga con nuevas versiones. 

Tal vez sea por la inminente Navidad, pero esta vez la polémica Mariela Paz dejó su indignación a buen resguardo en sus poemas reivindicativos para que fuera otro, sobre el fin o la imposibilidad de un amor, el que celebrara el público.

Antes de desdoblarse para recrear el diálogo humorístico en inglés “Europa B”, Víctor Casado nos recordó que “los que actúan mal no siempre actúan mal por lo que hacen, sino que a veces es por lo que no hacen”.

Las primeras notas musicales de la edición n.º 14 de MAS las puso el apasionado Rodrigo Cuervo. Cuando toca olvidamos que es heavy, que no lleva pinchos y otras cosas que no sabríamos si él mismo no informara de ello… A la pieza que interpretó, desarrollada en los días previos, siguió un texto, y a éste, una fuerte ovación.

En esta edición contamos con nuevas caras. La primera que conocimos fue la de Alex Declerq, que vino desde Madrid a presentarnos su libro Nada que no sabías. Ofreció una extensa muestra de lo recogido en el volumen y algunos textos fueron merecidamente interrumpidos con aplausos de complicidad en algunas de sus líneas. En este enlace podéis acercaros a los escritos de este argentino.

Dimos por terminada la primera parte tras la intervención de Richard, que ya nos tiene acostumbrados a llamarnos la atención por sus comentarios antes y después de cada canción. En esta ocasión, en su guión eligió como segundo tema el primero, así que no le quedó más remedio que pasar directamente al tercero, una versión de “El sitio de mi recreo”, de Antonio Vega.

A la vuelta de nuestro recreo, la flauta de Javier Pacheco, segundo participante nuevo en MAS, hizo un recorrido por diversas versiones y estilos musicales… Mi memoria sólo captó un bolero, pero ella se toma su tiempo para informarme de algunas cosas y, antes de que identificara el título, la melodía cambió y, con ella, el canal de mi mente. 

La voz de Mar González Ruiz también era la primera vez que llenaba el escenario en esta nueva andadura de MAS en El Savor. El poema salió de su móvil con tanta velocidad que mi bolígrafo, lento como mi memoria, no tuvo tiempo de poner en mi cuaderno ni su título ni ninguno de sus versos. Sólo pude advertir la facilidad de palabra y ritmo que comparten esta poeta y su hermana, Ane González, buena amiga de MAS y que esperamos volver a escuchar pronto.

A Dominique ya nos lo había presentado hacía unas ediciones su amigo Richard. Esta vez subió al escenario en calidad de solista para tocar una canción del norteamericano Ben Harper; con él disfrutamos de una larga introducción instrumental a un buen tema y de una buena dosis de delicadeza.

Llevábamos esperando al brasileño Luiz André Gomes unas cuantas semanas y por fin llegó a MAS para compartir algunas de las experiencias y sensaciones que tuvo que encajar en su viaje a La India, que, más allá del libro Entre la magia y el miedo que vino a presentarnos, le permitió sentir de lleno el miedo al dolor y a la muerte, para así superarlo y tomar conciencia de la importancia relativa que tienen otros asuntos, esos con los que los afortunados del primer mundo solemos encabezar nuestra lista de preocupaciones rutinarias.

Jorge Silla cumplió su promesa de recompensarnos con algunos consejos para ser felices después de que la semana pasada confesase su intención de ponernos tristes. Más que darnos unas recomendaciones, procuró rescatar ciertas máximas para ponerlas en la primera fila de los propósitos que podamos plantearnos para el año que estrenaremos. Ejemplo: “Cada uno da lo que recibe, y luego recibe lo que da”.

Estábamos ordenando mentalmente los “consejos” de Jorge cuando Andrea y Richard se hicieron con los micrófonos para dar ritmo y buen rollo a la noche con una divertida canción italiana. Con ella y con el gorila del estribillo se ganaron un estrepitoso aplauso.

Hacía algunas semanas que Alfredo Rubbenstein no se dejaba ver por MAS… En esta edición no quiso que le pusiéramos falta, por lo que esa misma tarde escribió, con su característico estilo, “La triste existencia del orco”, un monólogo-relato-discurso-manifiesto que hizo reír a unos cuantos; algún espectador también le dio la réplica a algunas de sus afirmaciones, con lo que se volvió a demostrar que, Rubbenstein, como poco, tiene el don de la provocación. 

El final de MAS (14) ya estaba anunciado, pero aún íbamos a descubrir a dos nuevos participantes, Miriam y Nico. Sus magníficas voces fueron más fuertes que los nervios, y su versión del éxito “Rolling in the deep”, de Adele, nos dejó a todos con ganas de escuchar más y más a estos participantes. Fueron sus amigos quienes los animaron a actuar, así que esperamos seguir contando con la complicidad de ellos para que no pase mucho tiempo hasta que volvamos a disfrutar del talento de Miriam y Nico en MAS.

La noche del pasado lunes fue completa: diversión, magia, emoción… pero seguro que nada le tendrá que envidiar la edición que nos espera. El lunes 26 de diciembre será el último MAS de 2011, y esto no puede pasar desapercibido. De lo que en esa edición especial pueda pasar nadie está del todo seguro, pero iremos anticipando el nombre de algunos participantes a lo largo de los próximos días en nuestro grupo de Facebook. Además, sortearemos los regalos que público y artistas han dejado y siguen dejando en El Savor para ese día. ¿Aún no has preparado tu regalo? ¿Te vas a quedar sin saber que te puede tocar? Anda, no te lo pienses más: ¡nos vemos el lunes 26!

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Crónica MAS (13). 12/12/11

Por mucho que pongan lucecitas en las calles, o que los centros comerciales se luzcan con lazos gigantes, nieve artificial y buenas intenciones en sus catálogos, aún no es Navidad. Lo sé. Pero yo siempre quise ser como las simpáticas reinas magas de Gloria Fuertes y tirar caramelos a los niños. Aunque no fuera el día, ¿por qué no hacerlo? Era la edición 13 de Micro Abierto Salamanca (MAS), me apetecía lanzar caramelos (no sé por qué) y, además, era el cumpleaños de Gustave Flaubert, Edward Munch y Frank Sinatra, entre otros… Así que, como en el colegio, lleve sugus para mis amiguitos de “clase” y ¡venga caramelos al aire! (Sólo espero que los quejidos que escuché fueran fingidos y no causara ningún daño.)  

Estábamos con la cosa de los cumpleaños, al día siguiente era martes y 13, “ni te cases ni te…”, y la prenavidades tienen esa magia de hacer que el primer participante de MAS 13 fuera Víctor Casado, que cumplía 19 añitos. Antes de actuar, el público coreó su oportuno “Cumpleaños feliz” (a pesar de los retractores de este clásico que estaban presentes). Él, sin embargo, en el escenario, celebró un gol imaginario y cantó a capella “Soldiers’ poem”, de Muse. Él está seguro de que su versión es mejor… Yo, con todo mi respeto, tengo mis dudas… pero qué sé yo. 

Mariela Paz tenía también algo importante que celebrar, que, además, le dio argumentos para escribir su crítico poema sobre los absurdos protocolos que reducen a las personas a insignificantes números en minúsculos e insuficientes papelitos cuando se trata de regularizar su residencia en nuestro país. El poema fue aplaudido con entusiasmo, en justa correspondencia a su energía y rabia.

Siguiendo el consejo de Marwan, “mal de amores, consuelo de autores”, Virginia Montaño dio las gracias al desamor porque le permite escribir textos como el que inició su intervención y al que siguieron dos canciones. La primera de ellas fue una versión de “Funeral”, de Zahara, y la segunda, “Número 4”, tema con el que nos ganó la primera vez que subió al escenario de MAS.
 
Por su parte, Richard se atrevió a hacer una “versión flamenquizada”* de “Losing my religion” de REM y después otra más, esta vez en su idioma, de “Óleo a una mujer o algo así” (sic)… En MAS pasan cosas como esta: REM recuerda a Ketama, y Silvio es 20% pop, 40% rumba y 40% “alabaré, alabaré, alabaré, alabaré”… y, sin embargo, no suena mal, sólo distinto.

Y seguimos con versiones, esta vez la de Óscar Bailongo. Su objetivo era transmitirnos la “sensación de vacío que deja alguien cuando se va sin ni siquiera despedirse”. Con este propósito, eligió el tema “Goodbye” de Jessica Lowndes, que cantó vestido a pesar de la amenaza de hacerlo desnudo al estilo Casado. Quizá la emoción pudo con él y fue el motivo por el que en algún momento se olvidó de la letra… algo que el público de MAS, tan simpático como cada lunes, no tuvo en cuenta… 

A Rodrigo Cuervo el “Cumpleaños feliz” y la Navidad le parecen “una mierda”. Después de informarnos de esto, leyó el texto “Otra vez nos encontramos…”, emotivo y tranquilo como la palabra “calma” con la que termina. No estoy segura de si la instrumental que tocó era improvisada; si lo fue, no lo parecía y, aunque a Rodrigo no le gustan los halagos gratuitos, a mí me hizo perderme unos minutos por las calles del barrio de la judería de Córdoba y alguna chica del público se quedó prendada de sus dedos (esto sí lo sé).

Fin de la primera parte con Andy Mathews, un artista que, por los comentarios que me llegan, nos tiene a todos desconcertados con su nacionalidad. Cuando Andy canta, se emociona tanto que se olvida de casi todo, incluido el micrófono… En esta edición, se dejó llevar con la letra de su última composición (aún sin título), una versión de “Stand by me” de Oasis y una más de la que para él “posiblemente sea una de las mejores canciones que se han escrito”. Siento no saber de cuál se trata… 

La segunda mitad de esta edición de MAS sería fundamentalmente musical; sólo habría un participante que leería poesía, de modo que empezamos con él para después dar paso a un miniconcierto de lo más variado. El mencionado lector era Jorge Silla. Sí, cambió de registro: del monólogo al poema. Su intención: ponernos tristes; el modus operandi: lectura de tres textos propios en la voz de un enamorado no correspondido, guardados en su portátil, sostenido por un atril humano (una servidora). Para aquellos a los que pusiera tristes (yo en ese momento era cosa, y las cosas no se ponen tristes), prometió que volvería a MAS para compensarlos con algunos consejos para ser feliz.

Y a partir de este párrafo hago crónica del concierto que anunciaba en el anterior. Las primeras piezas musicales corrieron a cargo de un clásico de MAS: Guillermo Toda. Después de interpretar una “cosita” propia para quitarse el “pánico escénico”, el intrépido Toda cambió de trastes para llenar la sala con un sosiego que hasta este momento no había hecho aún acto de presencia en esta edición: lo consiguió con una melodía tradicional japonesa. Los nervios estuvieron controlados y su boca… casi cerrada. 

Judith Amaya, integrante de Siete días, nos habló de un lugar propicio para un encuentro como una salvación en su canción “Cuatro acordes”, tema que ya habíamos escuchado a dos voces. Judith consiguió llenar el escenario ella solita, ayudada por su guitarra eléctrica.

Pasamos de lo eléctrico al acústico. David García Fraile nos ofreció una extensa muestra del la música que sale de su zanfona, instrumento de cuerdas (muchas) que suena como si fuera de viento y que parece un “acordeón a pedales”*. Las piezas que pudimos escuchar fueron cuatro danzas, dos de animales (una sueca y otra francesa) y otras dos más lentas (“El mundo plano” y “La rosa del rabino”) y la bourreé “El doctor Fej”. Pudimos comprobar que lo que se dice de los zanfonistas es cierto: "Se pasan media vida afinando el instrumento y la otra media tocando desafinados".
Estábamos acercándonos al final de espectáculo. Los últimos participantes aprovecharon para, como pudimos adivinar, brindar largamente hasta que llegó el momento de su actuación. Primero fue Craig Martin, que reapareció tras unos meses en los que había dejado la música. Celebramos su regreso con tres canciones, la última de ellas “Creep” de Radiohead, con la que más de uno se emocionó y que a Craig, según creo, le valió para concretar una fecha para un próximo concierto y a nosotros para que no le perdamos de vista por mucho tiempo. 

Cerramos la noche justamente con la guitarra y el bajo de El dúo justiciero, formado por Matías Astroza y Juan Suárez-Llanos. La afinación se resistió, pero por fin pudimos bailar para dar por acabada la noche al ritmo de sus dos canciones, una muy optimista (“Aunque todo salió mal, voy a llorar de felicidad”) y otra que, por alusiones de la letra, me dedicaron. Para cantarla, pidieron como condición que al menos dos parejas bailaran al pie del escenario, yo entre ellas. Mi vergüenza se sumó a mi habitual torpeza y me impidió bailar, pero una pareja lo hizo para disfrute del resto de espectadores.

Aquí termína la crónica de la edición número 13 de MAS, en la que tuvimos una noche de lo más variada, como ya suele ser habitual, pero antes de teclear la despedida quiero recordar dos cosas. Una, MAS no se va de vacaciones en Navidad porque en MAS siempre es festivo. Y dos, el lunes 26 de diciembre haremos un “seudoamigo invisible”: al final de la edición sortearemos entre los asistentes los regalitos que hasta el final de la edición 15 de MAS aportéis. Por ahora ya hay dos libros.

Esta es la despedida: ¡Vamos a por la 14! Será el próximo 19 de diciembre. ¡Traed vuestros regalos!...

... y esto es la nota a pie de página con el significado de los asteriscos (*) que habréis encontrado en algún lugar de la crónica: *Expresiones tomadas de Guillermo Toda durante el espectáculo.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Crónica MAS (12). 5/12/11

Aviso: Esta crónica va a ser difícilmente objetiva y fácilmente larga. ¿Cómo decirlo? Esta semana ha pasado algo que desconozco… pero algo ha sucedido. Tal vez se hayan alineado los astros o los corazones. A lo mejor el derroche que anticipan las luces navideñas (vete tú a saber) y esta semana-damero de “fiesta sí, fiesta no” tengan algo que ver. O quizá ha pasado porque nos daba la gana que pasara. No tengo ni idea pero sí una bola de nieve en la cabeza y los copos siguen bailando. Lo que quiero decir es que no sé cómo ordenar las sensaciones que quedan del lunes pasado para que estas líneas no se me desmanden. Por eso voy a intentar contar sólo quiénes pasaron por el escenario de El Savor y qué hicieron en la edición número 12 de Micro Abierto Salamanca (MAS). Con toda seguridad, quienes estuvieron presentes en esta ocasión en MAS, al leer esto, pondrán en las entrelíneas lo que yo no escriba… y quienes no estuvieran tendrán una razón más para acercarse el próximo lunes noche a ver qué coño pasa con esta pandilla de “locos”.

El maestro de ceremonias fue Andrés Sudón. Que fuera la edición número 12 y que estuviera tan cerca el año que calza este número le hicieron recordar que, “por fin”, estaba cerca el “final del mundo”. ¡Así que todos a celebrarlo! Esto sirvió de batuta de la noche; dadas las circunstancias, se hacía preciso que todo aquel que subiera al escenario intentara salpicarlo con unas gotitas de su mejor hacer, y así lo pidió Andrés. 

El primero en “mojar” las tablas fue Jorge Silla. Su monólogo en torno a los recortes en la educación, de difusos tintes políticos, le sirvieron para que nos hiciéramos una idea de la cantidad de méritos académicos que son precisos para ser un relaciones públicas a la deriva de toda expectativa laboral y, sobre todo, a la intemperie. Sus atropellos para que el texto se ajustara al tiempo disponible no impidieron que, una vez más, se metiera en algún que otro “jardín”, en el que acamparon con canciones como provisiones Alberto H. Mendoza y Virginia Montaño. Después de que el primero lanzara su “canción de follar” para avisar a alguien de que pretendía renegar de su “faro de orgasmos”, se desenchufó, presentó a la segunda y, sentados en el borde del escenario, crearon un espacio de intimidad en el que pudimos comprobar las buenas migas musicales que han hecho el extremeño y la andaluza. Nos sorprendieron con un tema del que no recuerdo el título pero sí parte del estribillo: “Hoy huele a flores del otro lado del cristal, […] hoy tengo errores para guardar y recordar”. Las flores, Virginia entre ellas, se quedaron de nuestro lado y ella aún nos dejó dos canciones, una con guitarra, “Aquí tienes la luz”, y otra al piano, “Duele el reloj”.


Antes de presentar al siguiente participante, Andrés hizo un repaso rápido de lo que ha sido MAS. En él era inevitable hablar del primero de sus conductores, el gran poeta Ben Clark, del que ya habíamos hablado en alguna ocasión. Aquellos que el lunes aún no lo hubieran disfrutado, el miércoles tuvieron la ocasión de comprobar su verso y su realidad en su “lectura paranoico-crítica” ofrecida en El Savor. De poeta a poeta… Máximo Somolinos trajo a MAS 12 algunos versos de Ángel González, y sus poemas “Diciembre” y “Nada importa”. En el primero decía que “hoy es más lunes que otros lunes”; sin embargo, esto sólo pasaba en su poema, porque esa noche costaba recordar que era lunes. 

Guillermo Toda señaló que él venía “más a recoger que a dejar”. Lo que recogiera quería llevárselo con el tema que tocó, que ya intentó interpretar en la pasada temporada de MAS en el Esperpento. Cuando terminó, nos dimos cuenta de que nos había mentido: con su perseverancia y locura vocacional siempre deja en el escenario más de lo que se lleva; siempre queda la bonita estela de querer hacerlo cada vez mejor. 

De la guitarra clásica de Toda a las rimas, a los ritmos y a las ganas de El dúo justiciero, a los que no les faltan “trastos” alegres en sus directos. El estilo desenfadado de su guitarra y de su xilófono revolvió a los espectadores en sus asientos con su primera canción, “Me siento seguro”, y con esa confianza hicieron frente a “El huracán” de la segunda. La seguridad la convirtió en naturalidad Andrés Sudón, que aprovechó la ocasión para estrenar su nueva canción. En ella, “follar sin futuro” y “la caída del imperio norteamericano” comparten colchón. 

Antes de irnos al recreo, Andrés pidió a Fernando Maés y a Virginia Montaño que se hicieran con el escenario y nos dejaran disfrutar de la canción que en la prueba de sonido improvisaron, "Para tocar el cielo”, de Tontxu. Su versión se entremezcla hoy con la de su autor, que también ha colaborado a esta semana rara de magia y emoción con el concierto que ha ofrecido en el mismo escenario.

Volvimos del descanso con ganas y ganas de continuar. Los primeros en “darnos caña” fueron Metonimia. Con ellos, el hip hop se hacía por primera vez con los micrófonos de MAS. Rimas bien buscadas con alguna que otra improvisada sobre la marcha dieron ritmo e impulso a los aplausos que se llevaron sus integrantes, Mamaga y Tony.
 
La intervención de esta semana de Víctor Casado fue una declaración de intenciones práctica: habló de “controlar el ego”, citó a Orwell (“telling the truth is a revolutionary act”) y defendió la “mentalidad positiva”. Se sigue resistiendo a hablar de poesía, pero eso no impidió que, además, dedicara un “texto” a la “chica de la fotocopiadora”. 

El 50% del dúo Queen of Klezmer, el violinista Alex Guinaldo, pidió la colaboración de algún guitarrista para su interpretación. Andrés Sudón fue el atrevido y, para disfrute de todos, protagonizaron el que mi memoria recuerda como uno de los momentos más grandes de la noche. Es increíble lo que pueden conseguir dos músicos cuando se entienden aunque se acaben de conocer. A mí me contagiaron de su vicio del ritmo. ¿Y a ti?

Después de un cierto subidón instrumental, Óscar Bailongo le echó ganas y desparpajo en su intervención: una performance en la que volvió al play back al que nos tenía acostumbrados, basada en “Bills, bills, bills” (o “Factura, farturita”, como él tradujo), basada en la canción de Destiny’s Child. Las risas no faltaron en la sala.

Teníamos el propósito de que todo el que se subiera al escenario dejara algo de sí mismo. Nos parecía que Andrés y Andrea, ya que lo pedían, también debían hacerlo. Así que yo me “mojé” con mi poema “Ni musa ni princesa” (que dediqué a la musa y artista Virginia).

Volvimos a la canción de autor en estado puro. Fernando Maés dejó buena muestra y gran huella en la noche del lunes. Empezó con su versión de “De haberlo sabido”, de Quique González, uno de sus referentes. Después lo acompañó Andrés Sudón y juntos interpretaron el tema “No creas”, recogido en el último disco de Maés. La colaboración la cerraron con “Ternura macarra”, de Sudón, mezcla de blues y pasodoble inspirada en la cantautora Silvina Magari. 

La noche siguió sonando y el escenario se siguió mojando. Rodrigo Cuervo pidió ayuda al “oído biónico” de Andrés para afinar su guitarra. Resuelto el asunto, Víctor Casado volvió al escenario: él recitó los versos de “Llegó con tres heridas”, de Miguel Hernández, a los que la maestría de Rodrigo puso música y las heridas se abrieron sin dolor pero con gran emoción. Tras los aplausos merecidos, el músico continuó con un poema y una instrumental propios. El título del texto aludía al “beso de los monstruos” y la composición en un principio pretendía decir “y qué pasa si me gustas y no sé cómo decírtelo”, y con este título se quedó. Supongo que, aunque, como él dijo, el título no se corresponda finalmente con lo que transmite la obra, si le explica esta historia a la persona que la inspira sí tendrá algún efecto…

De la música al cuento, con la voz, la dulzura y el cuaderno rojo de Aurora, que compartió la historia del “gorrión más gorrión” que conoció y que quería ser cigüeña. Sus padres estaban entre el público y querían escucharla cantar, así que, gracias a ellos, descubrimos la parte musical de esta participante y disfrutamos de la versión de “Por mi tripa”, de Pereza.
 
Estábamos llegando al final de esta edición, pero aún nos quedaba disfrutar de las “gotitas de arte” con las que algunos buenos amigos de MAS casi desde sus inicios también quisieron empapar la noche. “¿Hay algún guitarrista en la sala?”. De esta forma, Koji Sazaki también pidió la colaboración de Andrés para que lo acompañara en su primer poema, que recitó en japonés. Con el segundo texto, nos dio una vuelta al mundo y nos mostró la “prueba de que alguien recibió conformemente la mañana que tú despediste”. De sus últimos versos no recuerdo el título, pero “es lo que vio” y, para que quien no los escuchara se haga una idea del tono, cuando terminó, alguien a mi lado, mientras aplaudía con ganas, susurró “¡Qué mal rollo!”. 

Una noche tan maravillosa como la que tuvimos necesitaba un final a la altura, que fue sobrepasada con creces por Sara Clark, al piano, y Gaizka Ramón, a la guitarra. Después de que ella nos deleitara en solitario con su “Monster’s song”, consiguieron que cerráramos la velada con un largo escalofrío de placer, que fue provocado por su interpretación de “Falling Slowly”, de la banda sonora de la cinta más que recomendable Once. Con esta canción terminó MAS (12) y con ella, para intentar transmitir un poco la emoción con la que nos encontramos este lunes en El Savor, cerraré esta crónica unas líneas más abajo. 

Fue una edición para recordar; por ello, os animo a completar este resumen con vuestros comentarios, o con las fotografías o videos que podáis tener. 

Me siento muy agradecida de haber sido partícipe de todo lo que recoge esta crónica y aún sigo disfrutando de las gotas de arte y honestidad que todos dejasteis en vuestro paso por el escenario. 

¡Os esperamos el lunes 12 de diciembre en El Savor!


(Aquí termina esta larga crónica: )

martes, 29 de noviembre de 2011

Crónica MAS (11). 28/11/11

Un lunes más, las puertas de El Savor se abrieron para dar cabida a Micro Abierto Salamanca (MAS), que ha celebrado esta semana su edición n.º 11. Ya van once semanas de espectáculo y a nuestro recreo semanal se siguen sumando nuevos amigos. En esta ocasión, a algunos de los participantes habituales, se sumaron Andrea Cruzat, Fede Sánchez y Aurora, que abrieron sus blocs por primera vez para nosotros, y Dominique y Andrea, que, uno con su voz francesa y otro con su armónica italiana, acompañaron en dos temas a Richard, ya habitual de MAS. 

En las dos horas y pico de MAS se desarrollaron un total de quince intervenciones. La responsable de la primera de ellas fue Andrea Cruzat, quien, después de confesar los nervios de la primera vez, los templó a golpe de verso con tres poemas, ya que no quería que nos quedáramos “con una sola impresión”. Tras las “Cortinas cerradas”, título del último de ellos, se escuchaba el “sensual ronroneo del abejorro” y se intuía la placidez romántica de los dos cuerpos cotidianos que yacían en sus líneas. Joan Corcino fue el encargado de descorrer las telas, con su ternura verbal, para descubrirnos un “poema feliz” que sonaba como una “canción de latitudes y astrolabios”. De la tierra al cielo… De allí Fede Sánchez, inspirado en la obra de Rilke, rescató un relato épico sobre seres alados, Ícaros que planean despojarse de sus cadenas en un encuentro que pierde su brevedad gracias a las palabras. Las del siguiente participante son tan rotundas como su voz y su ritmo: Luis Somoza volvió a ganarse un ferviente aplauso con los tres textos elegidos para esta edición. Cuando anunció que se despedía con un “poema de amor”, el público no parecía creérselo del todo (dadas las risas que despertó este comentario), pero el ímpetu de Somoza esconde la pasión que enciende el amor, y esto quedó demostrado con sus líneas. La poesía hizo una pausa en este momento de la noche para dar paso al segundo sketch de Collectiú Fartura. Después de la versión de “300 asturianos y la virgen” de la pasada edición, se atrevieron con la de “Indiana Jones y la última fartura”. Para que os hagáis una idea del humor de estas “piezas”, podéis consultar los enlaces que Víctor Casado, integrante de este "colectivo", ha dejado en nuestro grupo en Facebook: MAS (Micro Abierto Salamanca). Y así llegamos, con ese humor de lugares comunes (no sin ciertos tropiezos con la utilería), a la primera parte de MAS, a la que pusimos las ilusiones y la sonrisa de la musicóloga y cantautora en ciernes Virginia Montaño. Como ya es habitual en ella, antes de hacerse con la guitarra, compartió una de sus reflexiones; en esta ocasión, un canto a la vida y a la amistad, que sirvió de perfecto prólogo para “Olor a mandarinas”, de Zahara (por si alguien quiere disfrutarla, he dejado el enlace en el grupo de Facebook). A esta siguió su nueva composición, “Bailar bajo la lluvia”, que ya la semana pasado probó lo que de ella existía. Como Zahara, queríamos “prolongar el encanto de vernos”, pero antes de continuar hicimos una breve pausa, como es de rigor.

Y con ganas de MAS, reanudamos la edición n.º 11. Después de que Virginia nos revelase que su “deporte favorito son tus besos”, la que escribe esto, Andrea Mazas, le dedicó el poema “Sobre todo la boca”: porque compartimos disciplina deportiva y porque cada lunes consigue enternecerme. A continuación, se desarrolló el primer pase musical de esta parte. Richard volvió a hacer gala de su simpatía (de la que tan bien hace uso para solventar sus problemillas en el primer intento de interpretar un tema) y a cantar el que ya podemos decir que es su himno en MAS, “La quiero a morir”, esta vez en versión bilingüe, acompañado por Dominique. Después, la mítica “Blowing in the wind”, de Bob Dylan, fue el reto musical con el que nos sorprendieron Richard y Andrea, que llegó desde la Toscana para dejarnos con el ritmo de su armónica bailando en la cabeza. Y así, con esa danza mental aún en su segunda vuelta, Víctor Casado volvió al escenario para ofrecernos una entrega más de su sección “Verdades como puños”: el tema de su “diatriba” esta vez fue la higiene… de la boca y de las manos. Después de aconsejarnos que nos lavemos las manos antes de “realizar actos sagrados […] como escribir”, sin duda, debí perderme algo, porque lo siguiente que recuerdo es “Soy un ejemplo de virtudes dionisíacas, chicas… Lubricad si os place”, seguida de un gesto que no describiré porque aún lo estoy asimilando… Hasta este momento los aplausos fueron muchos, entusiastas y agradecidos; sin embargo, antes de leer sus dos poemas, Miguel Ángel indicó que, si a alguien le gustaban, se sentiría más agradecido si lo demostrábamos con silencio en lugar de con vítores. El verdadero motivo lo descubrimos en su primer texto, que versaba, precisamente, sobre el silencio. A pesar de sus palabras iniciales, el aplauso es una convención y el público rompió el silencio con palmas y con sumo respeto. Se despidió con unos versos dedicados a su trastorno, Celia, una mujer, al parecer, “bellamente complicada”. Esta semana Óscar Bailongo no hizo su play-back habitual y se limitó a leernos un poema en inglés que en su día regaló, como fondo de una brújula, a su hermano y del que después nos improvisó la traducción. Mariela Paz subió al escenario con la energía de muchas mujeres en su cuerpo, y, desde la rabia y la indignación, dedicó el poema que su profesor de Teoría Política le inspiró después de explicar al alumnado, desde cierta pose “burguesa”, la teoría de la justicia de Rawls. El texto y, sobre todo, la visceralidad desde la que lo recitó, hicieron que el público no tardase en hacerse cómplice de las palabras de Mariela. Después de este arrebato, Rodrigo Cuervo nos regaló un bálsamo de música. De nuestro amigo  clásico quizá se pueda decir mucho, pero a mí me deja muda: durante su actuación, siempre me quedo perdida en sus manos, con toda mi atención puesta a su buen hacer… No sé de música, y tal vez la ejecución no sea siempre perfecta, pero es capaz de transmitir la mágica sensibilidad que lo caracteriza. Es mejor escucharlo (y verlo). Algo parecido me pasó en esta edición con Aurora. Fue su primera vez en MAS y derrochó dulzura: lo que no hubiera en las palabras que extrajo de su cuaderno lo añadían su gesto y su voz. Compartió una historia de amor en tres actos-poemas que resumían las tres fases de un idilio. El amor (cara y cruz) siempre está presente en MAS, y María de Miguel completó el resumen de Aurora exponiendo con su desparpajo las idioteces que se hacen en la primera etapa del enamoramiento. Lo hizo a través del monólogo “Cuando nos enamoramos”, con el que (si no recuerdo mal), Gabino Diego ya hizo desternillar al público del Club de la Comedia. Nuestra Gabina, más guapa (todo hay que decirlo), también consiguió el objetivo y juntos nos reímos de nosotros mismos. Llegamos al final de la noche, que la cerraron espontáneamente Andrea y Richard con una nueva, movida y prolongada versión de “Tu vuo' fa' l'americano”, de Renato Carosone.

Después de tantas líneas, me reservo estas últimas dos para invitaros a disfrutar de la que será la edición n.º 12 de MAS, el día 5 de diciembre (con el martes festivo esperándonos después). ¡Ya estamos en curso!

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Crónica MAS (10). 21/11/11


Micro Abierto Salamanca (MAS) es una experiencia difícil de compartir a través de un resumen como el que escribo cada semana. Apenas uno puedo limitarse a dar unos pocos datos objetivos (el nombre de los participantes y el título del poema o de la canción elegido para esa noche) y ofrecer alguna que otra impresión personal. 

Semana a semana se va cogiendo cierto cariño a quienes pasan por El Savor. Parece que es recíproco, porque algunos, como Cándido Pérez, toman, como punto de partida de su inspiración, el ambiente que se crea cada lunes en MAS y a algunos de sus personajes (a mí incluida) para escribir una canción. Hay quien, sin embargo, aprovecha esta cita semanal para compartir sus búsquedas y descubrimientos musicales en el escenario, como hicieron esta semana, por primera vez, Andrés Sudón y Misir Lau. Compartir escenario no suele ser habitual, pero a veces es la forma que tienen algunos de atreverse a asomarse a ese lado de la cuarta pared por primera vez: así lo hicieron, disfrazados, armados con cucharas y con un bable de aquella manera por idioma, Collectiú Fartura. Poetas o aprendices del verso nos dejan asomarnos a su cosmos a través de la palabra e invaden el escenario de intimidad y secreto durante unos minutos; es el caso de Mariela Paz, Luz Mercedes Orrego o Suso Sudón, que, con unas pocas líneas y menos tiempo, comunican una idea, una preocupación o una reflexión. Este también es el caso de la entusiasta y sensible Virginia Montaño, cuya ternura no sólo matiza su voz sino también sus composiciones y su trato. Guillermo Toda y Rodrigo Cuervo nos van mostrando en pequeñas dosis su gusto por este o aquel tipo de música, así como los avances seguros, y sobre todo concienzudos, en su preparación musical, de una forma delicada y simpática, a veces graciosa y siempre humilde, por no hablar del respeto mutuo que se demuestran. Otros siguen indagando sobre sus temas predilectos: Alfredo Rubbenstein, a través de sus relatos, el horror y lo absurdo de ciertas pulsiones humanas; Óscar Bailongo, con sus play-back y textos escogidos, los idiomas. Siempre hay quien se gana al público por su simpatía, espontaneidad y sencillez, como Ricardo Díaz (Richard), quien se prepara un monólogo (con más o menos acierto) o quien lo improvisa (con más o menos tempo); así hicieron Jorge Silla y Víctor Casado, respectivamente. Casi siempre conocemos nuevas caras; esta semana tuvimos ocasión de disfrutar de los ritmos de El dúo justiciero. Por último, hay quien se queda sin subirse al escenario por motivos ajenos a su voluntad. Esta semana, al establecer el orden de participación, olvidé escribir un nombre en la lista, el de Miguel Ángel, a quien pido disculpas… Sin embargo, si yo no hubiese cometido ese error, la pasada velada de MAS se hubiese alargado aún más de lo que lo hizo.

Esta semana todas las negritas del párrafo anterior no resaltan los nombres de los participantes, sino lo que hace que MAS sea o pueda ser algo más que un motivo para salir de casa cada lunes. No pretende ser una declaración de intenciones, sino una llamada de atención a algo que ocurre y que muchos queremos que siga sucediendo. Algo a lo que cada semana se suma alguien más. Un encuentro que es nuevo siempre, con una lista de participantes cada vez más larga… en el que hay siempre un público fiel y respetuoso, pero también exigente. Nadie quiere quedarse con nada en el tintero cuando coge el micrófono, nadie quiere que nadie se quede sin tener su oportunidad de hacer uso de él y ninguno queremos llegar tarde a trabajar o a clase el martes… Por eso todos o casi todos, a excepción de los espectadores, piden participar en la primera parte para así poder marcharse pronto a casa.

Por eso, a partir de ahora, para poder seguir utilizando las negritas en las palabras adecuadas, a quienes quieran participar por primera vez o seguir haciéndolo, os remito a nuestro grupo en Facebook -MAS (Micro Abierto Salamanca)-, donde podréis leer el documento “¿Cómo participar en MAS?”. (Si alguien no dispone de Facebook, puede escribir un correo a microabiertosalamanca@gmail.com para solicitar la información de dicho documento a través de correo electrónico.)

Gracias a todos por hacer MAS.