martes, 20 de noviembre de 2012

Crónica MAS (52). 12/11/12

Ya tenía ganas de (empezar a) escribir la crónica de la edición 52 de Micro Abierto Salamanca (MAS)... porque, francamente, fue especial. Algo debió de pasar que no advertimos para que, la noche del 12 de noviembre, en El Savor, los habitantes de MAS asistiéramos a una edición breve (que no corta) pero intensa, una de las que yo ya he colocado en mi memoria entre las mejores que se han celebrado. El número de participantes fue perfecto: doce artistas –para cinco de los cuales fue su primera vez en nuestra casa– se pasaron el testigo en el escenario a un ritmo más que bueno, lo que hizo que todos nos quedáramos con esa magnífica sensación de querer más de MAS. Que termináramos pronto (antes de la una de la mañana, algo inesperado para nosotros...) permitió que, al terminar, bastantes personas pidiéramos una ronda más (o unas cuantas más, para ser honestos...) en El Savor para brindar por todo lo que esa noche habíamos disfrutado: de algún modo, nos sentíamos –nos sentimos– afortunados por contar con este refugio semanal de los lunes que da un empujón espiritual y cultural al resto de la semana. Como hiciera en la crónica anterior, empezaré por dejar constancia aquí de las primeras veces de los cinco artistas que en esta edición se sumaron a esta nuestra familia, tan peculiar; a continuación, daré cuenta del resto de intervenciones que conformaron el guión de una velada memorable.


primeras veces... 

El primero de los artistas que se estrenaron en MAS (52) fue Gregorio Toth. Este húngaro nos dejó boquiabiertos por dos de sus cualidades, que iban del escenario al público con sutileza y gracia: su simpatía y su sensibilidad. Para desvelarnos el talento que, a buen seguro, seguiremos disfrutando a lo largo de esta segunda temporada de MAS, Gregorio interpretó dos versiones. La primera, a cappella, fue "Most Múlik Pontosan", en húngaro. Esta canción es originalmente de la banda Quimby, pero Gregorio prefirió descubrirnos la versión folk de la misma que hace otro grupo, Csík Zenekar. En definitiva, escuchamos una versión de la versión de una canción que describe un amor que es mejor no sentir nunca (por las drogas). En la segunda versión, de "Dear Mr. President", de Pink, Pepe Peña sumó su buen hacer con la guitarra a la bonita voz del húngaro. Para que ampliemos nuestros conocimientos musicales, dejo aquí un vídeo con la versión folk del primer tema que escuchamos.


Grande fue la sorpresa que nos dio la bella Ainara con su pequeño acordeón. Digo "bella" porque a mí me ha cautivado en todos los sentidos posibles: por su sencillez, por la humildad que denota, por su dulzura manifiesta y, cómo no, por su belleza más visible. Era la primera vez que en MAS sonaba un acordeón y, al escucharla, yo descubrí mi gusto por este instrumento, tan evocador. Después de una primera pieza, intensa (no estoy segura de si su título es "Menor"), Ainara nos subió a un precioso tiovivo musical para activar algunos de nuestros sueños; lo hizo con "Carrusel", un tema que, según nos contaría una semana después, en la edición 53, le enseñó su propio autor, su profesor.

También en esta edición pudimos tocar la sensibilidad de tres poetas: Iankarla Castillo, Alberto  Cristoffanini y Obet Pérez. 

Ya habíamos empezado MAS (52) cuando Iankarla Castillo, de México, decidió aprovechar la ocasión para subir al escenario a leer un largo reproche en forma de poema, en cuyas palabras cargaba una buena dosis de dolor, provocado por una traición amorosa. No había despecho; el dolor que transmitía imposibilitaba sentir algo más que tristeza. 

De Canadá a MAS. Este es el trayecto que hizo Alberto Cristoffanini para recordarnos, con su primer poema, que, precisamente, al evocar experiencias, sucesos, personas... se pierden detalles. No obstante, esto, aunque a priori parezca algo negativo, también tiene su lado positivo, porque "no se puede enlatar toda la mierda de la vida". La pasión con la que recitó este primer texto tuvo su recompensa en la entusiasmada reacción del público. No dejó el tema de la memoria muy lejos cuando eligió el segundo poema; en este, el escritor da a alguien ciertas pistas para que lo recuerde cuando no esté: "ahí donde el cuerpo se quita el vestido del espírítu, ahí estaré".

Fotografía de Mariko Obari (tomada de Facebook)

La última de las primeras veces fue la de otro mexicano: Obet Pérez, quien, como suele decirse, se tiró a la piscina sin tener la certeza de que estuviera llena: en el transcurso de MAS (52) se animó a probarse ante el público con un texto que había escrito un rato antes, con la dificultad confesada de que no entiende bien su propia letra. Resultado: una lectura un tanto accidentada que a mí, personalmente, no me dejó entender muy bien de qué iba la cosa. La torpeza (perdón por la expresión) de esta primera vez (no olvidemos tampoco la traición de los consabidos nervios) primera vez quedaría reparada en MAS (53), pero esta no es crónica para hablar de ello...


con buena letra...

Con la lectura de sus tres poemas, Ronald Figueroa fue templando los nervios con los que llegó al escenario (que fuera el primero de la noche tal vez hiciera que estuviera más inquieto que otras veces: romper el hielo cuesta...). Dejó la admiración por la persona amada, y el placer que se deriva del propio acto de admirar, para tomar "aquel camino gris que resuena en la memoria perdida" para transmitirnos la devastadora violencia de Caracas, donde es fácil sentir el privilegio de seguir vivo. Finalizó con "Algo": con algo de esto y algo de aquello compuso el poema con el que se despidió y que escribió no recuerda por qué razón. La importante conclusión a la que llega Ronald, reflexión con la que nos dejó y que impulsó otros poetas de la noche, es que, independientemente de a cuántos les gusten nuestras letras, lo importante es que uno sepa por qué escribe.


Con "Soledad", Miguel Pérez nos recordó para qué sirve la poesía: por ejemplo, para sentirse mejor después de que alguien te rechace como amante porque, también por ejemplo, le atraen las personas del sexo opuesto al que tú ofreces. Más claro: con el poema, Pérez se liberó de la putada de no poder conquistar a una chica lesbiana de la que se enamoró. Terminó con "Soneto", un soneto que escribió durante una tertulia literaria a partir de las tres palabras propuestas para el ejercicio: soneto, epílogo y puta. El mayor problema con que se encontró el poeta fue dónde y cómo meter puta en el poema...

La prosa estuvo representada en esta edición por el gran Alfredo Rubbenstein. Cruzó la sala hasta llegar al escenario mientras rendía un peculiar y cómico homenaje a otro grande, Luis Buñuel. Al terminar, se puso más serio para contarnos la historia de Ismael. Años noventa, Bosnia: Ismael no entiende la guerra. A través de las preguntas que el niño hace a su madre inmóvil, muda, fría, tendida en la nieve, el autor abre una puerta para la reflexión en torno a la barbarie del conflicto armado. Pongamos banda sonora a este relato con la pieza que Alfredo dejó en nuestro grupo en Facebook antes de venir a MAS (52) a leerlo para nosotros.



El tío de Pablo Milano sí existe y al parecer la única que dudó sobre su existencia fui yo: todos reconocieron en los versos que Milano recitó la primera vez a su autor: Manolo Chinato. Tal como ya dije en la crónica de MAS (50), ojalá sea posible escuchar algún día en MAS al tío de Pablo sin intermediarios. No obstante, en MAS (52) fue a Lorca a quien disfrutamos en la voz y en el cuerpo de Pablo (porque recita con todo el cuerpo, de un modo casi orgiástico). En concreto, recitó de memoria (cada lunes me quito el sombrero varias veces con este chico) un fragmento de Bodas de sangre. Milano domina la tragedia, como demostró al encarnarse ahora en Leonardo, ahora en la Novia.    

Creemos que Dani tiene más que clara la estructura que seguirá en sus intervenciones en MAS: una cosa seria y breve, y otra cómica y algo más larga. Al menos este es el esquema que ha seguido hasta ahora. En la edición que aquí cuento, la breve tenía un mensaje más que clarito: "Vivid cuidando lo que tenéis cerca". La larga, tal como prometió, fue cómica. Nos ofreció una magna muestra de su humor y, como su amigo Pablo, lo hizo a dos voces algo histriónicas, una bien engolada (masculina) y otra bastante aguda (femenina). ¡Este chico vale para todo, oigan!

Alguien llevaba tiempo con ganas de salir al escenario, pero no había encontrado como hacerle frente a la timidez que se lo impedía. Entre sus amigos y yo, finalmente conseguimos que Irene combatiera la vergüenza de mostrarnos la intimidad de sus letras. Ahora que se ha animado, esperemos que siga diciéndose a sí misma "Esto escribo, esto soy. A quien no le guste, que no mire"; nosotros la seguiremos aplaudiendo con el mismo calor con que la recibimos en MAS (52).   

La última poeta que compartió uno de sus textos con nosotros (con vosotros, para ser más exactos) fue Andrea Mazas; vamos, yo. Leí un poema apenas recién terminado esa tarde: "A medias". No es que no estuviera terminado; lo estaba, pero, si por mí fuera, seguiría, seguiría, seguiría, porque en el bailo con mi "muso", y "cuanto más escribo yo, más bailamos los dos". Como sabrán los que escucharan el poema, el mismo sale de un dibujo. Como esta crónica cuenta con pocas imágenes, completo el texto con la imagen que lo acompaña... y, de paso, le pongo rostro al muso.



y con nota...

La magnífica edición que resumo en esta crónica tuvo un final de alto nivel. ¿Para qué voy a andar escondiendo mi admiración por Pepe Peña? Este extremeño nos ha ganado y tenemos el privilegio de disfrutarlo todas las semanas en El Savor. Los dos temas de repertorio que interpretó este músico volvieron a, primero, ponernos la piel de gallina y, después, a dibujarnos una sonrisa con la historia de amor de su "Manuel". 


Antes de ponerle el punto final a esta crónica, os dejo más abajo tres carteles, que resumen algunos de los conciertos que aún nos quedan por disfrutar en Salamanca, en El Savor y El Corrillo. No sólo de música vive el alma, sin embargo, por lo que os seguiré proponiendo otras actividades a través de nuestro grupo en Facebook.

Por lo pronto, os espero el próximo lunes 26 de noviembre en El Savor para celebrar otra edición irrepetible como la que, ahora sí, termino de resumir en esta crónica.




sábado, 17 de noviembre de 2012

Crónica MAS (51). 5/11/12



Noviembre empezó en El Savor con la edición 51 de Micro Abierto Salamanca (MAS). La velada dio comienzo en torno a las 23.00 h del lunes 5. Cada semana, hasta que la edición no empieza, es imposible saber qué pasará. Las preguntas que nos hacemos suelen ser si será o no una noche memorable, si habrá muchos o pocos participantes, si conoceremos a alguno nuevo, si terminaremos tarde o pronto... Los artistas suelen preguntarme “¿Cuándo salgo yo?”. Esto es difícil de responder: sólo después de dar la bienvenida a los asistentes, llegamos a escribir un guión orientativo que puede variar en el transcurso de la noche. Suele haber una regla: los nuevos no son los primeros. Esto es algo que suelen agradecer: romper el hielo es difícil, especialmente para alguien que va a subirse por primera vez a nuestro escenario. 

La edición que esta crónica recoge fue la primera vez para dos escritores, Ronald Figueroa y Dani, y para una cantautora con alma rock, Alicia Ramos. En mi opinión, la intervención de esta última fue la más llamativa de la noche, la que consiguió remover más al público: de ello dieron cuenta los aplausos, las risas y el bis. 

Ya he dicho que, en MAS, los nuevos nunca son los primeros en actuar. En esta crónica, a diferencia de lo que hago en el resto, primero os hablaré de los nuevos y después resumiré el contenido restante de la noche de aquel 5 de noviembre.

primeras veces... 

Por la parte de poesía, en MAS (51) se sumaron los dos nombres que ya he anticipado. En cuanto a Ronald Figueroa se refiere, eligió un poema del “poeta nacional venezolano” por excelencia, Andrés Eloy Blanco, en concreto, “La hilandera”, un texto catártico, pues, según nos explicó Figueroa, consigue cambiar la visión del mundo a aquel que lo lee (o escucha) con detenimiento. Dejo aquí un enlace para quien quiera probar su capacidad de catarsis con los versos que Ronald nos ofreció. 

Dani, en cambio, eligió un texto propio para sumarse a nuestras filas poéticas. “Muerte y resarcimiento”, al parecer, no es poesía: “son ralladas mías”, explicó el autor. A pesar del tono bastante oscuro (como anticipaba el título) de lo que escuchamos, la forma de leer de Dani nos dio una oportunidad para reírnos de nosotros mismos y resarcirnos de algunos males tan comunes. Creo que tanto Dani como Ronald han llegado a MAS para quedarse...


Ya lo he dicho antes: la actuación estelar de la noche fue la de Alicia Ramos. Cualquiera que la vea y la escuche reconocerá inmediatamente a una artista sobre el escenario. Tiene un estilo propio que te pone de su parte sin remedio. Su fuerza, el humor que destila en sus letras (de temáticas a las que nadie es ajeno y no carentes de crítica) y, por qué no decirlo, su impactante simpatía bloquean los visibles (y confesados) nervios, que (casi) nunca le faltan, como debe ser. De sus dotes disfrutamos todos y nos confesamos sus sonrientes cómplices complacientes con palmas certeras. Empezó dando las gracias a MAS, a las Ranas Rebeldes (colectivo que había invitado a Ramos a participar en el acto por la lucha antipatriarcal organizado para el miércoles siguiente en el Centro Sociocultural AutogestionadoVillafrías) y a Salva, de El Savor, por apostar por ella: Alicia Ramos será la encargada de cerrar el cartel de Viernes de Autor de noviembre (véase al final de la crónica), coordinado por nuestro maestro Andrés Sudón (aprovecho para hacerle saber que lo echamos de menos en MAS y que ya va siendo hora de que se deje caer algún lunes...). Los temas con los que Alicia nos ganó fueron “Muérete tú, si eso” y una peculiar “canción de amor” que cuenta su idilio con Iñaki Urdangarín. Ante la insistencia del publicó, accedió a interpretar un tercer tema de repertorio; esta sí era una canción de amor, sin el humor de las otras pero con sentimiento.


Continúo ahora con un resumen del resto de las actuaciones de las que disfrutamos en MAS (51), cuyos artífices nos abrigaron con su palabra y su música y, que, junto a los ya mencionados, hicieron que El Savor tuviera esa noche, una vez más, un ambiente acogedor y sabrosón, de esos que invitan a volver...

con buena letra...

Pablo Bordons volvió a abrir su liberta en MAS para extraer dos textos más: un poema, "La sabandija", de tono oscuro y crítico, y un cuento cuyo título no mencionó (tal vez no lo tenga), en el que sigue indagando sobre la extrañeza de ciertas relaciones, como la de dos que solo se aman a sí mismos.

Al parecer Luz Mercedes Orrego ha decidido no leer durante un tiempo sus propios escritos. No obstante, los poemas ajenos que suele llevar a MAS son sabias elecciones que revelan la voraz lectora que es, de gusto exquisito. En esta edición, puso voz a los versos de "Si yo pudiera morder la tierra toda", de Fernando Pessoa.

Esperemos que sus otras obligaciones (que seguro tienen menos trascendencia que las poéticas) dejen a Miguel Pérez suficiente tiempo para seguir creando: sería una lástima que, dado el ritmo al que este joven poeta nos va desvelando su obra, se quedara sin versos nuevos que regalarnos en las ediciones (muchas) que le faltan por celebrar a MAS. (De todos modos, siempre puede volver a leernos ciertos textos: algunos merecen ser reescuchados.) En MAS (51) abordó la temática amorosa en el primer poema, en concreto, el final y el olvido que siguen al final de una relación. El siguiente texto, formado por dos poemas, se inspira en "Caballo de cartón", de Joaquín Sabina. Para más información, escúchese la canción.


¿Recordáis a aquel hombre que fue noticia (un tanto anecdótica) tras ser detenido por llevar como copiloto una señorita maniquí para poder ir por no sé qué parte de la autovía por la que solo es posible circular si se va acompañado (algo así? Pues bien, este episodio desencadenó la reflexión que, tras licenciarse en Filosofía, que solo le sirve "para decir chorradas" (sic), llevó a Mariela Paz a escribir el texto crítico que nos leyó el 5 de noviembre. La crítica iba dirigida hacia el hombre, hacia el ejercicio de cosificación de la mujer que algunos hacen, especialmente en estado de embriaguez, que los lleva a considerar que, para la práctica sexual, les vale cualquiera. A mí, como manifesté en MAS (51), las palabras de Mariela me dejaron atónita.


Lo primero que Juan José Jaramillo hizo al subir al escenario fue darme las gracias (entiéndase esto con mucha ironía) por presentarlo después de que Alicia Ramos nos hiciera disfrutar tanto. Alguien tenía que ser... Si en la edición previa Juan José nos habló de pijos, en esta se puso más serio: el poema, con un mensaje que traspasa fronteras aunque esté inspirado en la situación que vive su país, abordaba el inmenso problema que para el ser humano (para la sociedad, para la convivencia, para el progreso) supone su corruptibilidad



y con nota...


En esta edición tampoco faltó música. Por estilos, no fue: pop rock, heavy rock, folk, cumbia...

Además de la intervención ya resumida de Alicia Ramos, contamos con la presencia y el atrevimiento de Fran Sánchez y su ukelele. Empezó con una versión de Imagine que terminó convirtiéndose en otra versión que no logré identificar...

Nuestros justos y divinos amigos, Matías Astroza y Andrés Luna, dos de los integrantes de El Dúo Justiciero, abordaron el escenario de MAS con un propósito claro: anunciar un evento mayúsculo. Se trata del RockSavor Music Fest, el Primer Festival de Rock Universitario de Salamanca. Tendrá lugar el jueves 29 de noviembre en nuestra y vuestra casa, El Savor, como reza el cartel (véase al final de la crónica). En él tendréis ocasión de disfrutar de cuatro bandas desde las 18 horas. Para darle ritmo a semejante noticio, Matías y Andrés nos animaron con guitarra, güiro, voz y palmas en la versión de un tema de Camilo Sesto en el que volvieron a pedirnos que fuéramos sus "amantes".


El gran poeta que vive en el cuerpo de Pablo Milano dejó que los versos de su tío reposaran en esta edición para dejarnos conocer su faceta musical. Descubrimos que tiene un grupo, Rockjo, y del mismo interpretó el tema "Que sepan los fascistas". Podéis escuchar su música en internet, por ejemplo en su Myspace. Como Pablo toco solo en MAS, os dejo aquí una de sus actuaciones también en solitario. Así, además, vamos desentrañando un poquito más a este participante que llegó tan espontáneamente y que se ha quedado con nosotros...



En esta edición tampoco faltó el que ya se ha quedado con el título (tenemos más candidatos) de "uno de los grandes fichajes de esta temporada": Pepe Peña. Esto no deja de repetirse después de cada MAS cada vez que él actúa. Se ha ganado al público, qué otra cosa podemos decir. Motivos no faltan, porque de talento va sobrado... (si nos ponemos egoístas esto tiene su parte mala: corremos el riesgo de que se vaya a Madrid...). El disfrute de la música está garantizado con Pepe Peña en el escenario. Y así ocurrió en la edición del 5 de noviembre, en la que optó por reservar los temas de repertorio para otra ocasión y, en esta, tirar de un par de grandes versiones. Por cierto, aprovecho estas líneas para transcribir el mensaje que ha dejado Pepe en nuestro grupo en Facebook: "¿Algún chelista/violinista/cualquier otro instrumento/ista que quiera tocar conmigo? Toco la guitarra y canto (en acústico); ¡si alguien sabe cómo se llama mi estilo, que me lo diga por favor! Y eso, ¡animarse, que estamos aquí y estamos tocando por ahí!". Repito sus palabras: ¡animaros: de aquí pueden salir colaboraciones grandiosas!    





El final de MAS (51) lo escribieron otros músicos con los que también, poco a poco, nos hemos "ajuntado". Como se dice en Salamanca, son majos, pero, además, sienten una gran pasión por lo que hacen. Se lo pasan bien en el escenario y esto, al final, se nota y se contagia. Me refiero a ese dúo cuyo nombre tanto me cuesta pronunciar y que ellos, tan majos, siempre me perdonan: A Hundred Fires in a Jar. De ellos también disfrutaréis el 29 de noviembre en el RockSavor Music Fest que anunciaba más arriba. Con su guitarra y su banjo, terminamos la noche con estilo cien por cien folk. Aunque  empezaron diciendo que Alicia Ramos había dado la "lección folk de la noche", ellos no se quedaron atrás y con los dos temas que interpretamos concluimos una velada de lo más interesante, cálida, divertida, diversa y entrañable.


Doy las gracias a Eugenia Menéndez y a José Pichel por compartir con nosotros las fotografías que tomaron de la mayor parte de las actuaciones que disfrutamos en MAS (51), incluido el momento del grito... (Para quien no estuvo, resumo: en el transcurso de la velada empezó a ser bastante molesto que algunas personas sentadas en primera fila hablaran sin parar y levantaran más la voz cuanto más se intentaban hacer escuchar los artistas que subían al escenario. Para desahogarnos un poquito, propuse dar un grito liberado a la de tres... y el grito se hizo más que audible).  


Ahora sí, voy a cerrar esta crónica. Gracias a todos por hacer que MAS sea algo tan bonito. Nuestra siguiente parada en este blog será MAS (52)... pero antes, esta noche, abriremos las puertas de El Savor, un lunes más, a artistas ya familiares y a otros nuevos (de momento, puedo adelantar que conoceremos a una cantautora alemana) y al mejor público para celebrar la edición 53. La pregunta es... ¿ya sabes qué vas cantar o a leer hoy, lunes 19 de noviembre? ¿Vas a ir sólo como espectador? ¿Eres de los que se llevan una libreta o un libro por si, en el último momento, deciden particiar...? Dejo aquí el evento en Facebook para que te apuntes: ¡contamos contigo!... Como dice un trovador del otro lado del charco, "La vida es un golpe de rosas": ¡no te quedes en casa!



viernes, 9 de noviembre de 2012

Crónica MAS (50). 29/11/12



La edición 50 de Micro Abierto Salamanca (MAS) fue especial. Fue una noche entrañable. Es difícil transmitir lo que sentimos celebrando cincuenta lunes a aquellos que no estuvieron, algunos de los cuales fueron sobradamente recordados en alta voz o en silencio. Al día siguiente, con la intención de hacer partícipes a todos de la emoción que yo sentí en tan especial celebración, escribí lo siguiente en nuestra página en Facebook

Anoche celebramos el especial 50 ediciones de MAS. Fue algo precioso. Empezamos nombrando a todos los artistas que han dado forma a estos 50 lunes: un total de 178 personas han pasado por nuestro escenario. Al escuchar sus nombres y en el transcurso de la gran noche que vivimos, sentimos nuestras ganas de seguir haciendo MAS, de seguir dándonos mutuamente a través de la música y de la poesía. ¡Gracias a todos por hacer posible esto! MAS nos quita por unas horas el frío del invierno y nos hace sentir calor del bueno! ¡Vamos a por las 100! ¡Salud!

Lo escribí inmediatamente después de celebrar MAS (50). Ahora, casi dos semanas después, sigo sintiendo parte del calor de aquella noche. Sin embargo, esta crónica no pretende ser especial: nada en ella hará que destaca respecto a las demás (salvo, quizá, por esta introducción). Porque especial fue lo que ocurrió el lunes 29 de octubre en El Savor, como lo es lo que se siente cada semana en MAS. Lo especial es seguir queriendo hacerlo, lo que sólo es posible gracias a todos los artistas que participan y al público asistente. Ellos son MAS. Ellos son los que le dan el espíritu que tiene. Ellos son los que deciden qué vestido se pone El Savor cada lunes. 

Como decía empezamos nombrando a todas las personas que han participado en las cincuenta ediciones que celebrábamos. Guillermo Toda grabó un vídeo; Salva, un CD; yo dispongo de ambos documentos. Me hubiera gustado tener tiempo para editarlos y dejar algo bonito como recuerdo de esa noche. Lo tengo pendiente. Como adelanto sólo para todos aquellos que se asomen a esta crónica, dejo aquí, de momento, el vídeo (perdonen la calidad del mismo y otras cosas de la persona que habla en él).


Pero pasemos a dar cuenta de los artistas que quisieron celebrar con nosotros tan redondo número compartiendo con nosotros parte de su poesía y de su música...  

Sofía Montero fue la encargada de comenzar la fiesta. Lo hizo en formato haiku y nos confesó sentirse "presa del lenguaje", tan frágil como cristal.

Tras el breve paso por el escenario de la Montero, Dominique y Tito, guitarra y ukelele en mano, nos dejaron tres versiones. Los nervios (poco usuales) del francés obligaron a que alguna de las piezas se convirtiera en instrumental... No obstante, un público entusiasta y comprensivo acompañó al dúo con palmas y les transmitieron parte de su confianza en ellos.

Mariela Paz regresó a MAS con nuevos versos. Los trajo desde Suecia, país donde los escribiera este verano, según nos contó. En los dos primeros nos contagió cierta nostalgia y cierto romanticismo... los mismos que ella sintió en su viaje: a veces un paisaje nuevo no consigue aplacar el recuerdo de un amor que se añora. Terminó con el texto "Soldador hortelano", del poeta anarquista Helenio Campos Ocaña. (No estoy segura de que el título del poema sea el que indico, pero sí estoy convencida de que no puede ser lo que algunas personas entendimos cuando lo presentó: "soldador del ano"...)

La poesía continuó en la voz de Fran, amigo de leer únicamente sus propias líneas. Para esta edición, eligió una greguería (en la que nos transmitió su deseo de denunciar al creador del PDF), un poema recortado por opiniones de algunos amigos (del tipo "A partir de aquí es una mierda") y un tercero sobre la muerte, "Dama de la guadaña", último verso que el poeta tomó como título después de bajarse del escenario.

Ya habíamos escuchado parte del tema que interpretó Guillermo Toda. Dada la especial celebración que nos traíamos entre manos, Toda por fin nos deleitó tocando su pieza musical favorita completa: "Koyumbaba", de Carlo Domeniconi. 

A continuación, presenté a uno de esos participantes que, todo apunta, se va a convertir en los "fijos" de esta temporada (afortunados nosotros). Se trata de Pablo Milano, quien una vez más nos recitó versos de su tío (¿escucharemos algún día los poemas en boca de su propio autor?, ¿será Pablo su propio tío?). Además, descubrimos que no sólo es un gran rapsoda, sino también un poeta en ciernes. El primer verso de su texto yo lo he utilizado ya varias veces estas semanas: "A mí qué coño me vas a agradecer, si lo mío es puro egoísmo".

Juan José Jaramillo consiguió volvernos un poco locos (vale, estoy exagerando...): mientras leía su poema (sobre pijos y los clubes que estos frecuentan), levantaba una mano si se refería a varones y la bajaba cuando hablaba de mujeres. De Juan José tengo una intuición para esta temporada: creo que, conforme vaya ganando confianza en el escenario, nos va a hacer disfrutar enormemente de sus textos. Le seguiremos la pista...

Dos integrantes de El Dúo Justiciero (para quien siga estas crónicas y/o para quien asista habitualmente a MAS esto que acabo de escribir no encerrará ningún galimatías), el canalla Matías Astroza y su compañero, Andrés Luna (espero escucharlo más veces para reconocer sus adjetivos con mayor claridad), pusieron, un lunes más, ritmo de cumbia a la noche y a la canción de Fito y Fitipaldis que versionaron. A pesar de sus intentos y de su fogoso entusiasmo, solo consiguieron que dos personas bailaran tímidamente... Quizá hubieran bailado más espectadores pero creyeran que no era día ni hora ni espectáculo: para esas personas, El Dúo Justiciero los espera cada jueves en El Savor para poner música a sus pies.

La noche continuó con poesía... en concreto, con la de Miguel Pérez, a quien pido disculpas porque, dado el tiempo que ha pasado desde que se celebrara MAS (50), no recuerdo bien su texto. Del mismo solo conservo un verso: "No eres la primera mujer que se olvida de mi primera vez".

¿Cómo podríamos celebrar las cincuenta ediciones de MAS sin escuchar "La quiero a morir"? Esto no iba a permitirlo Richard, que para la versión de esta ocasión se valió de la colaboración de Eduardo y Armelia. Hicieron los coros con algún grado de timidez, pero le restaron estilo acampada a la canción. Tras esta canción, Richard se quedó solo en el escenario e interpretó otro de sus clásicos: "Dance me to the end of love", de Leonard Cohen.

Darío Ordóñez se presentó en MAS con un relato propio basado en hechos reales en el que el amor rondaba en forma de recuerdo. Al escucharlo fue fácil distinguir su soltura con la palabra y la inteligente construcción de la narración. Ojalá tengamos ocasión de escucharlo nuevamente pronto.

Para Pepe Peña era la segunda vez que tocaba para nosotros. Escucharlo es un privilegio, la verdad: conmueve, su talento es indudable y su sensibilidad pone la nuestra de puntillas. "Pepe Peña mola", me dijo Guillermo Toda al oído. Yo asentí. Dijo que esperaba que esta fuera la segunda de muchas veces en MAS: nosotros también lo esperamos. Para celebrarlo, toco dos canciones: una escrita esa misma tarde y "Manuel", esta en español, con mucho ritmo, mucho "rollo" y mucho humor.

La cronista y presentadora (es decir, yo) (es decir, Andrea Mazas) celebró los cincuenta lunes en El Savor leyendo el texto con el que se estreno en MAS, en la Sala Alquimista, hace unos tres años. El texto, "Yo tengo una uve, a, ge, i, ene, a".

Jaime Rogue nos visitó después de un largo tiempo sin dejarse caer por nuestra casa. Solo los  reencuentros que propició la noche ya fueron motivo de jolgorio y celebración. Después de cantarnos "Used to get high", de John Butler, Jaime se mostró mucho más suelto al improvisar una pieza instrumental. Al verlo y escucharlo, recordamos que Rogue es un maestro de la guitarra, cuya destreza nos quita las ganas de hablar (a juzgar por el rotundo silencio que se hizo en la sala para escucharlo) e incluso de beber: es un placer poner toda la atención en él cuando toca.

Solo faltaba un artista por salir al escenario... pero aún quedaba una bonita sorpresa. Un leal amigo de MAS y uno de los grandes descubrimientos de la pasada temporada, el cantautor Alberto Hernández Mendoza, no pudo venir a Salamanca para esta tan especial edición, pero quiso contribuir a la misma. Nos mandó una carta y una preciosa canción, "Noviembre", que el público escuchó atentamente y a la que siguieron los aplausos que se merecía. A continuación, reproduzco la carta y dejo aquí el enlace a la canción. Gracias, Alberto, por estar y por ser.


Buenas noches maseros y maseras:
Si la señorita Mazas está leyendo estas líneas es porque no he podido acercarme hasta allí, no por falta de ganas, si no por sobra de kilómetros. Pero ni los kilómetros podrían hacer que no me uniera a vosotros en esta noche, que espero sea todo lo épica que cabría esperar de una celebración tan importante.
Antes que nada, quiero dar las gracias a todos los que hacéis que esto sea posible, a Andrea Mazas y a Andrés Sudón, organizadores incansables, grandísimas personas y referentes ambos para mí en el modo de hacer las cosas; a Salva por su paciencia infinita y por la valentía de apostar por noches como estas llenas de arte y sentimiento; y como no a todos los que participamos(áis), porque, de una forma u otra, todos nos hacemos crecer los unos a los otros, tanto en el escenario como fuera de él, haciendo que la ciudad sea un poco menos fría por unas horas.
Ya os dejo, no sin antes repartiros muchísimos abrazos y dejaros una cosilla que he grabado para la ocasión, una canción importante para mí: la primera que toqué en este bendito escenario, esta vez con menos nervios y mucho más cariño.
Por todo ello, a todos mil gracias. Os deseo a todos una vida llena de MAS y felicidad.
Alberto Hernández Mendoza 

Llegamos así al final de esta gran y memorable edición de MAS. El broche de oro lo puso nuestra "mariposa silvestre": Judith Amaya. Nos regaló una versión de Neil Young y un tema propio, "How can I?". Su brillante voz no pudo ser acallada por una guitarra cuyas cuerdas parecían estar en las últimas, como apuntó Toda.  


Así terminó nuestra fiesta esa noche del 29 de octubre de 2012... digo esa noche, porque la fiesta continúa cada lunes en El Savor. Estás invitado.  

Andrea Mazas

jueves, 8 de noviembre de 2012

Crónica MAS (49). 22/10/12



Las ediciones 50 y 51 de Micro Abierto Salamanca (MAS) se han celebrado cuando me pongo a escribir esta crónica. Vamos, que los resúmenes de las ediciones se están empezando a publicar casi con la misma puntualidad con que El Savor se va llenando cada lunes para empezar a esa hora tan imposible que representa las 22.30 horas... Quiero ponerme al día con mis deberes: me siento a escribir. Además, me comprometí públicamente a escribir las crónicas de las ediciones 49, 50 y 51 esta semana. En caso de no hacerlo, dije que los presentes podrían darme una patada en el culo. Mucho me temo que algunos se han tomado ese comentario en serio. Así que debo hacer aquí un “Donde dije digo, digo Diego” para poner las cosas en su sitio. Los que me conocen bien saben que digo muchas tonterías y, evidentemente, esa era una: ¿cómo voy a dejar que me déis una patada en el culo? Lo que sí espero es que tengáis asumido que es improbable que escriba las tres crónicas antes de la edición 52... Por cierto, esta introducción va sobrada.

Pensábamos que la edición 49 de MAS contaría con menos participantes que otras noches. No obstante, sólo fue eso: un pensamiento que no tuvo su correlato en la puesta en escena de la edición.

Con su poema (si bien en el último verso el texto parecía autodenominarse canción), Juan José Jaramillo nos hizo un sucinto repaso de ciertos deseos tan compartidos por muchos de los oyentes, por ejemplo, “que las chicas se mojen pensando en mí”. Esto también lo quiere Richard, sin ir más lejos. No obstante, suele decirnos que él es de los que creen en el amor (yo también), por eso normalmente canta lo que canta. Eso sí, a veces no canta “La quiero a morir”. En la 49 de MAS eligió “Lucía”, de Serrat. Dada la gran cantidad de personas de origen asiático en la sala esa noche, intentó explicar brevemente en inglés de qué va este tema... Tal vez porque las caras de los espectadores le decían que no se enteraban demasiado de lo que intentaba decir, concluyó que daba igual lo que dijera, porque “el amor trasciende los idiomas”, y empezó a trascender la barrera idiomática a ritmo serratiano en Richard ‘s style. El segundo tema, “Losing my Religion”, de REM, ni lo explicó porque, según dijo, no sabía de qué iba...

La noche continuó con poesía, en concreto con la de Miguel Pérez. Con su poema Puede, apeló al derecho al voto y a la necesidad de ejercerlo. Antes de leerlo, resumió el mensaje diciendo “Toda manifestación es una romería si no se traduce en un resultado en las urnas”. Su intervención no dejó indiferente a casi nadie y un poco más adelante una espontánea salió al escenario a dar la réplica; se trataba de Beatriz Sampedro, que no pudo evitar escribir lo que después no pudo evitar leer al escuchar lo que Miguel había escrito en casa y leído esa noche en El Savor. Beatriz, que también llamó a su texto Puede, no compartía la idea de Miguel. Que las intervenciones no dejen impávidos a los espectadores y tengan la necesidad de manifestar su reacción, ciertamente, hace de MAS aún más especial.

Beatriz salió al escenario una vez que Pablo Bordons lo abandonara, que lo hizo después de compartir con nosotros su relato Desde la cima (¿?) y dos poemas, Hijo y uno más en japonés, exclusivamente para los espectadores de esta nacionalidad, ya que no lo tradujo (sonaba bien, eso sí, y podría decir que Pablo habla bien japonés, pero quizá no sea así: mis conocimientos de este idioma son más que limitados). Con el relato nos transmitió la dolorosa y nauseabunda sensación que una relación provoca en la mujer protagonista; ni siquiera la náusea es motivo para terminar esa relación, con lo que, línea a línea, el autor nos hace deslizarnos por un interminable tobogán de patetismo. Para que la mueca que nos dejó en la cara esta historia desapareciera, bastó con que Miriam se animara, finalmente, a participar en esta edición. Como no llevaba nada preparado, dijo que se limitaría a improvisar... e improvisó una preciosa versión de “Lucha de gigantes”, de Antonio Vega. No hay edición en la que Miriam cante que no queramos escucharla más... ella, sin embargo, acostumbra a dejarnos con las ganas. Estamos de enhorabuena, no obstante: el próximo martes y 13 de noviembre ofrecerá un concierto en El Savor. Apúntenlo en su agenda.

Alfredo Rubbenstein nos sorprendió en esta edición con dos relatos breves, con los que demostró tener la misma habilidad narrativa en corto que en largo. Con el primero de los textos nos habló del odio hacia la diferencia, simbolizada en las sandalias rosas de la niña protagonista. Con el segundo, Iconografía, nos estremeció aún más: un hombre conversa con su hija; está dispuesto a todo por estar a su lado... pero ella, tan fría, tan muerta, le recuerda que es imposible: no es más que una iconografía que un programa informático ha creado para que él sobrelleve el dolor de su pérdida. Con este relato, Rubbenstein me recordó que tengo pendiente ver una película que me recomendaron hace tiempo, recomendación que hago extensible a través de esta crónica. Aquí os dejo el tráiler por si os interesa.

Si algo no faltó en esta edición fueron espontáneos. La noche continuó con otro de ellos. Para suerte nuestra, Pepe Peña llegó por casualidad a El Savor y le bastaron un par de actuaciones para decidir que había llegado para quedarse. Esa noche nos dejó boquiabiertos. A nosotros nos bastó escuchar las dos canciones de repertorio (no dijo títulos) que cantó (a mí me recordaron a Nick Drake y Bob Dylan) para pensar: “que se quede, que se quede”. Y se quedó. Repitió en MAS, tiene la intención de seguir haciéndolo y ya ha dado su primer concierto en El Savor después de su paso por nuestro escenario. Algunos de los que siguen MAS desde la temporada pasada ya me han dicho “Pepe Peña es un gran fichaje”. Coincido con ellos.

Pablo Milano es otro de los espontáneos de esta edición que han llegado para quedarse. Interpretó de memoria y con gran talento dos poemas de un tío suyo, para el que pidió los aplausos que, ciertamente, se merecía. El sobrino nos contagió la admiración por su tío.

La noche la terminó uno de esos participantes que ha traído este nuevo curso. Me refiero a Felix, el rubio australiano, que, en esta ocasión, se acompañó de María (¿japonesa? ¿filipina?), con la que el próximo 27 de noviembre dará un concierto en El Savor. Para convencernos de que no debemos perdernos su recital, nos dieron dos poderosas razones: la preciosa voz de ella y la maestría a la guitarra de él en las versiones de Norah Jones y Adele que compartieron con nosotros.

Así, con buena música y en buena hora, terminó la 49 de MAS: una noche preciosa que sirvió de entrante a la edición tan especial que tendríamos siete días después... que recordaremos en la siguiente crónica...

Andrea Mazas