La edición 50 de Micro Abierto
Salamanca (MAS) fue especial. Fue una noche entrañable. Es difícil
transmitir lo que sentimos celebrando cincuenta lunes a aquellos que no
estuvieron, algunos de los cuales fueron sobradamente recordados en alta voz o
en silencio. Al día siguiente, con la intención de hacer partícipes a todos de
la emoción que yo sentí en tan especial celebración, escribí lo siguiente en
nuestra página en Facebook:
Anoche celebramos el especial 50 ediciones de MAS. Fue algo precioso. Empezamos
nombrando a todos los artistas que han dado forma a estos 50 lunes: un total de
178 personas han pasado por nuestro escenario. Al escuchar sus nombres y en el
transcurso de la gran noche que vivimos, sentimos nuestras ganas de seguir
haciendo MAS, de seguir dándonos
mutuamente a través de la música y de la poesía. ¡Gracias a todos por hacer
posible esto! MAS nos quita por unas
horas el frío del invierno y nos hace sentir calor del bueno! ¡Vamos a por las
100! ¡Salud!
Lo escribí inmediatamente después de celebrar MAS (50). Ahora, casi dos semanas después,
sigo sintiendo parte del calor de aquella noche. Sin embargo, esta crónica no
pretende ser especial: nada en ella hará que destaca
respecto a las demás (salvo, quizá, por esta introducción). Porque especial fue
lo que ocurrió el lunes 29 de octubre
en El Savor, como lo es lo que se
siente cada semana en MAS. Lo
especial es seguir queriendo hacerlo,
lo que sólo es posible gracias a todos los artistas que participan y al público
asistente. Ellos son MAS. Ellos son los
que le dan el espíritu que tiene. Ellos son los que deciden qué vestido se pone
El Savor cada lunes.
Como
decía empezamos nombrando a todas las personas que han participado en las cincuenta
ediciones que celebrábamos. Guillermo
Toda grabó un vídeo; Salva, un CD; yo dispongo de ambos
documentos. Me hubiera gustado tener tiempo para editarlos y dejar algo bonito
como recuerdo de esa noche. Lo tengo pendiente. Como adelanto sólo para todos
aquellos que se asomen a esta crónica, dejo aquí, de momento, el vídeo (perdonen
la calidad del mismo y otras cosas de la persona que habla en él).
Pero pasemos
a dar cuenta de los artistas que quisieron celebrar con nosotros tan redondo número
compartiendo con nosotros parte de su poesía y de su música...
Sofía Montero fue la encargada de comenzar la fiesta. Lo hizo en formato haiku y nos confesó sentirse "presa del lenguaje", tan frágil como cristal.
Tras el breve paso por el escenario de la Montero, Dominique y Tito, guitarra y ukelele en mano, nos dejaron tres versiones. Los nervios (poco usuales) del francés obligaron a que alguna de las piezas se convirtiera en instrumental... No obstante, un público entusiasta y comprensivo acompañó al dúo con palmas y les transmitieron parte de su confianza en ellos.
Mariela Paz regresó a MAS con nuevos versos. Los trajo desde Suecia, país donde los escribiera este verano, según nos contó. En los dos primeros nos contagió cierta nostalgia y cierto romanticismo... los mismos que ella sintió en su viaje: a veces un paisaje nuevo no consigue aplacar el recuerdo de un amor que se añora. Terminó con el texto "Soldador hortelano", del poeta anarquista Helenio Campos Ocaña. (No estoy segura de que el título del poema sea el que indico, pero sí estoy convencida de que no puede ser lo que algunas personas entendimos cuando lo presentó: "soldador del ano"...)
La poesía continuó en la voz de Fran, amigo de leer únicamente sus propias líneas. Para esta edición, eligió una greguería (en la que nos transmitió su deseo de denunciar al creador del PDF), un poema recortado por opiniones de algunos amigos (del tipo "A partir de aquí es una mierda") y un tercero sobre la muerte, "Dama de la guadaña", último verso que el poeta tomó como título después de bajarse del escenario.
Ya habíamos escuchado parte del tema que interpretó Guillermo Toda. Dada la especial celebración que nos traíamos entre manos, Toda por fin nos deleitó tocando su pieza musical favorita completa: "Koyumbaba", de Carlo Domeniconi.
A continuación, presenté a uno de esos participantes que, todo apunta, se va a convertir en los "fijos" de esta temporada (afortunados nosotros). Se trata de Pablo Milano, quien una vez más nos recitó versos de su tío (¿escucharemos algún día los poemas en boca de su propio autor?, ¿será Pablo su propio tío?). Además, descubrimos que no sólo es un gran rapsoda, sino también un poeta en ciernes. El primer verso de su texto yo lo he utilizado ya varias veces estas semanas: "A mí qué coño me vas a agradecer, si lo mío es puro egoísmo".
Juan José Jaramillo consiguió volvernos un poco locos (vale, estoy exagerando...): mientras leía su poema (sobre pijos y los clubes que estos frecuentan), levantaba una mano si se refería a varones y la bajaba cuando hablaba de mujeres. De Juan José tengo una intuición para esta temporada: creo que, conforme vaya ganando confianza en el escenario, nos va a hacer disfrutar enormemente de sus textos. Le seguiremos la pista...
Dos integrantes de El Dúo Justiciero (para quien siga estas crónicas y/o para quien asista habitualmente a MAS esto que acabo de escribir no encerrará ningún galimatías), el canalla Matías Astroza y su compañero, Andrés Luna (espero escucharlo más veces para reconocer sus adjetivos con mayor claridad), pusieron, un lunes más, ritmo de cumbia a la noche y a la canción de Fito y Fitipaldis que versionaron. A pesar de sus intentos y de su fogoso entusiasmo, solo consiguieron que dos personas bailaran tímidamente... Quizá hubieran bailado más espectadores pero creyeran que no era día ni hora ni espectáculo: para esas personas, El Dúo Justiciero los espera cada jueves en El Savor para poner música a sus pies.
La noche continuó con poesía... en concreto, con la de Miguel Pérez, a quien pido disculpas porque, dado el tiempo que ha pasado desde que se celebrara MAS (50), no recuerdo bien su texto. Del mismo solo conservo un verso: "No eres la primera mujer que se olvida de mi primera vez".
¿Cómo podríamos celebrar las cincuenta ediciones de MAS sin escuchar "La quiero a morir"? Esto no iba a permitirlo Richard, que para la versión de esta ocasión se valió de la colaboración de Eduardo y Armelia. Hicieron los coros con algún grado de timidez, pero le restaron estilo acampada a la canción. Tras esta canción, Richard se quedó solo en el escenario e interpretó otro de sus clásicos: "Dance me to the end of love", de Leonard Cohen.
Darío Ordóñez se presentó en MAS con un relato propio basado en hechos reales en el que el amor rondaba en forma de recuerdo. Al escucharlo fue fácil distinguir su soltura con la palabra y la inteligente construcción de la narración. Ojalá tengamos ocasión de escucharlo nuevamente pronto.
Para Pepe Peña era la segunda vez que tocaba para nosotros. Escucharlo es un privilegio, la verdad: conmueve, su talento es indudable y su sensibilidad pone la nuestra de puntillas. "Pepe Peña mola", me dijo Guillermo Toda al oído. Yo asentí. Dijo que esperaba que esta fuera la segunda de muchas veces en MAS: nosotros también lo esperamos. Para celebrarlo, toco dos canciones: una escrita esa misma tarde y "Manuel", esta en español, con mucho ritmo, mucho "rollo" y mucho humor.
La cronista y presentadora (es decir, yo) (es decir, Andrea Mazas) celebró los cincuenta lunes en El Savor leyendo el texto con el que se estreno en MAS, en la Sala Alquimista, hace unos tres años. El texto, "Yo tengo una uve, a, ge, i, ene, a".
Jaime Rogue nos visitó después de un largo tiempo sin dejarse caer por nuestra casa. Solo los reencuentros que propició la noche ya fueron motivo de jolgorio y celebración. Después de cantarnos "Used to get high", de John Butler, Jaime se mostró mucho más suelto al improvisar una pieza instrumental. Al verlo y escucharlo, recordamos que Rogue es un maestro de la guitarra, cuya destreza nos quita las ganas de hablar (a juzgar por el rotundo silencio que se hizo en la sala para escucharlo) e incluso de beber: es un placer poner toda la atención en él cuando toca.
Solo faltaba un artista por salir al escenario... pero aún quedaba una bonita sorpresa. Un leal amigo de MAS y uno de los grandes descubrimientos de la pasada temporada, el cantautor Alberto Hernández Mendoza, no pudo venir a Salamanca para esta tan especial edición, pero quiso contribuir a la misma. Nos mandó una carta y una preciosa canción, "Noviembre", que el público escuchó atentamente y a la que siguieron los aplausos que se merecía. A continuación, reproduzco la carta y dejo aquí el enlace a la canción. Gracias, Alberto, por estar y por ser.
Buenas noches maseros y maseras:
Si la señorita Mazas está leyendo estas líneas es porque no he
podido acercarme hasta allí, no por falta de ganas, si no por sobra de kilómetros.
Pero ni los kilómetros podrían hacer que no me uniera a vosotros en esta noche,
que espero sea todo lo épica que cabría esperar de una celebración tan
importante.
Antes que nada, quiero dar las gracias a todos los que hacéis
que esto sea posible, a Andrea Mazas y a Andrés Sudón, organizadores
incansables, grandísimas personas y referentes ambos para mí en el modo de
hacer las cosas; a Salva por su paciencia infinita y por la valentía de apostar
por noches como estas llenas de arte y sentimiento; y como no a todos los que
participamos(áis), porque, de una forma u otra, todos nos hacemos crecer los
unos a los otros, tanto en el escenario como fuera de él, haciendo que la
ciudad sea un poco menos fría por unas horas.
Ya os dejo, no sin antes repartiros muchísimos
abrazos y dejaros una cosilla que he grabado para la ocasión, una canción
importante para mí: la primera que toqué en este bendito escenario, esta vez
con menos nervios y mucho más cariño.
Por todo ello, a todos mil gracias. Os deseo a todos una vida
llena de MAS y felicidad.
Alberto Hernández Mendoza
Llegamos así al final de esta gran y memorable edición de MAS. El broche de oro lo puso nuestra "mariposa silvestre": Judith Amaya. Nos regaló una versión de Neil Young y un tema propio, "How can I?". Su brillante voz no pudo ser acallada por una guitarra cuyas cuerdas parecían estar en las últimas, como apuntó Toda.
Así terminó nuestra fiesta esa noche del 29 de octubre de 2012... digo esa noche, porque la fiesta continúa cada lunes en El Savor. Estás invitado.
Andrea Mazas
felicidades por vuestro 50 cumpleaños, espero sean muchos más, yo estuve una (y digo una)vez allí, huyendo del frío y no fué en enero. gracias.
ResponderEliminar¡Gracias a ti, José! Ya sabes dónde encontrar más calorcito. Siempre MAS. Un abrazo :)
ResponderEliminarJajajajajaja ¡¡¡Eso no era un verso del poema!!! ¿Lo has hecho a posta? xDDD Eso te lo dije a ti porque presentaste como mi primera vez en MAS la que fue en realidad la segunda, que es la crónica de Andrés Sudón xDD Lo que pasa es que de mi debut no hay crónica, es de esas de julio que no hicisteis Jajajajajaja xDDD Ya no recuerdo qué poema leí ese día... Saludo se llamaba creo... el de la escalera jajajaja
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