martes, 31 de enero de 2012

Crónica MAS (20). 30/1/12

Hacía tiempo que no asistíamos a una edición de Micro Abierto Salamanca (MAS) con tantos artistas nuevos en el escenario de El Savor ni tan musical. Sí, eso es lo que caracterizó la 20 de MAS: novedad y música; once participantes y cinco primeras veces. El talento no faltó; las risas, tampoco; la emoción asistió puntual, y el sacerdote que Andrés Sudón camufla (o reivindica) con su barba ofició una noche que disfrutamos desde la primera actuación.

La intervención con la que anoche nos subimos a MAS fue peculiar, tanto como su ejecutor, Óscar Rioja, porque este “vino” vino a borrarnos de nuestra memoria el nombre artístico con el que lo conocimos, Óscar Bailongo: “Me siento como un vino reposando en una barrica de roble que está condenado a ser consumido gota a gota”, y a prometernos futuras “catas en la bodega de MAS”. A mí, con estas palabras, me surge la duda: ¿el apellido Rioja es real? Dejo, a continuación, las palabras que este joven rioja me ha hecho llegar por correo electrónico y que, de algún modo, completan el discurso con el que despidió a su personaje (a su “misiva masiva” he añadido dos enlaces con información sobre las expresiones “LOL” y “serendipia”):

"Habían pasado casi dos meses desde mi última aparición en el micro. Tenía ganas de volver, pero necesitaba un cambio en mi rutina. Elegí el MAS (20). Un número redondo que coincide con mi edad. Además, ¡qué mejor manera de desestresarse y celebrar el fin de los famosos exámenes que pasándose por el micro! Sin embargo, el MAS (20) fue algo diferente respecto a los anteriores. Puede ser que el micro abierto evolucione como sus participantes. El caso es que, esta vez, incluía una grata sorpresa: la vuelta de Sudón con su grupo de bohemios cantautores. Me hubiera gustado quedarme en la segunda mitad, pero el deber me llamaba al siguiente día.
No obstante, durante mi estancia en la primera parte, pude disfrutar de las participaciones de habituales, como Luis Somoza, el guerrero infrenable de la palabra, o Richard, que aseguraba limitarse a tocar la guitarra, y no hacer reír, LOL.
Por otra parte, eché de menos a otros clásicos de la temporada pasada: Rubbenstein, Víctor Casado, Jorge Silla, María de Miguel, Guillermo Toda, Ane González, Rodrigo Cuervo (asistió pero no participó), entre otros que mi memoria retiene.

Parece ser que una nueva era llegará al Micro Abierto Salamanca. Recuerdo mi primera intervención. Algo improvisada a la par que tronchante. La improvisación se convirtió en una tónica y vino como un descubrimiento por serendipia. Tal vez sean impresiones mías, pero cada edición de MAS se puede percibir un progreso artístico. La unión de talentos en el escenario, la familia micrera, hace única esta experiencia.
Me gustaría participar tan activamente, como anteriormente, pero otros quehaceres me lo van a impedir. Sin embargo, volveré dentro de poco con sorpresas de distintos gustos. Como ya anuncié, me encuentro en una nueva etapa de creatividad. Concentraré lo aprendido en el escenario de MAS para dar lo mejor de mí en otros lares artísticos. El producto del nuevo proyecto en el que estoy envuelto lo revelaré pronto.
Me despido con una frase que define esta transición vodevil: “En el teatro hay un guión que seguir, pero en la vida real la obra se escribe con cada acción”. Así pues, no hay nada determinado en nuestras vidas. El capítulo que escribí en MAS en mi primera etapa fue increíble. Ahora estoy dispuesto a superarlo con creces y llevaros al coma etílico! XD"

El “guerrero infrenable de la palabra”, tal como lo define Óscar Rioja, volvió un lunes más para, después de “hacer mermelada con sus neuronas” en la composición de La torsión metálica, hacer lo propio con las nuestras. Luis Somoza hace frente con su veloz ataque verbal al miedo que paraliza al ser humano con la intención de despertarlo de su letargo para que, en su alianza con el poeta guerrero, aplaque la inacción, mejor hoy que mañana. Somoza nos reabre semana a semana las grietas que nos definen y, cuando termina su lectura, con un escueto “gracias” por la atención prestada, queda un aire frío en el escenario y una sensación de desolación.

Este lunes ese frío y esa desolación duraron poco. Al empezar la noche, Andrés había anunciado que estaba “un poco deprimidillo”; esperaba que los artistas colaboraran con su actuación a que su ánimo se recuperase. Así, cuando Carola Maldonado llegó de Valencia con su buen humor y sus mejores armas cómicas, noté en la cara de Andrés un cierto alivio. Con su monólogo, la mujer que tiempo atrás decidió cambiar bufete por escenario se abrió camino en el de El Savor y estableció conexión directa con el plexo solar de los espectadores, que vieron cómo se colapsaba su nervio simpático with LOL, además de demostrar que es una mujer dicharachera sólo en su primera acepción. Según nos contó, esta noche, 31 de enero, estará en Las Cavas del Champán (C/ Palominos).

Cuando alguien que lleva mucho tiempo acudiendo a MAS un lunes sí y otro también como espectador y un día se quita este traje para subirse al escenario, sentimos una gran satisfacción. Carlos Peña dejó que el músico que escondía dejara de ser innombrable con la versión con la que nos emocionó primero, “Óleo de mujer con sombrero”, de Silvio Rodríguez. Después de advertir lo que nos habíamos estado perdiendo, seguimos disfrutando de su tranquilo y “sabroso” hacer con “La llorona”, tema con innumerables versiones, aunque quizá la más recordada sea la de la desgarradora Chavela Vargas.


Óscar ya lo ha escrito más arriba: Richard no tenía más intención que tocar un par de temas; nada de risas. Imposible: el humor siempre lo acompaña. Ejemplo: todos conocemos las dificultades técnicas con las que este poeta empeñado en ser cantante se encuentra con cada complicado tema que decide versionar, pero, aun así, él es concienzudo; eso sí, después de tocar los primeros acordes de la canción de Leonard Cohen que había elegido para la ocasión y notar lo bien que le había salido, decidió que lo mejor era no continuar, para que la gente tuviera un “buen recuerdo”. Después de esto, apostó por algo seguro: su habitual “La quiero a morir”. Probablemente si cada cierto tiempo no escucháramos esta versión, MAS no sería lo mismo.

El maestro de ceremonias fue el encargado de cerrar la primera parte de esta edición. Era algo obligado que Andrés Sudón también fuera artista participante, y de no haberlo sido no se lo hubiéramos perdonado. Debía hacerlo porque ciertas personas empezaban a echarlo de menos y porque esta noche, martes 31 de enero, también cerrará el mes con el concierto que ofrecerá a partir de las 22.30 horas en el Café Santa Ana (C/ Tentenecio) y del que nos ofreció un adelanto de lo que podremos escuchar: “Amores indoloros” y, el ya clásico en su trayectoria, “Agua de limón”, tema en el que quiso que lo acompañara la cantautora gaditana Paula de Alba, dúo que ya se había medido en el escenario de Libertad 8 una semana antes.


Volvimos del descanso con ganas de seguir descubriendo a nuevos participantes, y el deseo se cumplió de inmediato: Malavé arrasó con su energía y su fuerza interpretativa desde la primera nota de su canción “Simulacro”, de la que tuvimos la suerte de ser su primer auditorio. Aunque quiso valerse de una “chuleta” por si olvidaba la letra, descubrimos que la misma sólo era un paracaídas de seguridad, porque parecía que el tema, a pesar de ser el último en llegar a su repertorio, estaba tan bien rodado como “Uno de nosotros” e “Imantado”, canciones con las que se prolongó el gusto de tenerlo en esta edición de MAS.


Quien no estará los próximos lunes en El Savor será Dimelza, gran amiga de este local y de la que muchos de sus colegas de ritmo y noche quisieron aprovechar la ocasión para rendirle homenaje en su despedida. El primero en hacerlo fue Còte Campusano, que nos hizo notar que estábamos enlazando bienvenidas con despedidas sin ser conscientes de ello. A ese difuso vínculo puso banda sonora con su kalimba: el sonido del instrumento se mezcló con su percusión vocal, a modo de beat box, en la que fue, sin duda, una de las actuaciones más sorprendentes y emotivas de la noche. 

Paula de Alba no quería “hablar de despedidas”, así que volvió al escenario con su preciosa voz, esta vez sola, para cantar “La ciudad es nuestra”. Fue fácil engancharse a su alegría y a lo sublime de lo inmediato que reclamaba en su canción. De la segunda sólo apunté de su letra “Ni yo soy tan buena, ni tú eres tan malo”. No he localizado el título, pero la búsqueda me ha permitido disfrutar de otras canciones de Paula; en ellas, no pone cortapisas a su carácter, y su juventud sólo es la espuma del jabón de su madurez. Y si con tan soltura se comunica en sus composiciones, ¿qué mejor vehículo para una declaración que una canción? El problema es que a veces el “regalo” llega tarde a su destinatario; esto es lo que pasó con el último tema, sin título aún, pero ella confesó estar agradecida de todos modos, porque, aunque tarde, ha llegado para quedarse en su repertorio.


“Cuando aparece Rodrigo, mi guitarra se pone cachonda”. Estas fueron las palabras que pudo decir Andrés cuando Rodrigo terminó su intervención. Nuevamente, se subió al escenario para “ver que salía” y, con la ayuda del tercer anillo que lleva consigo desde hace unas semanas (según nos explicó en su particular historia del “señor de los anillos”), pronto olvidamos que era con una improvisación, y no con una obra pensada, repasada, repensada y ensayada cien veces, con lo que nos conmovió. Rodrigo nunca lleva su guitarra, pero hace suya la de cualquier otro participante, sea española o eléctrica: el instrumento es él. 


Diego también tomó prestada una guitarra, pero no la de Andrés (que seguía excitada y no era adecuado tocarla hasta que pasara un buen rato). Así que fue a la de Carlos Peña a la que se le acabó el descanso. La misma de la que salieran los acordes de Silvio ahora nos traía, primero, a Sid Barrett y, después, a Leonard Cohen; Diego no siguió el ejemplo de Richard y, aunque le salió bien el comienzo del tema, continuó hasta el final para que el recuerdo fuera más completo.

Una noche tan bonita como la que tuvimos en MAS (20) necesitaba un final no menos bonito. Éste lo procuró Manu Clavijo, un hombre que no sabe cuánto de él es asturiano y cuánto argentino, pero que demostró ser cien por cien artista. Con “Pura contradicción” y “Chacarera de mis cuatro vientos”, Manu nos abrió la puerta a su música… y abierta se ha quedado para que puedan seguir pasando: desde http://www.myspace.com/manuclavijo, su chacarera ensordece el tic tic de mi teclado mientras escribo este final de crónica.


(Las últimas palabras que se escucharon en MAS no fueron las del presentador, sino las de Rodrigo, quien, como comienzo de la fiesta de despedida de Dimelza, aprovechó para recitar de memoria el poema “Leer sólo libros infantiles”, de Ossip Mandelstam.)

A continuación, transcribo las "vibraciones" que este MAS provocó a Cristina Acebedo, palabras que  envía días después de publicar esta crónica, pero a la que añaden un resumen muy especial, que, ojalá, sea similar al discurso interior de cada uno de los espectadores que el lunes 30 de enero se dieron cita en esta ceremonia:

"MAS (20) fue uno de los que llegan hondo… Calan, no quieres que terminen y quieres que se repitan, tal y como sucedieron, cada lunes… Acabé amando hasta lo que no suele llenarme… fue, sin más ni menos, MÁGICO.
Luis Somoza volvió a rasgarnos por dentro… a remover las entrañas de lo que deberíamos habernos planteado y no lo hicimos…
Nos carcajeamos con Carola Maldonado —y yo, por la similitud que laboralmente tenía con ella… me cuestioné si tal vez, no será ese mi destino… (aunque con bastante menos “salero” que ella…)— y con Richard.
Todas quisimos ser esa “Mujer sin sombrero” del óleo, la chica a la que quieren a morir… Deseamos ser “La Llorona” de Carlos Peña... Magnífica voz.
Se me pusieron los pelos de punta con el siempre excelente Andrés Sudón… y no puedo casi ni expresar la explosión interior con la fusión de su voz con la de la jovencísima y brillantísima Paula de Alba, que volvió a enamorarnos en la segunda parte de MAS.
Malavé llenó de fuerza El Savor y… creo que a todos y cada uno de los que allí estábamos… “Quería saber de qué iba la vida, pero no había contado contigo…”; su canción me dijo lo que yo estaba pensando.
Todos confundimos 20 con 22, ascensor con autobús… viajamos a África con Còte, despedimos a quien ya partía, tuvimos “ganas de salir a pasear pero que sea de tu mano” (Paula de Alba)… recordamos viejas historias (o no tan viejas) de lo que significan nuestros anillos, bebimos “cervezas comunitarias”, sonreímos con “Nothing is mine”, nos emborrachamos de arte y de amigos, nos sentimos más libres aunque sólo fuese de 11 a 2… nos quedamos a mover las caderas con música latina, nos dimos cuenta de que en el fondo “somos pura contradicción” (Manu Clavijo)…
Andrea Mazas esta vez pasó casi desapercibida, pero su arte y sus fotos pusieron de nuevo la sal en este MAS tan especial… esta chica vale para todo…
Y… no éramos todos los que estábamos, ni estábamos todos lo que éramos… se echó en falta algún rostro conocido y sonreímos y abrazamos a los que se dejaron caer por primera vez.
Fui FELIZ y fue una de esas noches que no pasan sin pena ni gloria, ¡que te alegras de estar VIVA!, que te embriagas de amistad y de sonrisas, de abrazos y caricias y en las que dices firmemente “Hoy no quiero oír hablar de despedidas, ni de llantos ni de cosas parecidas…” (Paula de Alba)"

Gracias a todos los que hicieron que el día 30 de enero terminara en una magnífica noche. MAS (21) ya nos está esperando en febrero, tan cerca, tan ya. ¡Hasta el próximo lunes!

viernes, 27 de enero de 2012

Crónica MAS (19). 23/1/12

La edición número 19 de Micro Abierto Salamanca (MAS) fue nutrida en participantes. La noche se prolongó, quizá, más de lo que aconsejaban las tareas que a todos nos esperaban en la mañana del martes, pero la ocasión lo mereció. 

En la edición anterior había lanzado la propuesta de que el público también colaborara con sus impresiones personales sobre las actuaciones para enriquecer las crónicas de los futuros MAS: intento ser neutra a la hora de resumir qué hacen quienes se pasean por el escenario de El Savor, pero, al fin y al cabo, siempre se cuela mi propia percepción del asunto… así que puestos a opinar, siempre es mejor que sean más los que lo hacen…

En esta edición, vi tomar apuntes a una disciplinada Virginia Montaño, quien al día siguiente me hizo llegar algunas de sus notas (entiendo que otras se las ha reservado, ya que parece ser que lo que vio en MAS la inspiró y, entre nota y nota, se fue colando el borrador de una nueva canción). Así pues, en esta crónica las palabras de Virginia se entremezclarán con las mías en algunos párrafos. Además, contamos con imágenes de los participantes de la primera parte del espectáculo; esto es posible gracias a José Luis Melián, quien vino provisto de su cámara para que esta crónica pueda presumir también de fotografías.
"No concebiríamos el teatro si estuviera vacío..." Esto es lo primero que anotó Virginia cuando Richard inició su actuación con la lectura de un texto propio, profuso en metáforas y que se valía de un falso tecnicismo para, en el fondo, hablarnos del simple mecanismo que subyace a las cosas que hacen que la vida sea bella. Un segundo poema, dedicado a una de esas tantas personas inmersas en una brutal rutina que buscan, aunque sea en un mínimo gesto, la esperanza necesaria para mantenerse a flote, fue la antesala a la versión de “Dance me to the end of love”, de Leonard Cohen. Mientras Richard cantaba, Virginia escribió: “Dánzame alrededor de tus días, donde duermes mi silencio, donde los delfines se hunden hasta alcanzar el fondo del cielo...".
 
Fernando Maés se dirigió a las mujeres de la sala para darles un consejo: “No hagáis caso de todo lo que os dicen los tíos”. Decía esto para presentar la canción de Tontxu “Todos dicen te quiero”, a la que siguió “Si me quedo contigo”, inspirada en el poema “Borrachos go home”, de Rául Vacas, con la que quiso anunciar el recital que ambos, mano a mano, ofrecieron el miércoles 26 de enero, “un partido a corazón abierto entre el amor y las dudas”. Para los que se quedaran con ganas de disfrutarlo, como fue mi caso, al final de esta crónica os espera un vídeo para que su pena por perdérselo no sea tanta (pena porque sólo hay que conocer un poco de la poesía de uno y otro poco de la música de otro para saber que “se les va la vida en ello”, en ofrecer en emoción en estado puro).
“Para las mujeres que creen que las palabras domésticas no son suficientes”. Si tomé buena nota, ésta es la dedicatoria del último poema que había escrito Luis Somoza. De la aparente frialdad de una convivencia sin grandes sobresaltos, en la que día a día va creciendo una “maldita belleza” capaz de devorar a sus creadores, dio paso a la erótica recreación de un encuentro con cierta mujer que el narrador ya no es capaz de mirar “sin pensar en su coño negro” y en el que el deseo crea la sensación de que se le multiplican las extremidades con las que la posee. Las razones para llamarlo “guapo” sobraban y Somoza supo agradecer el halago de algunos espectadores.  

José Luis Melián, autor de las fotografías de esta crónica, vino a MAS a estrenar su última canción, en la que, inspirándose en lo que nos muestran los telediarios, se pregunta cuál es la verdadera realidad. Le hubiese gustado dedicar su tema a Cándido Pérez, pero, ante la ausencia de éste, la dedicatoria nos la ganamos todos los presentes. Las notas de Melián inspiraron a Virginia una estrofa para una futura canción llamada (por fin) “Origami”, título de su reciente maqueta: "Volátil me desplazo hacia tus ojos color miel, / versátil hacia tu cuerpo de papel. / Origami haré de ti, desdoblando realidades. Origami haré de ti, desbordando intensidades". Y añade que espera “acabarla pronto para estrenarla en MAS...) ¡Gracias Melián por inspirarme con tus notas!”.

El martes, El Savor se llenó de poesía con el propósito de protegernos del frío. Toño Blázquez, uno de los poetas que ofrecieron el “cálido” recital, se subió al escenario para invitar a los presentes a ponerse el abrigo de los versos de sus compañeros y de los suyos propios. Para que la invitación nos fuera calentando las ganas, salvó un poema de amor de su memoria, del cual la mía recuerda este verso: “que el cariño es más potro que cordero”.


No sé si el primo de Dominique, Gaston, al que van dirigidas sus cartas, existe o no, pero si es real, sabemos de una persona que probablemente no se planteará Salamanca como posible lugar de residencia. Con su texto, en el que escudriña temas como el acento o el diferente significado de ciertas expresiones para un francés y para un español, Dominique volvió a hacernos pasar un rato inolvidable, en el que nos dimos a discreción a la carcajada. 

El cincuenta por ciento de Cool Pack volvió a MAS para anunciar su próximo concierto en El Savor (será esta noche, viernes 27 de enero), y, de paso, estremecernos una vez, con sus versiones; en esta ocasión, fueron “Across The Universe”, de The Beatles, y “Over the rainbow”, la banda sonora de la mítica El mago de Oz que popularizase Judy Garland con sus trenzas y que últimamente no deja de sonar en las emisoras versionada por Kamakawiwoʻole's con su ukelele. (Por cierto, hace tiempo que Fran no se deja ver por MAS con su instrumento. Si a alguien le gustaría acompañar sus textos o sus canciones con un ukelele, Fran está dispuesto.)

En las imágenes laterales, de arriba abajo, Fernando Maés, Luis Somoza y Dominique. 






















En esta, Cool Pack.

















Después del recreo nos esperaba una segunda parte intensa y con un buen número de participantes. Empezó esta mitad Virginia Montaño, quien presentó su nueva canción: “Noviembre”, compuesta e interpretada al piano. Algo me dice que en esta nueva composición mucho tiene que ver el hecho de que en la pasada edición conociera y congeniara con el cantautor Manu Míguez. Larga fue la conversación que mantuvieron, pero breve va a ser la espera para volver a verlos juntos y, esta vez, también revueltos en el escenario de El Savor, donde van a echar un pulso a sus mejores canciones el miércoles 8 de febrero. A “Noviembre” siguió un tema de aires más optimistas, como promete su título, “Felicidad”. Antes de que volviera a tomar notas en su cuaderno, Virginia se despidió con la versión de “Castigado en el cielo”, de Luis Ramiro.
Mamen Somar cree que los hombres no tienen corazón. Yo le di mi palabra de que sí tienen, pero no debió de quedar muy convencida y, por ello, ha retado a las personas de sexo masculino que acuden a MAS a que demuestren en la próxima edición que está equivocada. Mucho me temo que esta idea suya del no-corazón de los hombres tiene que ver con un desengaño amoroso, porque su comentario fue la introducción al poema “Entremuros”, un canto triste a la soledad del yo que queda cuando no queda nosotros. Sin embargo, “Un buen día lo tiene cualquiera”. Así titula el primer texto que nos obsequió, el relato de una mujer que descubre que el hombre del que está enamorada, el que cree que la franqueza es la base de una relación, es el mismo que se traviste por las noches en una discoteca de moda. Mamen pasa de un registro a otro como si se balancease entre las emociones en su columpio con el cinturón de seguridad puesto. Y, además, nunca le falta una sonrisa.

Unos charros muy andaluces; eso es lo que nos parecieron a mí y a otras personas Xufi y Guti, que se estrenaron en esta edición de MAS. Para sentirse como en casa, sus amigos los acompañaron desde el público con gran devoción y estrépito durante su actuación, y con gran revuelo durante las de otros participantes, quienes lidiaron, unos ratos más que otros, con su murmullo. Nos dejaron “Lo seré”, “Juego de dos” y “Sigo esperándote”, tres temas propios que hacen del amor y del desamor adolescente su cancha de juego.

Y sí, volvió. Rodrigo Bocanegra extrajo de su móvil “Anuncio”, relato del mexicano Juan José Arreola; quien quiera leerlo más detenidamente, puede acceder a él en este enlace. Después de este largo spot, se despidió con un poema de cosecha propia en el que denuncia las ideas preconcebidas que se tienen de los mexicanos, y lo hace a través de un diálogo consigo mismo, en el que va mezclando su propia voz con otra impostada que se defiende de la otra con clichés. Si sigue así, Bocanegra se acabará convirtiendo en uno de los referentes de este micro abierto, como ya lo son Luis Somoza o Alfredo Rubbenstein, entre otros, todos ellos con un estilo que los hace únicos.

Hablando de estilo: quizá el de Jorge Silla nos tuviera despistados hasta ahora. Su forma de “meterse en jardines” con sus monólogos, en los que adivinamos más a un profesor de Secundaria que a un cómico de vieja escuela, escondía su verdadera entidad artística, pero en esta edición, por fin, la descubrimos. Jorge es, ante todo, pianista y compositor, o esto es lo que yo pensé con sólo ver cómo se disponía ante el teclado para interpretar su pieza Vals ibérico, impresión que me confirmaron las palabras que Virginia, también pianista, susurró a mi lado: “una técnica perfecta”. Según nos confesó, asistimos al que fue su estreno como intérprete fuera de su “islita” (Ibiza). Aunque no lo acompañamos con “palmas a la alemana”, tal como sugirió, al público no le influyó la hora que ya marcaba el reloj para agradecer a Silla su intervención con un rotundo aplauso.

Inteligencia emocional es el relato que Alfredo Rubbenstein eligió para esta edición de MAS. En él transcribe los últimos pensamientos de un androide del siglo XXII que, en el ocaso de su vida y perseguido por los humanos, asume la imposibilidad técnica de desarrollar una personalidad compleja y decide anticiparse al final que maquina su destino. Su héroe observa el suicidio como una aniquilación del miedo porque sólo sin temor se puede ser libre. Rubbenstein no deja de darnos muestras de la astucia con que se mueve en la tragedia y algunas de ellas podemos encontrarlas en su blog "Yo no lloré ni con Bambi".

El italiano Andrea regresó a MAS, esta vez sin su armónica, y, acompañado por Richard, nos contagió con su entusiasmo, simpatía y vitalidad interpretando la versión de “Tu vuo' fa' l'americano”, de Renato Carosone, con la que ya nos ganó en noviembre, en la edición número 11 de MAS. Andrea vino como espectador, pero en MAS es fácil animarse a subir al escenario si se tiene un as en la manga con la que colaborar al espectáculo. 

El naipe de la improvisación también lo lleva siempre consigo Rodrigo. A nuestro heavy clásico le costó soltarse de su chica para coger la guitarra, pero al final lo hizo y a ella, “preciosa por fuera, preciosa por dentro”, dedicó su pieza. Resultó emotivo y pasional, algo que no puede dejar indiferente a alguien de la sensibilidad de Virginia Montaño, que escribió en su cuaderno: “Mientras Rodrigo tocó la guitarra e intentaba no llorar de la emoción que transmitía, la mano se volvió loca [...] impresionante lo que hace que puedas regalar música a la persona que tienes delante y que por añadidura amas. Impresionante dejar pasar por tus dedos la magia de la música cuando no son las notas sino la admiración, el sentido y la pasión hacia esa persona lo que sale de ti... como si la guitarra que portas fueran sus ojos, sus labios, su luz. Impresionante, imprescindible y, sobre todo, indestructible. Regalas paz a los oídos del amor mientras son sus ojos con los que miras y sus manos con las que sientes... y las velocidades se atenúan si son sus sonrisas las que hablan... sus sonrisas las que cantan.". En el correo electrónico en el que me hizo llegar estas palabras, añadió: “Gracias a Rodrigo y al amor que siente por Andrea (¿se llama Andrea su chica, verdad?) por dejarnos disfrutar de esa conexión mágica y de esas notas que como regalo él posó sobre ella. Que conserven lo que tienen, ¡que lo conserven y guarden para que el resto nos inspiremos!”.
Tampoco Federico Gil llegó a El Savor pensando que esa noche, además de tomarse una cerveza con sus amigos, les dedicaría la versión de “Sirena”, del dúo Sin bandera. Ésta es la forma con la que quiso agradecerles que en su estancia en Salamanca, “a pesar de no haber encontrado la rana”, sí haya tenido la suerte de sentir la “hermandad” de las personas con las que ha confraternizado, lo que le ha revelado, para su regocijo, que “Latinoamérica está unida”.
Hasta aquí la crónica de la (un lunes más) espectacular noche de la que disfrutamos los que no quisimos quedarnos en casa y aparcamos los deberes hasta el día siguiente para, después de tanta magia y tanto arte, reanudarlos con una energía nueva. 

Virginia Montaño y José Luis Melián, gracias por vuestras aportaciones a esta crónica, que, sin duda, la completan porque traen a ella una pequeña dosis de la emoción de la que nos contagiamos en la que fue la edición número 19 de MAS.

Me despido de vosotros, lectores, con una invitación a seguir conociéndonos el próximo lunes 30 de enero en El Savor; aquí os dejo el enlace al evento... y aquí el vídeo prometido más arriba. ¡Que lo disfruten!

jueves, 19 de enero de 2012

Crónica MAS (18). 16/1/12

En una ciudad como Salamanca, con no una sino dos universidades, que sea época de exámenes se nota en el aire… y también en Micro Abierto Salamanca (MAS), pero sólo afecta a la variable cantidad; la calidad, la magia, el humor, el calor que desprenden las personas… no se alteran por estos asuntos, y esto pudieron notarlo los presentes en la edición número 18 de nuestro encuentro de cada lunes.

Quizá porque éramos menos de los habituales los que el lunes fuimos a El Savor a guarecernos del frío con otro tipo de abrigo, Luis Somoza saludó con un “Buenas noches, pequeño micro abierto”, pero quizá también por el mismo motivo leyó con más calma, deleitándose en cada una de las palabras que daban forma a los tres poemas que eligió para esta edición. El último de ellos me llevó a anotar la posibilidad de quedarse sumido en la belleza cuando todo cuanto nos rodea se presenta como una amenaza: admirar lo bello sin miedo, porque la amenaza sin límites nos inmuniza contra él.

Ya hemos hablado en alguna ocasión de Micro Abierto Libertad 8 (MAL8), que nuestro amigo Andrés Sudón capitanea en Madrid. En una de sus ediciones, lo sustituí como presentadora y esto me dio la oportunidad de conocer de cerca a algunos de los cantautores que se dan cita allí cada martes. Uno de ellos es Manu Míguez, que quiso acercarse a Salamanca para dejarnos un poco de su delicadeza musical. Disfrutamos ampliamente de tres de sus canciones: las dos primeras conocieron el piano de El Savor, “Canto varado” y “Los restos del incendio”; con “Nombre del aire” se despidió cantándola entre el público con su guitarra y sin micrófono. Con ella creó una atmósfera de intimidad que nos propusimos mantener y respirar durante el resto de la velada. Podéis disfrutar de la música de Manu Míguez en su página web: www.miguezweb.com.

Dice Manu Míguez en uno de sus temas que “no es lo mismo escribirlo que sentirlo”. Mamen Somar, sin duda, lo sabe, pero en sus textos y en su modo de recitar se observa el reto de transmitir con la misma intensidad con que siente lo que escribe. Presentó el cuento “Soplos de locura” hablando de sí misma: según comentó, ella ya es mayor y, por ello, sus cuentos son “como los de antes: siempre con moraleja”. Con este relato, nos habló de la búsqueda constante, e insatisfecha, de libertad. Después invitó a Virginia Montaño a que la acompañara con su guitarra en la lectura de algunos poemas, como “Aprender” y otros más extraídos del libro que un acertado editor supo entrever en los post de su blog hace unos años.

Rodrigo Cuervo debe de ser uno de los pocos estudiantes que en época de exámenes se siente más ocioso que de costumbre… Quiso celebrar esta sorprendente circunstancia con nosotros y para hacerlo tomó prestada la guitarra de Virginia para ver qué salía de ella si tocaba con púa, algo que no suele hacer. Su intervención fue un careo con la guitarra, un reconocimiento del medio, y terminó en el momento justo en que le cogió el puso al instrumento. Por supuesto, como es habitual en él, antes de la música, leyó uno de sus textos inéditos. 

Hacía días que la siguiente participante no leía algo propio, así que tomó los comentarios habituales que le dirige Luis Somoza como una invitación para dejar por unos minutos su papel de presentadora y subirse el escenario con el mismo traje que el resto de personas sobre las que habla en sus crónicas. Andrea Mazas volvió al escenario, después de presentarse, vestida para leer “No supimos vernos” y el comienzo de su relato inacabado ¿Y ahora qué? [Debía haber llegado antes de que se publicara esta crónica, pero la tecnología no es infalible, y por vete tú a saber por qué motivo no llegó el comentario que Luis Somoza escribió a propósito del fragmento del relato de una servidora. Así que, a las 21.00 horas del viernes 27 de enero, minutos después de recibir el correo electrónico de Luis, paso a actualizar esta crónica con el contenido del mismo: "El relato de Andrea, que ya Andrea me había leído en una tertulia o en todo caso una historia en la que está basada ese relato, provoca que me haga una pregunta que nos hacemos todos y yo en particular con mucha frecuencia. ¿Por qué nos atrae tanto el sentido dramático de la vida? ¿Por qué las historias autodestructivas y tristes nos llaman tanto la atención? Quizá entendemos que la libertad es eso. Quizá de eso se trate. La dicotomía entre comodidad y libertad. Que a veces el confort mata y te mueres como un tonto. Tampoco hay ningún romanticismo en la autodestrucción libertaria, por mucha mitificación que le quieran dar. Mejor golpear que recibir. En todo caso, a lo que voy, que me enrollo y lo sé. El relato de Andrea me ha parecido muy inspirador y, entre otras cosas, a mí me ha servido para poder terminar un poema que se me estaba resistiendo y escribir este comentario. Así que muchas gracias por tu talento, espero que siga la racha. Vamos, que te prodigues un poco más. Y, por supuesto, mi agradecimiento total a todos los compañeros del "grifoabierto" y, en especial, a todos en conjunto y, en particular, individualmente hablando, a cada uno de vosotros, tomados uno por uno, y a todos los que no pueden evitar emocionarse mientras leen sus creaciones, porque le dan un valor añadido a lo que están haciendo."]   

Richard quiso comenzar su intervención invitando a Somoza a que pusiera voz a su poema mientras él y Dominique lo musicaban con sus guitarras españolas. A continuación, se quedó solo en el escenario para defender la canción que escribió como respuesta al correo electrónico que una chica le mandó para despedirse de él. Si algo demuestra semana a semana Richard es que conoce bien lo bueno de encarar la adversidad con una sonrisa, que el humor es cosa seria y que el chiste empieza por uno mismo, pero hay que tener arte para contarlo.

En la anterior crónica preveía que la actuación de Rodrigo Bocanegra en la edición número 17 de MAS no sería la última… Lo que no podía imaginar es que tardaría tan poco en dejarse ver de nuevo. Fue como espectador, pero las ganas de leer le pudieron… Menos mal que Pablo Madruga le dejó su iPhone para poder rescatar los poemas erotopolíticos con los que volvió a sorprendernos.

Estábamos ya en la recta final de la noche (habréis notado, entonces, que, en esta ocasión, MAS fue un continuo, sin pausa). En este punto, Manu Míguez llevaba ya un buen rato deseando escuchar a aquella con quien se había retado a tocar al piano: Virginia Montaño. Cumplió su parte del trato tocando “Duele el reloj”, incluida en su maqueta Origami, que presentará el próximo martes 24 de enero en el Santa Ana (Calle Tentenecio). Son días de mucho frío y esto no deja indiferentes a las canciones: en “Sal y pimienta” un lapsus linguae de su autora cambió “ropa” por “manta” y la música entró en calor. Muy acertadamente, Virginia se despidió con “Adiós”, de Zahara, tema que, sin ser suyo, es sputnik de sus canciones, algo que podéis comprobar en este vídeo: 


Por cierto, Manu Míguez y Virginia Montaño se conocieron en esta edición e hicieron tan buenas migas que ya tienen un concierto programado en El Savor: será el miércoles 8 de febrero, a las 22.00 horas.

Guillermo Toda se hace querer por muchas razones (sólo algunas las conoce el escenario). Además de dejarnos disfrutar de su ensimismamiento cada vez que interviene en MAS, Toda hace las veces de apuntador, ameniza ciertas actuaciones con comentarios muy acertados (unas veces jocosos, otras reveladores), y, en ocasiones, inspira fragmentos que no hablan de él en algunas crónicas. En la pasada edición, nos sorprendió con una pieza de cosecha propia (aún sin título) y con la interpretación de Estudio n.º 4, de Weed.

Llegamos al final de una noche sorprendente y cálida con Alfredo Rubbenstein, que consiguió volver a estremecernos con un relato sin mordaza que reproduce un interrogatorio; sólo habla el verdugo, pero con su monólogo somos capaces de imaginarnos a la víctima. Víctima y verdugo comparten fotograma, se funden en un mismo horror. La crudeza de su texto provoca un rechazo al que queremos, en vano, hacerle frente, el mismo que uno siente cuando creemos que en una película bélica hay demasiada sangre… pero, como apunta Murakami en Sputnik, mi amor, “cuando te disparan, sangras”.

Además de lo que vemos sobre el escenario, hay noches en que el arte se escurre entre las mesas; en esta edición, Delia repartió sus sentidos entre los participantes y su cuaderno de dibujo, y de él sale este retrato: 


Si durante un MAS escribes un poema, haces un dibujo, tomas fotografías de lo que sucede en El Savor... y quieres compartirlo, puedes mandarlo a microabiertosalamanca@gmail.com para que aparezca en la crónica. Os invitamos también a que nos hagáis llegar vuestras impresiones sobre las actuaciones, ya sea como comentario a esta crónica o por correo electrónico para que las publiquemos.

Me despido con un "gracias" XXL dirigido a todos los que creáis este calor de invierno. Os esperamos el próximo lunes 23 de enero en la que será la edición número 19 de MAS.

jueves, 12 de enero de 2012

Crónica MAS (17). 9/1/12

La Navidad, por fin, había terminado y había ganas de volver a la festiva normalidad de todos los lunes de El Savor, porque, entre otras cosas, Micro Abierto Salamanca (MAS) sirve para entrar con calor en el frío de la rutina. A las veintidós horas, la edición número 17 de MAS aún tenía forma de interrogación, pero poco a poco los participantes se fueron “alistando” y el papel se fue convirtiendo en el prometedor guión de una noche de, sobre todo, buena música, buenos versos y buen humor.

Levantamos el telón para descubrir a los primeros artistas de la jornada. Eli y Javi no tenían intención de participar: habían ido a pedir fecha para dar un concierto en El Savor, feliz coincidencia gracias a la cual pudimos disfrutar de dos preciosas versiones: de “Boa sorte”, de Vanessa da Mata, y “No sé mañana”, de Rosana. Aún está por confirmar la fecha de este concierto (31 de enero o 1 de febrero) que, a buen seguro, será una buena oportunidad para volver a disfrutar de este magnífico dúo.

La segunda intervención fue todo un descubrimiento, y de lo más agradable. Dominique, a quien habíamos conocido en calidad de músico, se presentó con gran éxito como prosista. El francés compartió con nosotros una simpática carta que escribió a su primo Gaston en la que le relata su experiencia en Salamanca (trabajo, chicas, diferencias culturales...). Su lectura (que interrumpió para manifestar su admiración por Luis Somoza) estuvo acompañada de numerosas risas y finalizó con un estrepitoso aplauso. 

Joan Corcino
De la epístola a la poesía del puertorriqueño Joan Corcino. “Después de las risas, comienza el festival del bajón.” Así preparó al público que tanto se había reído con Dominique para adentrarse en la tristeza que arrastraban sus versos en poemas como “La pequeña verdad del humo”. Con los dos textos que recitó volvió a quedar clara la buena letra de sus composiciones.

Los Reyes Magos habrán traído carbón dulce a quien se lo merezca. A Virginia Montaño le han dejado en un enorme zapato una bonita guitarra con la que compondrá sus futuras canciones (ha prometido escribir alguna más alegre, teniendo en cuenta que el segundo tema que cantó, “Felicidad”, tuvo una buena acogida). Además, ha aprovechado las vacaciones navideñas para hacer sus deberes artísticos y ha grabado su maqueta Origami, de la que nos presentó “Cien canciones” y “Libertad para mirar la vida pasar”. Podremos conocer más de este trabajo en su concierto-presentación el  24 de enero en Café Santa Ana (aquí tenéis el enlace del evento).

Rodrigo Bocanegra nos sorprendió, especialmente a los que lo conocemos un poquito más, con su templanza en el escenario. Era la primera vez que participaba en MAS, y algo me dice que no será la última. Un amigo le aconsejó que empezara con “algo porno” para quitarse los nervios, y lo hizo con un poema de Cabrera Infante, al que siguió un relato poético de creación propia. Para terminar pidió a la que escribe esto que lo acompañara en la lectura de su poema sadomasoquista, dedicado a la vicepresidenta del Gobierno, imaginándome que le pisaba el escroto con mis imaginarios zapatos de tacón de aguja. Me lo imaginé pero, incapaz de escenificarlo, lo dejé solo con las palabras en el escenario.

La primera parte la cerró Richard. Una vez más, arriesgó en sus versiones. El reto esta vez fue “Ojalá”, de Silvio Rodríguez, una bella y complicada canción, pero con su elección consiguió que a cada uno de los presentes se le pusiera la memoria en marcha y que la música iluminara los rincones más oscuros de la nostalgia. A “Ojalá” siguió una segunda canción, “Faro de Lisboa”, de Revólver, que dedicó a su compañero el pintor Alfonso Pina.

Qué mejor que empezar la segunda mitad de MAS con la marcha y el buen rollo de David Súper. Él avisó: “Para pasarlo bien, vais a tener que cantar, babies”. Y el público demostró que, otra cosa no, ganas de pasárselo bien no le faltaban: gran coro para Súper en sus versiones de dos clásicos: “Proud Mary” y “Mustang Sally”. El escenario, los monitores, las mesas… todo tiembla cuando El Súper se sube al escenario.

Óscar Rodríguez
Óscar Rodríguez dejó su preciada cámara fotográfica, con la que retrató esta edición de MAS, para “sacar del laboratorio algunos poemas”, versos nuevos que viajan con otros ya maduros, como los de “Geografía de la violencia”, “Lleno/vacío” o “Primera reflexión” (título que ganó la partida después de que su autor se autocensurase el original). Óscar es un poeta que siempre es mejor escucharlo que leerlo: construye el poema con su voz. Pablo Madruga registró con la cámara de Óscar la comodidad con que se mostró en su "laboratorio de creación".

Aunque se había despedido como Alfredo Rubbenstein, lo cierto es que reapareció y no rectificó el nombre con que lo presenté, así que suponemos que Alfredo seguirá siendo Rubbenstein hasta que nos revele su próximo nombre artístico. Siguió su pauta habitual: primero un poco de humor (del suyo) como particular “patrocinio” de un desgarrador relato dramático para sumergirnos, de nuevo, en el lado más humano, en el más horrible, de un conflicto bélico. 

La barra se quedó sin camarero durante las dos canciones que Matías y La Justicia Divina celebró para continuar con su “lucha social en solitario”. Con el primer tema, nos describió las impresiones de un niño tras morir después de haber recibido una brutal paliza en el colegio. Con la segunda, nos invitó a coger las maletas de la imaginación y a acompañarlo bailando “a recorrer el mundo”.
 
Dominique ya había hecho notar su presencia entre el público y, muy acertadamente, al elogiarlo habló de slam…  y es que Luis Somoza es un “púgil” del verso libre y de la oratoria. Su intención, después de que la semana anterior intentase recitar a una “velocidad más moderada”, era pisar el acelerador para ofrecerse en su característico estilo, pero lo cierto es que salió al escenario más tarde de lo que le hubiera gustado, por lo que optó por leer menos texto más despacio, para que no se hiciera demasiado larga la recta final de esta edición de MAS. Nos obsequió con, aparte de su consideración, su relato Hidroplexia (muy, muy bueno: mejor escucharlo leído por Somoza), un poema y dos micropoemas (del primero anoté un verso incompleto; ahora, gracias al comentario que su autor ha hecho, podemos releerlo en su forma original:  “… no tengo pasado porque mi pasado es el pasado del universo, estoy a dos millones de años luz de ti, formo parte de muchos cielos y desde mi atalaya te veo pasar despacio, despacio, muy despacio”).

Koji Sazaki
Penúltimo de la noche, apuntado en el último momento, Koji Sazaki no pudo resistir las ganas de compartir con nosotros el texto que encontró en la hoja que se escondía entre las páginas de un libro de la biblioteca, sobre un hombre que le robó la sombra a los dioses. Intervención breve pero intensa, como suelen ser las apariciones de este amigo de MAS y gran poeta. (Petición personal: ¡Koji, vuelve a leer algo en japonés!)


Hasta aquí la noche ya había sido preciosa y grande en contenido y forma… Aún quedaba un regalo más para nuestros oídos: Cool Pack. Con sólo el cincuenta por ciento de la banda en el escenario de El Savor, disfrutamos y nos emocionamos con sus versiones deMoon River” de Desayuno con diamantes, de “Don't You Remember”, de Adele, y de una tercera en francés de la que no anoté el título. Después de escuchar estas tres canciones, yo lo tengo claro: el viernes 13 de enero iré al concierto de Cool Pack, con la banda al completo. Será en Castafiore (Crespo Rascón). 


Cool Pack

Ya sólo me quedan las suficientes palabras para darlos las gracias a todos por vuestro arte. ¡Gracias!

Os esperamos el próximo lunes con más en MAS (18).

jueves, 5 de enero de 2012

Crónica MAS (16). 2/1/12


Como podréis imaginar, esta edición nº 16 de MAS (Micro Abierto Salamanca) celebrada el día 2 de Enero de este nuevo 2012, estuvo marcada por la resaca general. De camino al Savor las calles de salamanca parecían los decorados de una película de zombis, se veía a lo lejos a algún caminante tambaleándose en la penumbra. Al llegar a la puerta pasó una bola de ramas secas congeladas del desierto de Arizona, pero no venía a participar al MAS, sólo pasaba por allí. Vale, estoy exagerando. Un poco tarde y con pocos participantes, pero el MAS (16) estuvo nutrido suficientemente de andábamos buscando los que acudimos. 

Como era el primero del año, propuse que cada participante nos dijera un propósito propio en estas fechas. El primero, Luis Somoza, dijo varios y se quedó definitivamente con uno: publicar un libro este año. En ese libro no sabemos si aparecerán los tres poemas sin título que leyó la noche del lunes, pero seguro que sus lectores disfrutaremos de la caleidoscópica poesía de Luis Somoza, el primer participante del año en el MAS.

Aparte de la bola de ramas secas congeladas del desierto de Arizona, cuando llegué al Savor, encontré a Alberto Hernández y a su hermano, que venían con resaca, pero con ganas de arte. Él fue el segundo participante, cuyo propósito fue “no empezar el próximo año como este:  tajao, con la corbata en la cabeza”. Yo le vi muy bien mientras cantaba sus tres canciones y nos decía “busco aún esa canción / que abra tu corazón / o cicatrice el mío”. Eso hacemos, amigo, buscar cura en lugares como el MAS en El Savor.

Los artistas que suben aun escenario hacen terapia personal y común con el público atento, pero no es fácil salir ahí con el tórax abierto de par en par, por eso Montse Villar, la siguiente participante, dijo que su propósito para año nuevo era “permanecer más de veinte segundos en el escenario. Al menos este lunes lo consiguió leyendo tres susbtanciales poemas. El primero dedicado a la controvertida visita del Papa a España mientras personas se mueren de hambre en El Cuerno de África, el segundo, más intimista, titulado La primera vez, y el tercero “un pode amor”, titulado Ternura incandescente. No contenta con eso, presentó ella misma a Fernando Maés y recitó el poema Mi vida, después cantado por Maés que lo ha musicado con acierto. 

Ya se quedó Fernando en el escenario y nos contó su propósito para el nuevo año: “follar menos”. Luego lo desmintió y admitió que el verdadero propósito era “hacerlo cada vez más”, y, a continuación, cantó No me creas, y, para terminar, el último poema de Raúl Vacas que ha musicado. Bueno, Fernando, que sea una gran año.

El siguiente participante de esta primera noche de MAS de año, fue nuestro querido Alfredo Rubbenstein, que se decidió por el humor inteligente,PARADOJA EXISTENCIAL o ¡Me cago en la concha de la puta madre del humor inteligente, (justo en el día que menos neuronas nos quedaban a todos), y tuvo suerte, porque nos hizo reír copiosamente con algunos de sus chistes de cosecha propia y manufactura carácterística. 

El siguiente participante fui yo mismo, Andrés Sudón, que, por cierto, no me había presentado. Yo canté tres canciones para no ser menos en este escueto MAS. Fueron Agua de limón, Con naturalidad y Amores indoloros. Mi propósito para este nuevo año fue hacer canciones llenas de luz…

Solamente nos quedaba ya una intervención, dejamos lo más espectacular para el final, The Cool Pack, que vinieron en formato trío, la guitarra de Fran, el bajo de Óscar y la VOZ de Teresa. Ahora vamos a hacer un juego, yo pongo aquí el propósito de nuevo año para cada uno, y vosotros tenéis que adivinar quién dijo cada uno: a) Ir al gimnasio, b) Empezar a fumar, y c) Hacer nuevas canciones. Jueguen en comentarios. Juegos aparte, The Cool Pack hicieron el broche de lujo para esta edición especial de nuevo año cantando temazos como Imagine o Valery

Después nos despedimos con la propuesta de volver al escenario dentro de un rato a ver qué salía. Y así fue, salmos al escenario y todos repetimos, estuvimos hasta altas horas de la noche disfrutando del escenario de El Savor, pero esto ya no os lo cuento, es mejor vivir este tipo de jams session. A la próxima venís y lo vivís.
¿Seguimos el lunes?