viernes, 27 de enero de 2012

Crónica MAS (19). 23/1/12

La edición número 19 de Micro Abierto Salamanca (MAS) fue nutrida en participantes. La noche se prolongó, quizá, más de lo que aconsejaban las tareas que a todos nos esperaban en la mañana del martes, pero la ocasión lo mereció. 

En la edición anterior había lanzado la propuesta de que el público también colaborara con sus impresiones personales sobre las actuaciones para enriquecer las crónicas de los futuros MAS: intento ser neutra a la hora de resumir qué hacen quienes se pasean por el escenario de El Savor, pero, al fin y al cabo, siempre se cuela mi propia percepción del asunto… así que puestos a opinar, siempre es mejor que sean más los que lo hacen…

En esta edición, vi tomar apuntes a una disciplinada Virginia Montaño, quien al día siguiente me hizo llegar algunas de sus notas (entiendo que otras se las ha reservado, ya que parece ser que lo que vio en MAS la inspiró y, entre nota y nota, se fue colando el borrador de una nueva canción). Así pues, en esta crónica las palabras de Virginia se entremezclarán con las mías en algunos párrafos. Además, contamos con imágenes de los participantes de la primera parte del espectáculo; esto es posible gracias a José Luis Melián, quien vino provisto de su cámara para que esta crónica pueda presumir también de fotografías.
"No concebiríamos el teatro si estuviera vacío..." Esto es lo primero que anotó Virginia cuando Richard inició su actuación con la lectura de un texto propio, profuso en metáforas y que se valía de un falso tecnicismo para, en el fondo, hablarnos del simple mecanismo que subyace a las cosas que hacen que la vida sea bella. Un segundo poema, dedicado a una de esas tantas personas inmersas en una brutal rutina que buscan, aunque sea en un mínimo gesto, la esperanza necesaria para mantenerse a flote, fue la antesala a la versión de “Dance me to the end of love”, de Leonard Cohen. Mientras Richard cantaba, Virginia escribió: “Dánzame alrededor de tus días, donde duermes mi silencio, donde los delfines se hunden hasta alcanzar el fondo del cielo...".
 
Fernando Maés se dirigió a las mujeres de la sala para darles un consejo: “No hagáis caso de todo lo que os dicen los tíos”. Decía esto para presentar la canción de Tontxu “Todos dicen te quiero”, a la que siguió “Si me quedo contigo”, inspirada en el poema “Borrachos go home”, de Rául Vacas, con la que quiso anunciar el recital que ambos, mano a mano, ofrecieron el miércoles 26 de enero, “un partido a corazón abierto entre el amor y las dudas”. Para los que se quedaran con ganas de disfrutarlo, como fue mi caso, al final de esta crónica os espera un vídeo para que su pena por perdérselo no sea tanta (pena porque sólo hay que conocer un poco de la poesía de uno y otro poco de la música de otro para saber que “se les va la vida en ello”, en ofrecer en emoción en estado puro).
“Para las mujeres que creen que las palabras domésticas no son suficientes”. Si tomé buena nota, ésta es la dedicatoria del último poema que había escrito Luis Somoza. De la aparente frialdad de una convivencia sin grandes sobresaltos, en la que día a día va creciendo una “maldita belleza” capaz de devorar a sus creadores, dio paso a la erótica recreación de un encuentro con cierta mujer que el narrador ya no es capaz de mirar “sin pensar en su coño negro” y en el que el deseo crea la sensación de que se le multiplican las extremidades con las que la posee. Las razones para llamarlo “guapo” sobraban y Somoza supo agradecer el halago de algunos espectadores.  

José Luis Melián, autor de las fotografías de esta crónica, vino a MAS a estrenar su última canción, en la que, inspirándose en lo que nos muestran los telediarios, se pregunta cuál es la verdadera realidad. Le hubiese gustado dedicar su tema a Cándido Pérez, pero, ante la ausencia de éste, la dedicatoria nos la ganamos todos los presentes. Las notas de Melián inspiraron a Virginia una estrofa para una futura canción llamada (por fin) “Origami”, título de su reciente maqueta: "Volátil me desplazo hacia tus ojos color miel, / versátil hacia tu cuerpo de papel. / Origami haré de ti, desdoblando realidades. Origami haré de ti, desbordando intensidades". Y añade que espera “acabarla pronto para estrenarla en MAS...) ¡Gracias Melián por inspirarme con tus notas!”.

El martes, El Savor se llenó de poesía con el propósito de protegernos del frío. Toño Blázquez, uno de los poetas que ofrecieron el “cálido” recital, se subió al escenario para invitar a los presentes a ponerse el abrigo de los versos de sus compañeros y de los suyos propios. Para que la invitación nos fuera calentando las ganas, salvó un poema de amor de su memoria, del cual la mía recuerda este verso: “que el cariño es más potro que cordero”.


No sé si el primo de Dominique, Gaston, al que van dirigidas sus cartas, existe o no, pero si es real, sabemos de una persona que probablemente no se planteará Salamanca como posible lugar de residencia. Con su texto, en el que escudriña temas como el acento o el diferente significado de ciertas expresiones para un francés y para un español, Dominique volvió a hacernos pasar un rato inolvidable, en el que nos dimos a discreción a la carcajada. 

El cincuenta por ciento de Cool Pack volvió a MAS para anunciar su próximo concierto en El Savor (será esta noche, viernes 27 de enero), y, de paso, estremecernos una vez, con sus versiones; en esta ocasión, fueron “Across The Universe”, de The Beatles, y “Over the rainbow”, la banda sonora de la mítica El mago de Oz que popularizase Judy Garland con sus trenzas y que últimamente no deja de sonar en las emisoras versionada por Kamakawiwoʻole's con su ukelele. (Por cierto, hace tiempo que Fran no se deja ver por MAS con su instrumento. Si a alguien le gustaría acompañar sus textos o sus canciones con un ukelele, Fran está dispuesto.)

En las imágenes laterales, de arriba abajo, Fernando Maés, Luis Somoza y Dominique. 






















En esta, Cool Pack.

















Después del recreo nos esperaba una segunda parte intensa y con un buen número de participantes. Empezó esta mitad Virginia Montaño, quien presentó su nueva canción: “Noviembre”, compuesta e interpretada al piano. Algo me dice que en esta nueva composición mucho tiene que ver el hecho de que en la pasada edición conociera y congeniara con el cantautor Manu Míguez. Larga fue la conversación que mantuvieron, pero breve va a ser la espera para volver a verlos juntos y, esta vez, también revueltos en el escenario de El Savor, donde van a echar un pulso a sus mejores canciones el miércoles 8 de febrero. A “Noviembre” siguió un tema de aires más optimistas, como promete su título, “Felicidad”. Antes de que volviera a tomar notas en su cuaderno, Virginia se despidió con la versión de “Castigado en el cielo”, de Luis Ramiro.
Mamen Somar cree que los hombres no tienen corazón. Yo le di mi palabra de que sí tienen, pero no debió de quedar muy convencida y, por ello, ha retado a las personas de sexo masculino que acuden a MAS a que demuestren en la próxima edición que está equivocada. Mucho me temo que esta idea suya del no-corazón de los hombres tiene que ver con un desengaño amoroso, porque su comentario fue la introducción al poema “Entremuros”, un canto triste a la soledad del yo que queda cuando no queda nosotros. Sin embargo, “Un buen día lo tiene cualquiera”. Así titula el primer texto que nos obsequió, el relato de una mujer que descubre que el hombre del que está enamorada, el que cree que la franqueza es la base de una relación, es el mismo que se traviste por las noches en una discoteca de moda. Mamen pasa de un registro a otro como si se balancease entre las emociones en su columpio con el cinturón de seguridad puesto. Y, además, nunca le falta una sonrisa.

Unos charros muy andaluces; eso es lo que nos parecieron a mí y a otras personas Xufi y Guti, que se estrenaron en esta edición de MAS. Para sentirse como en casa, sus amigos los acompañaron desde el público con gran devoción y estrépito durante su actuación, y con gran revuelo durante las de otros participantes, quienes lidiaron, unos ratos más que otros, con su murmullo. Nos dejaron “Lo seré”, “Juego de dos” y “Sigo esperándote”, tres temas propios que hacen del amor y del desamor adolescente su cancha de juego.

Y sí, volvió. Rodrigo Bocanegra extrajo de su móvil “Anuncio”, relato del mexicano Juan José Arreola; quien quiera leerlo más detenidamente, puede acceder a él en este enlace. Después de este largo spot, se despidió con un poema de cosecha propia en el que denuncia las ideas preconcebidas que se tienen de los mexicanos, y lo hace a través de un diálogo consigo mismo, en el que va mezclando su propia voz con otra impostada que se defiende de la otra con clichés. Si sigue así, Bocanegra se acabará convirtiendo en uno de los referentes de este micro abierto, como ya lo son Luis Somoza o Alfredo Rubbenstein, entre otros, todos ellos con un estilo que los hace únicos.

Hablando de estilo: quizá el de Jorge Silla nos tuviera despistados hasta ahora. Su forma de “meterse en jardines” con sus monólogos, en los que adivinamos más a un profesor de Secundaria que a un cómico de vieja escuela, escondía su verdadera entidad artística, pero en esta edición, por fin, la descubrimos. Jorge es, ante todo, pianista y compositor, o esto es lo que yo pensé con sólo ver cómo se disponía ante el teclado para interpretar su pieza Vals ibérico, impresión que me confirmaron las palabras que Virginia, también pianista, susurró a mi lado: “una técnica perfecta”. Según nos confesó, asistimos al que fue su estreno como intérprete fuera de su “islita” (Ibiza). Aunque no lo acompañamos con “palmas a la alemana”, tal como sugirió, al público no le influyó la hora que ya marcaba el reloj para agradecer a Silla su intervención con un rotundo aplauso.

Inteligencia emocional es el relato que Alfredo Rubbenstein eligió para esta edición de MAS. En él transcribe los últimos pensamientos de un androide del siglo XXII que, en el ocaso de su vida y perseguido por los humanos, asume la imposibilidad técnica de desarrollar una personalidad compleja y decide anticiparse al final que maquina su destino. Su héroe observa el suicidio como una aniquilación del miedo porque sólo sin temor se puede ser libre. Rubbenstein no deja de darnos muestras de la astucia con que se mueve en la tragedia y algunas de ellas podemos encontrarlas en su blog "Yo no lloré ni con Bambi".

El italiano Andrea regresó a MAS, esta vez sin su armónica, y, acompañado por Richard, nos contagió con su entusiasmo, simpatía y vitalidad interpretando la versión de “Tu vuo' fa' l'americano”, de Renato Carosone, con la que ya nos ganó en noviembre, en la edición número 11 de MAS. Andrea vino como espectador, pero en MAS es fácil animarse a subir al escenario si se tiene un as en la manga con la que colaborar al espectáculo. 

El naipe de la improvisación también lo lleva siempre consigo Rodrigo. A nuestro heavy clásico le costó soltarse de su chica para coger la guitarra, pero al final lo hizo y a ella, “preciosa por fuera, preciosa por dentro”, dedicó su pieza. Resultó emotivo y pasional, algo que no puede dejar indiferente a alguien de la sensibilidad de Virginia Montaño, que escribió en su cuaderno: “Mientras Rodrigo tocó la guitarra e intentaba no llorar de la emoción que transmitía, la mano se volvió loca [...] impresionante lo que hace que puedas regalar música a la persona que tienes delante y que por añadidura amas. Impresionante dejar pasar por tus dedos la magia de la música cuando no son las notas sino la admiración, el sentido y la pasión hacia esa persona lo que sale de ti... como si la guitarra que portas fueran sus ojos, sus labios, su luz. Impresionante, imprescindible y, sobre todo, indestructible. Regalas paz a los oídos del amor mientras son sus ojos con los que miras y sus manos con las que sientes... y las velocidades se atenúan si son sus sonrisas las que hablan... sus sonrisas las que cantan.". En el correo electrónico en el que me hizo llegar estas palabras, añadió: “Gracias a Rodrigo y al amor que siente por Andrea (¿se llama Andrea su chica, verdad?) por dejarnos disfrutar de esa conexión mágica y de esas notas que como regalo él posó sobre ella. Que conserven lo que tienen, ¡que lo conserven y guarden para que el resto nos inspiremos!”.
Tampoco Federico Gil llegó a El Savor pensando que esa noche, además de tomarse una cerveza con sus amigos, les dedicaría la versión de “Sirena”, del dúo Sin bandera. Ésta es la forma con la que quiso agradecerles que en su estancia en Salamanca, “a pesar de no haber encontrado la rana”, sí haya tenido la suerte de sentir la “hermandad” de las personas con las que ha confraternizado, lo que le ha revelado, para su regocijo, que “Latinoamérica está unida”.
Hasta aquí la crónica de la (un lunes más) espectacular noche de la que disfrutamos los que no quisimos quedarnos en casa y aparcamos los deberes hasta el día siguiente para, después de tanta magia y tanto arte, reanudarlos con una energía nueva. 

Virginia Montaño y José Luis Melián, gracias por vuestras aportaciones a esta crónica, que, sin duda, la completan porque traen a ella una pequeña dosis de la emoción de la que nos contagiamos en la que fue la edición número 19 de MAS.

Me despido de vosotros, lectores, con una invitación a seguir conociéndonos el próximo lunes 30 de enero en El Savor; aquí os dejo el enlace al evento... y aquí el vídeo prometido más arriba. ¡Que lo disfruten!

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