sábado, 18 de febrero de 2012

Crónica MAS (22). 13/2/12

Con el día de los enamorados al acecho, la edición n.º 22 de Micro Abierto Salamanca (MAS) no podía no hacer alusión al amor/desamor a través de las actuaciones que el lunes subieron al escenario de El Savor con suficientes razones para celebrar: contamos con menos publicidad que San Valentín, pero somos más espontáneos y tenemos más iniciativa.

Ya habían pasado unos meses desde la última vez que Cándido Pérez se dejó ver en MAS. Quiso demostrar que él también es un romántico, pero a su manera: en lugar de velas, la luz de una espada láser es suficiente para la magia. Así, nos regaló una “frikibalada” con las fuerzas del mal mediando entre el deseo y la ficción. A continuación, este amigo de las sagas ofreció la quinta de una serie de canciones que recogen las venturas y desventuras de un músico de Bremen, con estribillo en alemán: “Espejito, espejito, ¿quién es el más loco del reino?”.

Con otros asuntos de más gravedad empezó la agitada semana que ya acaba. Rodrigo Bocanegra no quiso que la tan superficial y comercial celebración de cada 14 de febrero nos hiciera olvidar el compromiso que nos exige la realidad y, por ello, vino a leernos el poema “El más oscuro deseo”, dedicado a la “gente de Atenas pero antes la de chile, Guatemala, el Salvador, Nicaragua, etc.” y del que a continuación transcribo los primeros versos:  “Se ha vuelto mi voz un chillido, / un hilillo de lamento, / por las pinzas de acero en mis pezones. / Arrodíllame, Libertad, / extralimítate..

Después de este intenso poema, vinieron una serie de intervenciones con versiones de lo más variadas que buscaban, como diría Richard, celebrar que al día siguiente era martes. Este bloque de canciones nos llevó al final de la primera parte, donde nos aguardaba una actuación con la que se inauguraba un género en MAS… pero no nos adelantemos… Richard fue el primero en ofrecernos sus versiones (y su humor, algo a lo que ya no queremos renunciar): “It's now or never”, de Elvis Presley, y “Loosing my religion”, de REM. A continuación, Fran, después de mucho tiempo haciéndose desear, volvió con su ukelele para versionar dos temas, uno de ellos la instrumental “Falling slowly”, de la banda sonora de Once. Por su parte, Dominique dejó esta semana la correspondencia semanal con su primo Gaston, a la que ya nos ha enganchado, para recuperar la faceta musical con la que se presentara en MAS; en las anteriores ocasiones, el músico que lleva dentro eligió versionar, pero esta vez nos sorprendió con una composición propia, escrita en francés. Gustó tanto que el público exigió una segunda canción. Él se excusó: “No soy cantante”, pero a los espectadores esto no los convenció, y a Dominique no le quedó más remedió que hacer un bis; lo hizo con una versión de (creo recordar) “Redemption song”, de Bob Marley. Por último, la bella neozelandesa, Cristina, cumplió con la palabra que dio la semana pasada de regresar a MAS y su cálida voz nos volvió a ganar con un tema de John Mayer (¿“Dreaming with a broken heart”?) y una segunda de la que sólo disfrute: ella no dijo nada para presentarla ni yo apunté nada sobre ella en mi cuaderno.

Llegamos al recreo de las mímicas manos de Carmen, Carmiña o Karmele, como ustedes quieran llamarla. Hace unas cuantas ediciones subió al escenario en un arrebato y, como no tenía nada preparado, nos sorprendió con un buen poema que hizo las delicias del público con su simpatía y estilo clown. En esta edición de MAS, Carmen cumplió la promesa que nos hizo de volver con un número de mimo que implicó a parte del público con maracas, castañuelas, pompas de jabón, platillos… y una imaginaria bola gigante que modeló a partir de un moco, también invisible, que sacó de su nariz para bailar con ella después de decidir seguir viviendo para hacer reír.

En la segunda parte de MAS 22 se intercalaron caras ya habituales con otras nuevas o no tan familiares. Esta mitad comenzó con Andy Mathews. Era su tercera ocasión en MAS y, quizá porque hacía tiempo que no venía, nos ofreció tres canciones… y con ganas se quedó de tocar una cuarta, algo que tuve que impedir, porque MAS venía cargado de actuaciones y no había tiempo. Por experiencia, creo que es mejor dejarse ver más con más frecuencia e ir ganando al público poquito a poquito, que aprovechar el formato de un open mic para ofrecer un miniconcierto, con el riesgo de dejar a otros participantes sin actuar. Esto parecía saberlo Florencio, un músico que con una sola canción demostró tener muchas tablas: el silencio se hizo en El Savor tan pronto como empezó a tocar el precioso bolero que cantó, que sólo se vio interrumpido por un aplauso espontáneo ya en la primera estrofa. 


Andy Mathews
Florencio






Alfredo Rubbenstein y Jorge Silla solaparon sus actuaciones. Rubbenstein estrenó su relato “El amor fo o teorema somariano de los hombres sin corazón” (que, por el título, supongo que es la réplica que pidió Mamen Somar, cuando afirmó que su experiencia le decía que los hombres no tenían corazón; lástima que en esta edición esta poeta no estuviera presente…). La intervención de Alfredo terminó con la presentación, en formato chiste, de Jorge Silla, quien vino a presentarnos “Is she really with me?”, la segunda de las seis canciones que quiere que valoremos (en el sentido de votar o juzgar), ya sea a través de este blog, de nuestro grupo en Facebook, por paloma mensajera o en el mismo escenario de MAS, porque antes de bajarse de él invitó al siguiente participante a que nos contase qué le había parecido su actuación.


Rodrigo Cuervo demostró ser un artista educado al no desoír la petición de Jorge Silla. Le explicó a él su visión del asunto en lo que se convirtió en el comienzo de una conversación entre ambos músicos, que tuve que interrumpir porque, como diría Freddie Mercury, the show must go on. Y lo hizo con la valentía de Rodrigo, quien, ya sabemos, es más amigo de la improvisación y del “a ver qué sale” que de traer algo preparado. Con sus atrevimientos, no obstante, se gana al público cada semana.

Angie


Elvis volvió a sonar en esta edición de MAS, ahora en la voz de una participante nueva, Angie. Confesó estar muy nerviosa, pero a nosotros nos dejó boquiabiertos de lo bien que lo hizo: ojalá vuelva pronto  para irse quitando la timidez y dejarnos verla ganar confianza y tablas. A un suave “Love me tender”, en la que nos mostró su parte más dulce, siguió “Zombie”, de The Pretty Reckless, con la que conocimos a la mujer de carácter que ya es a pesar de su juventud. Fue, en mi opinión, el descubrimiento de esta edición.

A Angie siguió un músico llegado de Massachusetts, del que sólo sabemos esto y su nombre, David, que se animó a sumarse a nuestra fiesta con una canción en su idioma; te pido a ti, que estás leyendo esto, que si lo sabes, añadas el título en un comentario. 



Nuestro camarero, Matías, dejó de poner mojitos para cerrar esta edición con su buen rollo y su enérgico ritmo. Con sus dos canciones nos confesó que él se enamora mucho, que ama las diferencias y que el “rock & roll es amor”.

Antes de terminar, le debo un párrafo a la artífice de las fotografías que acompañan esta crónica: son de Carme García y a ella también me gustaría volver a ver por MAS, por el carácter que demostró tener y por los pelos que le faltan en la lengua…

Así, con ritmo y sabor, bajamos el telón de MAS 22 con la mirada ya puesta en la noche del lunes 20 de febrero, en la que, a buen seguro, volveremos a sorprendernos con nuevas y mejores actuaciones. ¿Todavía no te has apuntado? Ay, ay, ay… Anda que… Aquí tienes el evento a la siguiente edición; ya no tienes excusa.

¡Gracias a todos por un MAS más!
   
Andrea Mazas

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