primeras veces...
La edición 53 de Micro Abierto Salamanca (MAS), celebrada en El Savor el pasado lunes 19 de noviembre, contó con dos participantes nuevos.
A la primera que saludó el ya
experimentado en bienvenidas público de MAS
fue a la alemana Masha Potempa, cantautora que parece
tener el firme propósito de quedarse con nosotros mientras dure su estancia en
nuestra ciudad. Dulce y delicada, Masha
es una mujer que se atreve con cualquier idioma, a juzgar por el repertorio que
ya nos ofreció en su primera intervención en MAS (53). Del ruso se pasó al alemán, y de su idioma nativo, al
nuestro. Sin duda, de los tres temas que interpretó, fue, sin duda, el que
lleva su firma (cuyo título traducido del alemán sería “Círculos”) el que más
nos llegó. La versión de “Bamboleo” nos dejó a medio gas: había ganas de seguir
el ritmo con el que esta canción bailaba en nuestra memoria, pero la versión de
Masha nos obligó a acompañarla con menos
sangre (que se dice) de lo que nos hubiera gustado para darle un poco más de jaleo
a la noche. En las siguientes dos ediciones, conocimos dos canciones más de
repertorio (una sobre lo que queda después del amor, “Sólo la sal”, y otra entorno
a la búsqueda de la libertad) y dos versiones más, de las cuales la más “necesaria”
y la que más llegó fue la última, variación de la versión que Cesária Évora hiciera de “Bésame mucho”.
Este momento romántico y nostálgico se suma a los que ya guarda nuestra memoria
de MAS.
A José Ruiz no le falta desparpajo para ser un showman. Lo dejó claro nada más subirse al escenario y mostrar sus
respetos, en forma de sobria reverencia, a todos los participantes que hasta el
momento de su intervención habían actuado en MAS (53). El trovador tecnológico y versátil en que se convirtió nos
metió en su bolsillo con dos textos propios; con el primero, un cuento que
narra las desventuras amorosas entre la boca y la botella, descubrimos a un gran
rapsoda.
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