viernes, 20 de abril de 2012

Crónica MAS (29). 16/04/12

Micro Abierto Salamanca (MAS) estuvo cerrado por vacaciones, y el pasado lunes 16 de abril volvió a El Savor en su edición 29 con sabor a hornazo cuando las putas (decían) volvieron a estar de nuestra parte… De momento, la primavera sigue como un invierno. Eso se nota, y no lo digo por el frío (que también). Tanto le cuesta a esta estación ponerse en marcha que nuestra cita de los lunes sigue pareciendo una chimenea en la que buscar un poco de calor… Así, las personas volvieron a MAS a dar su calor en forma de canción y poema, y, una vez más (antes fueron la Navidad, los carnavales, los exámenes…), el ambiente se empapó de lo que no es MAS, pero tampoco es menos: el Lunes de Aguas. Por los que querían MAS y por los que cambiaron el río por El Savor para prolongar la celebración, se formaron suficientes brasas para la noche que paso a relatar.

Virginia Montaño tenía más que ganas de MAS. Dos semanas sin subirse al escenario de El Savor a compartir las canciones que le van naciendo son demasiadas para esta mujer, a la que quienes somos habituales los lunes tenemos el gusto de comprobar la gran velocidad a la que se está convirtiendo en cien por cien carne de canción. La emoción nunca falta cuando ella se pone manos a la obra; “También ganamos” y “Duele el reloj” fueron los dos temas con los nos puso la piel de puntillas. En la segunda se acompañó por otro grande, Manu Míguez. Esta semana ha sido “la de las rifas” en El Savor, como ha dicho Virginia (sorteo de hornazo el lunes, de discos el martes, y de entradas, discos y cartel el jueves), pero también ha sido la semana de Montaño y Míguez. No sólo pudimos disfrutar de ellos el lunes, sino que, además, el martes ofrecieron el que fue su segundo concierto mano a mano y volvimos a saborearlos en la presentación del cartel del próximo trimestre de Jueves de Autor. Cuando Virginia y Manu comparten escenario, es imposible ser indiferente. En MAS tuvimos la suerte de que esto ocurriera en dos momentos de la noche. En el turno de Manu Míguez, después de que él interpretara en solitario su tema “Los restos del incendio”, se desenchufaron para cantar a dúo “Nombre en el aire” (que podéis escuchar aquí) y la respuesta del público durante su actuación, su silencio absoluto, fue de las ovaciones más notables de la noche. Busquen a estos artistas en http://soundcloud.com/hipot3nusa (V. Montaño) y http://flavors.me/miguez_ (M. Míguez), y, ya que hablamos de ello, estén atentos al cartel de Jueves de Autor que, con tanto cariño, ha preparado Andrés Sudón, porque, además de Míguez, vamos a tener por Salamanca a otros artistas que no deberían perderse.

Manu Míguez y Virginia Montaño

Aunque ya he descrito la intervención de Manu, si seguimos el orden en que se sucedieron las actuaciones, ahora tengo que hablar del segundo en subir al escenario, Pablo, y de su primer paso por MAS. Cuando llegó libreta en mano, no tenía muy claro si lanzarse al micrófono… pero después de un par de tragos de su gintonic y dejarse embeber por el ambiente, lo tuvo claro y allá fue con uno de sus poemas (en inglés), su baile improvisado y su confesión sobre su perspectiva de llegar a ser un gran director de cine. A Pablo siguió otro que de improvisaciones, bailes y desparpajo en el escenario sabe un rato largo: Víctor Casado. Ya echábamos de menos sus disertaciones, su humor cítrico y su naturalidad sin pretextos. En esta edición, vino con otra de sus clarividentes y controvertidas reflexiones (“el público está vendido”) sobre el éxito de “Ai Se Eu Te Pego”, de Michel Teló.

Pablo

Víctor Casado

Otro de la casa, Jorge Silla, nos sorprendió gratamente, especialmente con el primer tema que cantó, la versión de la canción que Georgia Anri Jokhadze presenta a Eurovision 2012: “I'm A Jocker”. Le descubrimos una voz con más cuerpo que nunca, y esto se mereció que el público le pidiera un bis, que él aprovechó para revelarnos la letra original de la que surgió aquel éxito de Melody, “Antes muerta que sencilla”. Finalmente, se despidió con su homenaje al inspector Gadget. La música continuó con la primera vez en el escenario de Saskia y Delia, que nos hicieron disfrutar de la versión de “Nobody's Perfect”, de Jessie J. Ya al final de la segunda parte, Delia y Jorge volvieron a la guitarra y al piano, respectivamente, para acompañar a Judith Amaya en la interpretación de un tema propio. Fue raro y grato ver a Judith de cuerpo entero, sin que se escondiera detrás de su guitarra eléctrica… y quizá fuera por la combinación de su voz con el piano y la guitarra española, o porque la emoción llenó su boca en su intervención, pero, personalmente, creo que su actuación, más lírica de lo que nos tiene acostumbrados, fue de sus mejores momentos en MAS.

Jorge Silla

Delia y Saskia

Delia y Judith Amaya

De regresos fue la noche. Además de Víctor Casado, también volvió a dejarse ver Óscar Rioja, y tuvimos que prestar mucha atención para saber que seguía siendo el que conocimos en las primeras ediciones de MAS: a su nuevo look, con barba, se sumaba una mesura y una armonía también nuevas para nosotros. Después de deleitarnos con un poema de Saramago, nos desveló la razón por la que se había dejado crecer la barba: la obra de teatro “Pronombres y determinantes”, dirigida por Virginia Ledesma, en la que actúa y que podréis ver el 8 de mayo (según creo, en el Teatro Juan del Encina). Un motivo nada despreciable, sí señor: ¡enhorabuena, Óscar!

Óscar Rioja

Y llegamos al recreo de la mano de una de esas voces con más carácter que habitan en Salamanca: la de Sara Clark. Sólo pudimos escucharle dos de sus canciones: “Regalo de despedida” (en inglés, pero ella la presentó así) y “Oh, sailor”, pero no hay nada de lo que lamentarse, porque este sábado 21 de abril podréis disfrutarla en formato concierto y bien acompañada (por David Escanilla y Kaos) en El Savor, a partir de las 23.00 h. Aquí os dejo el evento.

Sara Clark

Tras la pausa, disfrutamos de Manu Míguez (véase segundo párrafo de la crónica) y, después de él, de Guillermo Toda, quien no tenía previsto actuar, pero le cuesta no atender las peticiones de sus amigos, y por ellos (gracias a ellos) se hizo con la guitarra y nos ofreció una actuación en la que los nervios característicos de Toda brillaron por su ausencia. Tal vez porque no tuviera pensado salir al escenario estuviera más tranquilo de lo habitual. Fuese por lo que fuese, que él se limitara a disfrutar nos hizo disfrutar a los demás. Y, nuevamente, más consiguió que todos prestáramos más atención a lo que pasaba en las tablas y menos al murmullo que a ratos venía de la barra. El silencio que consiguió Toda se prolongó con Taylor, un (a mi juicio) sexy o sensual (o sexy y sensual, tendremos que seguir comprobándolo) cantautor estadounidense que nos dibujó una sonrisa de complicidad ya con la primera canción que interpretó. Empezó con una versión de Bill Willis, a la que siguió un optimista tema de repertorio, “Going somewhere”, y, por petición del público, nos dejó la tercera y última de esta primera cita con MAS, una versión más, en este caso de Bob Dylan.

Guillermo Toda

Taylor

Alfredo Rubbenstein también regresó con ganas de compartir con nosotros un nuevo relato. A él le suele costar quedarse con un solo título para sus historias; a mí, sin embargo, porque no me da tiempo a apuntarlos completos, elegir sólo uno de los que propone me es más que fácil (no me queda otra). Esa disyuntiva presente en sus lemas, suele contrastar con la dirección que siguen sus textos, en los que invita al lector/espectador a una reflexión bien dirigida por los argumentos de Alfredo y en la que pocas veces uno puede escapar de darle la razón al autor. Tampoco importa dónde sitúe la acción ni si sus personajes son reales o ficticios. En “El astronauta”, texto de esta edición, aprovecha para hacer una crítica mordaz a la Iglesia católica en tono humorístico, para lo que ya no le hace falta el protocolo de ponerse la nariz de payaso, que, para ciertas cosas, resulta demasiado seria.

Alfredo Rubbenstein

A Richard le costó captar la atención del auditorio, pero lo consiguió. Le costó porque se lanzó a la aventura de leer un texto de tono “filosófico, trascendental”, como él lo definió, después de tantas ediciones de humor “Richard’s style”. Después de conocer una seriedad inusitada en este hombre, llegaron las canciones: una de los “años de acampada”, de José Luis Perales, “Podré olvidar”, y el poema “Postal de Japón” musicalizado por Richard. En un estilo que nos recordaba al de este, David Prado fue el último músico que nos trajo la noche del lunes. Su carta de presentación en MAS fueron dos temas propios: “Duraría vidas” y otro de autoayuda que tuvo que escribirse en cierto momento de su vida para ver lo bueno que esta le depararía… En ambas, se valió de la colaboración del público para darle “chicha” a los estribillos.

Richard
David Prado

Con las palmas y el jolgorio ya en sus últimas consecuencias, El Indio One de Salamanca se subió al escenario con las ideas no demasiado claras pero con más ganas de hablar de lo que aconsejaba ya la hora de la noche. (Me perdonen ustedes, pero carezco de los recursos necesarios para explicar su intervención.)

Indio One de Salamanca 

Según la tradición “masera”, cada Lunes de Aguas, el aplausímetro debe decidir qué dos actuaciones se merecen un hornazo de honor de estas ediciones especiales. En la 29, la cosa estuvo tan reñida que, por unanimidad, procedimos a repartirnos el “pastel” entre todos los presentes para que, esa noche más que otra, todos nos fuéramos con buen sabor de boca.

Gracias al ojo y a la cámara de Eugenia Menéndez Hernández, esta crónica cuenta con la documentación gráfica de algunos momentos de la noche.

El próximo lunes 23 de abril la edición 30 de MAS coincide con el Día Internacional del Libro. Aunque la intención inicial era intentar realizar un slam con los poetas que se animaran a ello, para celebrar esta maravillosa coincidencia, os lanzo esta propuesta: regalemos amor y literatura. Además de traer vuestro talento y vuestras ganas de hacer otra edición irrepetible, venid a contarnos por qué un determinado libro es especial para vosotros y elegid un fragmento del mismo para compartirlo con los que nos reunamos en El Savor esa noche. Además, sortearemos o repartiremos libros entre todos los presentes. Traed un libro, o dos, o tres… los que sean… ¡Que nadie se quede sin el suyo!

¡Lo dicho, compañeros, nos vemos el lunes 23 de abril a eso de las 22.30 h para dar lo mejor de nosotros! Aquí el evento.

Andrea Mazas

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