Me propongo subsanar el retraso
cronístico que arrastro desde hace unas semanas. Son tres ya las ediciones de Micro Abierto Salamanca (MAS) que
esperan a ser resumidas como se merecen. Los últimos lunes que hemos vivido en El Savor han sido estupendos, tanto por
número como por calidad de participantes y, por supuesto, de público, tan
entregado, tan receptivo, tan cálido siempre. Cada lunes nuestra familia es más
grande. Cada semana somos todos más amigos y estamos más encantados de habernos
conocido. Ya no nos vamos a andar escondiendo el cariño que nos va creciendo, tan
de verdad, porque se sustenta en la necesidad y el gusto de compartir, de
aprender juntos y, cómo no, pasar un buen rato, dándonos diversos placeres los
unos a los otros, porque, con música y poesía, nos endulzamos bien el resto de
la semana. MAS es ya una sana rutina
que nos devuelve con otro ánimo a otras rutinas que dan más pereza. Cada lunes,
en El Savor, nos rompemos un poquito
los esquemas.
Como decía, esta crónica pretende
dar cuenta de las tres últimas ediciones de MAS (53, 54 y 55) que hemos celebrado en nuestro rincón, El Savor. Por ello, para que esta
entrada no se salga de su caja, aunque será un poco más larga de lo habitual,
será breve, si tenemos en cuenta la cantidad de intervenciones que recogerá.
Hagamos números: a lo largo de las tres ediciones de las que hablamos hemos disfrutado
de 55 actuaciones y hemos tenido con
nosotros a 16 participantes nuevos que
se han sumado a MAS.
Como hice en las anteriores crónicas,
dividiremos esta tricrónica en tres partes: una primera dedicada a las
intervenciones de los 15 artistas nuevos, una segunda que dará cuenta de las lecturas
y una tercera que resumirá las actuaciones musicales.
primeras veces...
A lo largo de las ediciones 53, 54 y 55 de MAS, celebradas los lunes 19 y 26 de noviembre, y 3 de diciembre, tuvimos el privilegio
de conocer o reconocer a 16 participantes nuevos. Algunos estrenaron el
escenario en solitario; otros, en buena compañía.
En MAS (53) conocimos a dos artistas. A la primera que saludó el ya
experimentado en bienvenidas público de MAS
fue a la alemana Masha Potempa, cantautora que parece
tener el firme propósito de quedarse con nosotros mientras dure su estancia en
nuestra ciudad. Dulce y delicada, Masha
es una mujer que se atreve con cualquier idioma, a juzgar por el repertorio que
ya nos ofreció en su primera intervención en MAS (53). Del ruso se pasó al alemán, y de su idioma nativo, al
nuestro. Sin duda, de los tres temas que interpretó, fue, sin duda, el que
lleva su firma (cuyo título traducido del alemán sería “Círculos”) el que más
nos llegó. La versión de “Bamboleo” nos dejó a medio gas: había ganas de seguir
el ritmo con el que esta canción bailaba en nuestra memoria, pero la versión de
Masha nos obligó a acompañarla con menos
sangre (que se dice) de lo que nos hubiera gustado para darle un poco más de jaleo
a la noche. En las siguientes dos ediciones, conocimos dos canciones más de
repertorio (una sobre lo que queda después del amor, “Sólo la sal”, y otra entorno
a la búsqueda de la libertad) y dos versiones más, de las cuales la más “necesaria”
y la que más llegó fue la última, variación de la versión que Cesária Évora hiciera de “Bésame mucho”.
Este momento romántico y nostálgico se suma a los que ya guarda nuestra memoria
de MAS.
A José Ruiz no le falta desparpajo para ser un showman. Lo dejó claro nada más subirse al escenario y mostrar sus
respetos, en forma de sobria reverencia, a todos los participantes que hasta el
momento de su intervención habían actuado en MAS (53). El trovador tecnológico y versátil en que se convirtió nos
metió en su bolsillo con dos textos propios; con el primero, un cuento que
narra las desventuras amorosas entre la boca y la botella, descubrimos a un gran
rapsoda.
MAS (54) fue una edición inabarcable por lo increíble que resultó: El Savor, repleto, como pocas veces lo
hemos visto, y un largo guión que, sin embargo, se nos hizo corto. Además, esta
edición dejó una estela de nuevos participantes que, a buen seguro, seguiremos
disfrutando a lo largo de esta segunda temporada.
De Justo Bueno ya me había hablado una espectadora que no falta a cada
cita de los lunes en El Savor. No sé cuántas veces me habría dicho “Tengo
un amigo que escribe. Estoy intentando animarlo para que venga a leer algunos
de sus poemas”. Casi todos los lunes alguien me dice algo parecido. Sean bienvenidos
todos vuestros amigos a nuestra fiesta, y los amigos de vuestros amigos, y los
amigos de los amigos de vuestros amigos, y así hasta donde vosotros queráis.
Hablábamos de Justo Bueno, quien,
por su nombre, no podemos sino imaginar que, además, será un buen amigo del que
iremos, poco a poco, pasando las páginas de su poemario. En MAS (54) ya marcamos en ellas varias
composiciones breves, en torno al amor.
De la agrupación que se presentó
en MAS (54) ya conocíamos a uno de sus cuatro integrantes, José
Luis Melián. De algún modo, este hizo de anfitrión en nuestra fiesta para
sus amigos y compañeros de banda: Carlos
Rivas, Rubén Toledo y Miguel Díaz Casares.
Para su estreno, habían
preparado tres temas, pero solo tocaron dos, ya que esta edición fue
especialmente concurrida y, siguiendo el consejo de la presentadora, sacrificaron
una de las versiones que habían ensayado para contribuir a que nadie se quedara
sin actuar. Con sus dos acústicas y su flauta travesera, nos hicieron disfrutar
con las versiones de “Retales de una vida”, de Celtas Cortos, y “Stairway to the Heaven”, de Led Zeppelin. Ojalá vuelvan
pronto y podamos escuchar la canción que se nos quedó en el tintero y algún
tema de repertorio. Esta banda tiene mucho que ofrecer: no les falta talento,
pasión, simpatía ni humildad.
También en MAS (54) contamos con una colaboración que fue espectacular, como
ya nos tiene acostumbrados Miriam. En
esta edición, a la gran voz de esta gran mujer se sumó el acompañamiento a la
guitarra de su buen amigo Diego, quien
no quiso perder la oportunidad de participar en MAS aprovechando su paso por nuestra ciudad. Deleite fue lo que
sentimos con las versiones que hicieron de Amy
Winehouse y Pearl Jam.
Óscar Martín y Suso Sudón
ya habían pasado por MAS en la
primera temporada celebrada en El Savor.
Volvieron a la segunda, en MAS (54), por
un motivo muy especial y acompañados por otro gran artista, Ricardo Teva. La razón tan especial era que el viernes de esa
semana, el 30 de noviembre, se estrenaba en el Teatro Juan del Enzina la obra de teatro Estómago, escrita y dirigida por Óscar, y protagonizada por los grandísimos actores Suso y Ricardo. Para invitarnos a ir
a conocer la obra, nos dejaron
una muestra improvisada de la misma.
Con Óscar al cello, los actores
declamaron el poema que en la pieza es leída por el poeta y grabador Juan Carlos Mestre. Fue una
intervención preciosa e intensa, que, además, ha servido para que, según tengo
entendido, pronto haya nuevas colaboraciones en MAS. Hasta aquí puedo leer.
No podíamos dejar que Suso Sudón se marchara de MAS sin que nos recitara, tan bien como
sabe hacerlo, algunos de sus poemas. Así, en MAS (54) también pudimos disfrutar de la buena poesía bien recitada
de este joven poeta, que, a pesar de su edad, desde mi punto de vista, hace ya
tiempo que se quitó la etiqueta de “promesa”. Su talento ya estaba demostrado,
pero volvió a quedar constancia del mismo con “Complejidad barroca del folio en
blanco” y un poema más del que desconozco el título, si tiene, pero es un
juguete redondo sobre la mediocridad. Podéis encontrar una muestra de su poesía en su blog (véase más abajo).
Sara Miró mostró dulzura, firmeza y confianza en su primera vez en MAS. Suponemos que en próximas
ediciones podremos conocer algo de su prosa o poesía. En esta nos quedamos con
las ganas, pero hizo de leal correo de un buen amigo de Barcelona, Pau Albert Huergo. Del primer poema
sólo salvé “luz de luces, sol del mundo […] serás apocalipsis, lo intuyo […]
arde, ardamos, tenemos entera la cama”. Calentito, como el sol. Cambio de
tercio con el “Romance torcidillo a la lengua castellana”, que, como puede intuirse,
es un peculiar homenaje al castellano, que “es puta verdadera”; la composición termina
con los versos de Manrique “Recuerde
el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte tan callando, cuán presto se va el placer...”. Miró nos dejó un tercer texto antes de
despedirse: “Descorchando una botella”. Lo dicho: esperemos que pronto
conozcamos el estilo de esta poeta.
También MAS (55) agregó a nuestra nómina de artistas nuevos nombres. Mi
intuición me dice que, si continúan con nosotros, nos van a regalar
inolvidables momentos este curso. Ana y
Miguel era la primera vez que cantaban juntos, pero esto lo sabemos porque
nos lo dijeron. En el escenario se lleva bien y así lo demostraron con dos
versiones. La primera no la presentaron, y de la segunda no entendí bien ni el
título ni el grupo. Así que poco más puedo decir...
En MAS (55) Javi nos abrió
el cajón que guarda sus poemas y sacó dos: “Qué más da” y “Y, claro”. Terminó rindiendo homenaje a una amiga, Irene, con la que acudió a El
Savor y por la que siente una
profunda admiración “Para mí es la mejor poetisa”. Después de escuchar “Encantada,
pero no nos conocemos” de ella, en la voz de él y, sobre todo, al verla a ella en
el escenario... fue fácil entender la admiración. “No hay más preguntas para el
testigo”. Irene es una mujer y poeta
de armas tomar, es todo carácter, no tiene pelos en la lengua ni le interesa...
Ande ella caliente... Podéis conocerla un poco más buceando en su blog sin escafandra (véase más abajo).
Caution: “Riesgo de hiperoxia”.
La última de las participantes
que redescubrimos en MAS (55) es la
bella Ione Blanzako, una mujer que
igual pone ritmo a la cumbia con su acordeón como que coge la guitarra y saca a
la cantautora que mueve su cuerpo. Su intervención fue escueta: solo una
canción, la primera que compuso y con la que ya se presentase en la primera
temporada de MAS. Ione desprende luz...
Hasta aquí lo nuevo. Hagamos
ahora un breve recorrido por el resto de actuaciones de las tres ediciones que
recordamos en esta crónica...
con buena letra...
En las pasadas tres ediciones no
nos faltaron poetas. Además de los nuevos ya mencionados, se sumaron algunos
que empiezan a ser habituales (o que ya lo son la "plantilla de MAS".
Empecemos con los escritores a
los que escuchamos en MAS (53). Miguel Pérez abordó el tema de los
desahucios en su poema “Euribor”. En él hace un repaso por todos los recortes
bien conocidos por todos y de todos los males innecesarios que trae consigo el
mal necesario conocido como dinero. Con
“Lágrimas S.A.” dejo a un lado al poeta social que más conocemos para ponerse
algo más cursi en un alegato a favor de las lágrimas en detrimento de las
sonrisas, pues estas, aunque parecen ser más "cotizadas", también son, sin
embargo, más fácilmente falsificables.
Darío nos recomendó la lectura de El ángel que nos mira, la primera novela de Thomas Wolfe. Para animarnos a descubrir a este escritor
estadounidense leyó el poema que introduce la obra. A continuación, nos dejó una muestra
de su propia obra: un poema-advertencia, que viene a decir algo así como “Ten
cuidado con lo que escribes porque puede cumplirse”. Yo hice la prueba esa
misma semana y doy fe: hay que pensarse dos veces (o tres, o cuatro, o más) lo que se quiere escribir, no vaya a ser que el universo te guiñe el ojo... Si queréis probar,
hacerlo con algo que queráis que se cumpla…
Bea Sampedro dio una magistral lección de poesía social y política.
Subió con el firme propósito de hacernos partícipes de su impotencia e
indignación ante la situación de Palestina y la manipulación de los medios
de comunicación. El poema que eligió, “Nosotros enseñamos vida, señor” de la activista
y poeta palestina Rafeef Ziadah, ya
hubiera sido suficiente para transmitirnos su mensaje. Sin embargo, al mismo
sumó una lectura que rezumaba verdad y pasión, con lo que no estremecerse al
escucharla hubiera sido casi un milagro. A continuación, os dejo con el vídeo en el que la
poeta recita el citado texto. ¡Bravo, Bea!
¡Bravo, Rafeef!
Iankarla volvió a MAS,
esta vez menos herida de amor, para
tratar de explicarnos, con un poema, qué se siente cuando, al actuar, besas a otro
actor. Nos llevó a una conclusión un tanto confusa: “sientes pero no sientes”.
¿Qué sientes? ¿Qué no sientes? He ahí los grandes secretos de la
interpretación, sólo accesibles a unos pocos privilegiados... y cada uno dirá
una cosa... Difícil, difícil el tema del poema de Iankarla…
Dani, como ya sabemos es
del rollo "una de cal y otra de arena". Repitió esquema: primero
“serio” y después “de risa”. En la primera parte, se dirigió a los
“destructores del mundo” y nos convocó para revelarnos ante ellos, ante la
desolación, para no dejar que se forme un “falso espejo de la cultura” en el
que mirarse resulte imposible. En la segunda parte, la cómica, nos ofreció la
segunda parte de la historia del señor y de la señorita ingleses en agradable
paseo en caza y captura de zombis. Nuevamente, volvió a demostrar que vale para
rotos y descosidos. Durante su intervención pasamos de la
reflexión a la risa sin tapujos. Dani
es espectáculo.
Irene volvió a atreverse a probar nuestro escenario. Para dar su toque a la noche que venía guisándose en MAS (53), espolvoreó sus especias poéticas: un poema propio que
escribió esa misma tarde durante una clase de conectores textuales (en el poema
refleja que no prestó demasiada atención a lo que se explicaba en el aula...);
unos poemas breves de su padre (de
uno de ellos atrapé un verso: “Atardecer es mudar el alma”) y otro más de Ángel González (“Aquí no pasa nada, salvo
el tiempo: irrepetible música que resuena, ya extinguida, en un corazón hueco,
abandonado, que alguien toma un momento, escucha y tira”). Cuando Irene empiece a creer en lo que ella escribe, lo que escribe creerá en ella y nos ofrecerá una visión preciosa de la realidad. Sólo hay que verla para darse cuenta de su sensibilidad... ¡Dale una oportunidad a tu poesía, Irene: ella lo haría por ti!
También en MAS (53) repitió el mexicano Obet. En esta ocasión, leyó su poema “Apu” (¿?), en el que nos
acerca a la forma de vida de una tribu para recordarnos las cosas esenciales de
la vida, al margen de las cuales no debería constituirse ninguna religión.
Terminó con el poema de Roberto Bolaño “Daría
todo, todo, todo por Marlene”.
Para Ronald Figueroa una de sus máximas es hacer aquello que le da
miedo, como subirse al escenario y, después, quedarse a recibir los aplausos...
Para ganarse esa ovación a la que esperaría con todo su aplomo cantó a cappella una balada con la que pudimos
comprobar su bonita voz y una faceta más de este poeta. La canción se la dedicó
a todos los enamorados de la sala, aunque algo me hizo sospechar que no había
muchas de estas personas en El Savor
esa noche... No obstante, esto no impidió que se llevara una buena tanda de
aplausos. Para terminar improvisó un poema sobre lo que le transmitía la mirada
del público de MAS. ¡Mente rápida la
de Ronald! ¡Bravo!
La parte literaria de MAS (53) terminó con el monólogo “Soy
el francés charro” que, con el desparpajo al que ya no sabemos ni queremos
renunciar, declamó Dominique. A
continuación, leyó una reflexión en torno a la oratoria, en la que plantea y da
respuesta a tres preguntas: ¿es necesaria la literatura?, ¿nos hace mejores? y
¿tener el hábito de la lectura hace que hablemos mejor en público? Aunque es un
texto crítico sobre la literatura, también le sirve para poner en tela de
juicio el papel de los políticos, el uso de las redes sociales y el consumismo.
A pesar del tono, a su intervención no le faltó su chispa de emotividad, si bien no nos hizo llorar "más que el final de Titanic", tal como nos advirtió Tito que ocurriría.
[Pues ya se ha visto: hoy lunes 10 de diciembre, que celebraremos MAS (56), NO CUMPLO EL OBJETVO. Queda por ver si antes de que esté finalizada la crónica, recibimos alguna fotografía, vídeo o documento de cualquier otro tipo que pueda ilustrar alguna de las intervenciones. Cualquiera que lea esto puede enviarnos el material que considere oportuno a microabiertosalamanca@gmail.com. De todos modos, tras revisar lo publicado hasta ahora en esta crónica, considero que hay demasiada información y tampoco hay que saturar a los lectores... Así, pues, que yo no haya cumplido mi propósito os da a vosotros un respiro o tiempo para leer con calma todo lo que aquí ya está recogido. Si os quedáis con ganas de más antes de que se publique el resto, siempre podéis revisar alguna de las entradas antiguas, ya que, aunque sé que está mal que lo diga yo, están francamente bien...).
Por ahora, mientras en mi cerebro siga teniendo colgado el cartel de “Crónica en construcción”, os dejo algunos enlaces (en los pies de las imágenes o vídeos) para irle dándole algo de contenido a este post, todos relacionados con ciertos momentos que vivimos en las ediciones 53 a 55 de MAS.]
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MAS (56) (evento) |
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Concierto Miriam y Pepe Peña enCSA VIllafría (evento) |
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Estómago, de Óscar Martín (página en FB) |
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Irene (blog) |
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Ricardo Llopico (blog de su taller de arte Espai Medusa) |